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El mundo|Martes, 9 de enero de 2007
LOS COCALEROS, EN PIE DE GUERRA EN COCHABAMBA

“Que se vaya Reyes Villa”

Por Pablo Ortiz
Desde Sucre

Ayer Bolivia vivió una escena que se creía erradicada del manual político nacional. La policía de Cochabamba (centro) arremetió contra un grupo de cocaleros y agricultores que pretendían tomar la gobernación exigiendo que Manfred Reyes Villa renuncie al cargo que ganó el 18 de diciembre de 2005 con el 57% de los votos del departamento (provincia). Las protestas contra la principal autoridad cochabambina están instaladas desde el viernes pasado, cuando un grupo de cultivadores de coca se unió a los regantes de alrededor de la ciudad para exigir que el ex candidato a la presidencia de la República abandone su cargo. Desde ese momento sitiaron el palacio prefectural, situado en la plaza de armas, y no permitieron el ingreso de los funcionarios públicos.

Y es que Manfred cometió una imprudencia política. El ex capitán de Ejército decidió apoyar de forma decidida la autonomía propuesta por Santa Cruz e incluso citó a un cabildo que congregó a 80.000 personas el pasado 14 de diciembre. En su discurso aseguró que apoyaba la “independencia administrativa” de Santa Cruz y el resto de la media luna (Tarija, Beni y Pando) y anunció que recolectaría firmas para convocar a un nuevo referéndum para que el pueblo decida si quiere autonomías departamentales en Cochabamba, ya que en el del 2 de julio pasado el No ganó por el 64 por ciento.

Estas frases, en la cuna política de Evo Morales, equivalen a poco menos que un suicidio político. Primero fue el senador del Movimiento Al Socialismo Omar Fernández el que encabezó las protestas contra Manfred. Aseguraba que Reyes Villa era un asesino que estuvo involucrado en el gobierno del dictador Luis García Meza, que su gestión al frente de la alcaldía de Cochabamba dejó un hueco de 65 millones de dólares y, para colmo, luego de desperdiciar una ventaja de 12 puntos a favor de Gonzalo Sánchez de Lozada en las elecciones de 2002, se convirtió en su aliado luego del Febrero negro y sólo le quitó su respaldo en medio de los ríos de sangre de octubre. Sin embargo, tuvieron que venir las bases más fuertes del MAS, los cocaleros, para que las protestas cobraran fuerza. El viernes pasado ya eran 10.000 personas que cercaban a Reyes Villa. Hoy aseguran que todo Chapare saldrá a cortar la ruta, como en los viejos tiempos.

Esta determinación se tomó luego de que el comandante departamental de Policía, Wilge Obleas, se estrenara en el cargo ordenando utilizar gases lacrimógenos y balines de goma contra los manifestantes. La ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, destituyó a Obleas y lo reemplazó con Wilfredo Florero. Con ello el ex jefe policial sólo duró en el cargo dos horas. Con garantías de que no los reprimirían, los cocaleros y regantes contraatacaron, quemando la puerta de la prefectura y dos vehículos.

Desde La Paz, Muñoz aseguraba que Obleas siguió órdenes de Reyes Villa, mientras que el prefecto aseguraba que, como sucede con sus ocho colegas, las fuerzas del orden sólo obedecen al Ministerio de Gobierno. Desde Santa Cruz llegan calificaciones de antidemocráticas a las protestas, mientras Evo asegura que Reyes Villa sólo cosecha lo que sembró.

Si la lógica del país se aplica a Cochabamba, a Manfred se le hará muy difícil permanecer en el cargo, pese a que desde la Policía ya surgen voces de protesta por la destitución de Obleas. Según los uniformados, sólo cumplían con su deber. Pero como en los viejos tiempos.

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