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El mundo|Sábado, 24 de marzo de 2007
ENERGICA PROTESTA DEL REINO UNIDO, QUE APOYA SANCIONES PARA TEHERAN EN LA ONU

Irán apresó a 15 marines británicos

Los marineros fueron apresados en aguas del Chatt el Arab, en el límite entre Irán e Irak. Teherán guardó silencio. Las relaciones entre los países se deterioraron por el apoyo británico a las sanciones contra el programa nuclear iraní. El incidente disparó el precio del petróleo, que ayer alcanzó los 62 dólares por barril.

Por Angeles Espinosa *
Desde Abu Dhabi
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La fragata británica HMS Cornwall, en el golfo de Arabia. Quince de sus marineros fueron apresados ayer por fuerzas iraníes.

Soldados iraníes capturaron ayer a punta de pistola a quince miembros de la Armada del Reino Unido en aguas del Chatt el Arab, según denunció el Ministerio de Defensa británico. El incidente, sobre el que el gobierno de Teherán no hizo ningún comentario, se produjo poco después de que una patrulla mixta de infantes de marina y marineros británicos registrara un barco sospechoso de contrabando. Aunque Londres dijo que esperaba que fuera un error, el hecho ocurre en un clima de creciente tensión entre ambos países y en vísperas de que el Consejo de Seguridad vote nuevas sanciones contra Irán.

“El grupo había completado con éxito la inspección del mercante cuando ellos y sus dos botes se vieron rodeados y escoltados por barcos iraníes hacia aguas territoriales iraníes”, aseguraba el comunicado británico. “Estamos siguiendo el asunto con urgencia ante las autoridades iraníes al más alto nivel. El gobierno británico exige el regreso inmediato y seguro de nuestro personal y su equipo”, añadía.

Los detenidos procedían de la fragata Cornwall, que cuenta con una tripulación de 250 personas. El Reino Unido asegura que el incidente se produjo dentro de aguas territoriales iraquíes, donde sus barcos, junto con otros de Australia y Estados Unidos, registran regularmente a los buques mercantes en cumplimiento de la resolución 1723 de la ONU, y con el visto bueno del gobierno de Bagdad. La frontera internacional se halla justo en el punto medio del Chatt el Arab, la vía de agua que separa Irak de Irán y que desemboca en el golfo Pérsico, donde las fuerzas navales de los Guardianes de la Revolución iraníes realizan desde el jueves maniobras militares.

La secretaria del Foreign Office, Margaret Beckett, convocó de inmediato al embajador iraní en Londres, Rasul Mohavedian. Un diplomático de esa legación dijo a este diario que no disponía de información al respecto y remitió al portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Teherán. Pero ayer era viernes, el día festivo semanal en Irán, y en medio del año nuevo persa nadie respondía al teléfono. “El Ministerio del Interior está considerando emitir un comunicado”, declaró una fuente gubernamental. Los medios oficiales iraníes se hicieron eco del incidente citando el comunicado británico.

Londres, a diferencia de Wa-shington, mantiene relaciones diplomáticas con Teherán. Sin embargo, éstas se encuentran en un momento bajo debido a que el Reino Unido respalda la propuesta estadounidense para reforzar las sanciones contra la República Islámica en tanto no renuncie a su programa nuclear, que Occidente sospecha que persigue objetivos militares. Además, ambos países sostienen que Irán fomenta la violencia en el vecino Irak.

El ministro iraní de Exteriores, Manuchehr Mottaki, ha acusado esta semana al Reino Unido de sabotear los esfuerzos para encontrar una salida pacífica al problema nuclear. Mottaki se refería sin duda al apoyo de Londres a la nueva resolución contra Irán que el Consejo de Seguridad tenía previsto someter a votación hoy.

Portavoces militares británicos, por su parte, han responsabilizado a agentes iraníes de estar detrás de la mayoría de las acciones contra sus fuerzas. Según el coronel Justin Masherevski, citado por la BBC, Irán está facilitando armamento sofisticado a los insurgentes y pagando a la población local para que ataque a los soldados de su majestad.

No es la primera vez que Londres afronta una situación de este tipo. En junio de 2004, Irán detuvo a ocho marineros británicos que supuestamente se habían perdido en la frontera marítima y que fueron escoltados por la fuerza a aguas territoriales iraníes. Quedaron en libertad a los tres días, tras reconocer en la televisión iraní, donde aparecieron con los ojos vendados, que habían traspasado el límite fronterizo. Al conocerse el nuevo incidente ayer, el precio del petróleo se disparó hasta superar los 62 dólares por barril.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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