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El mundo|Miércoles, 24 de julio de 2002

Cómo es una Bolsa

Los mercados volvieron a votar la desconfianza en George W. Bush en medio de informes de fuertes pérdidas empresarias en EE.UU.

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Arriba, la sede de WorldCom-MCI en Arlington, Virginia.
Ayer continuó la espiral descendente del sistema financiero internacional: las principales bolsas del mundo volvieron a cerrar con fuertes bajas y las empresas norteamericanas dieron a conocer sus balances correspondientes al segundo trimestre de este año, y estos balances son negativos, especialmente en el sector de las telecomunicaciones, donde AT&T, la principal empresa del rubro, anunció pérdidas por 12.000 millones de dólares. Además, las acciones de Citigroup Inc. y de J.P. Morgan Chase & Co.Inc. se desplomaron ayer por segundo día consecutivo luego de que el Congreso norteamericano confirmara que investiga a ambas firmas por haber ofrecido créditos dudosos y disfrazados a la quebrada Enron Corp. y a otras compañías. Justamente, Citigroup y J.P. Morgan Chase son dos de los principales acreedores de la también quebrada WorldCom y, dada la importancia de ambas firmas como financistas internacionales, las dudas sobre su futuro podrían desatar una caída sideral. El presidente norteamericano George W. Bush sigue muy tranquilo: “El mercado llegó a su nivel de estabilización”, dijo.
WorldCom, la empresa que declaró anteayer su bancarrota luego de un multimillonario fraude contable es, detrás de AT&T, la empresa de telecomunicaciones más importante de Estados Unidos y la principal controladora de tráfico de Internet en el mundo. Para frenar la caída en picada de todas las “telecoms”, el gobierno y los tribunales norteamericanos están procurando apuntar a la empresa todo lo que permita el capítulo 11 de los procedimientos de bancarrota. Por eso, el Tribunal de Quiebras de Nueva York la autorizó a recibir 750 millones de dólares para seguir operando mientras procesa su bancarrota. Pero la mancha de aceite de WorldCom, como la de Enron, ya se extiende hacia las compañías financieras. Las acciones de Citigroup, la mayor firma de servicios financieros de Estados Unidos, cayeron un 14,7 por ciento, a 27,36 dólares. Las de J.P. Morgan, que ya habían descendido el lunes a mínimos no vistos desde enero de 1996, perdieron ayer el 16,56 por ciento, a 20,46 dólares. Una comisión del Congreso norteamericano comenzó ayer a analizar los vínculos de los dos bancos de Wall Street con Enron. Algunos miembros de la Subcomisión Permanente de Investigaciones del Senado habían dicho anteayer que los grandes bancos de inversión ayudaron a Enron durante años al prestarle miles de millones de dólares a través de operaciones en materias primas detalladamente disfrazadas.
Y en toda esta caída, los principales índices bursátiles del mundo no podían ser menos. En Wall Street, el Dow Jones cayó un 1,06 por ciento y quedó en su nivel más bajo desde octubre de 1998, mientras el índice tecnológico Nasdaq retrocedió 4,18 por ciento, para colocarse por debajo de su rango de noviembre del 1996, y el Standard & Poor’s rompió la barrera psicológica de las 900 unidades por primera vez desde mayo de 1997. En Europa, el índice DAX de Frankfurt retrocedió 4,76 por ciento, mientras que la Bolsa de París perdió 2,53 por ciento y quedó en su nivel más bajo desde octubre de 1998. La Bolsa de Londres perdió 0,96 por ciento; el índice Footsie cayó a su cota más baja en seis años, y lleva perdido más de 20 por ciento desde comienzos de mayo. La Bolsa de Milán perdió un 1,40 por ciento, la de Madrid 1,49 por ciento, la de Amsterdam 3,53 por ciento, la de Bruselas 2,96 por ciento y la Zurich el 1,51 por ciento.
Los números de la industria norteamericana no son, tampoco, alentadores. A pesar de que ahora no se podrá dudar de la veracidad de sus libros contables (salvo que las pérdidas sean mucho mayores), los números de los balances del segundo trimestre de las principales compañías norteamericanas hablan de una recesión galopante que se suma a estas caídas bursátiles. Al anuncio de las pérdidas por 12 mil millones de dólares de AT&T, la proveedora de telecomunicaciones Lucent Technologies anunció pérdidas por 7910 millones de dólares y la corporación Tyco dijo que perdió 2320 millones. El anuncio más espectacular fue el de la firma farmacéutica Bristol-Myers Squibb, que también falsificó balances: susbeneficios cayeron un 63 por ciento durante el segundo trimestre de 2002, debido al descenso de las ventas y a la acumulación de inventario.

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