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El mundo|Viernes, 30 de marzo de 2007
AHORA TEHERAN SE NIEGA A ENTREGAR A LA OFICIAL. DICE QUE LONDRES PRESIONA DEMASIADO

Irán se pone dura con los marinos

Sigue la tensión en el golfo Pérsico por los marineros británicos capturados en alta mar, cerca de la frontera con Irak. Se esfumó la promesa de liberar a la única mujer del grupo. Mientras Londres buscaba el apoyo de sus aliados, Turquía se ofreció para mediar en el conflicto. Teherán dijo que escuchará la propuesta turca.

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Un estudiante iraní protesta frente al Ministerio de Exteriores, en Teherán, la posible liberación de la prisionera británica.

Ni Faye Turner ha sido liberada ni los diplomáticos británicos han tenido acceso a la soldado y sus catorce compañeros capturados por los Guardianes Revolucionarios iraníes el viernes pasado. El gobierno de Teherán se retractó ayer de sus promesas con la excusa de que Londres presionaba demasiado. Además, la intención del primer ministro Tony Blair de buscar una contundente condena de la ONU irritó aún más a las autoridades iraníes, aun cuando debido a la oposición de Rusia no la consiguió. Mientras todo indicaba que Teherán había vuelto a endurecer su postura, el presidente Mahmud Ahmadinejad desechó anoche el tono de confrontación y se comprometió a analizar un pedido de Turquía para liberar a la soldado británica.

La televisión iraní hizo el anuncio. “Durante una conversación telefónica con el presidente Ahmadinejad, el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, pidió que el embajador de Turquía pueda reunirse con los quince marinos británicos y pidió al presidente Ahmadinejad que sea liberada la única mujer militar británica en nombre de la bondad islámica”, afirmó la cadena. Mientras Turquía aparece como el primer posible mediador de este conflicto entre Londres y Teherán, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, también se sumó ayer a los esfuerzos diplomáticos al reunirse con el canciller iraní, Manuchehr Mottaki, en Riad, al margen de la cumbre árabe, que comenzó el miércoles y terminó ayer. Por su parte, la canciller británica, Margaret Be-ckett, estaba planeando reunirse hoy con sus pares europeos para pedirles que congelen sus lazos diplomáticos con Irán, según informó el diario británico The Daily Telegraph.

Por ahora, Londres tiene el apoyo del presidente estadounidense, George Bush, y del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana. Sin embargo, Blair dejó en claro ayer que busca el consenso de toda la comunidad internacional. Por eso presentó un pedido ante el Consejo de Seguridad demandando no sólo el apoyo de los países miembros, sino también la posibilidad de imponer sanciones si Irán no libera a los marinos británicos. Blair no consiguió una condena, sino sólo una débil resolución, que expresa la preocupación del Consejo y le pide al gobierno iraní que permita a los diplomáticos británicos en Teherán ver a los militares detenidos. La posición más dura en este debate fue la de Rusia, casualmente el país al que Londres le había pedido mediar en este asunto. “No podremos aceptar un llamado para la liberación inmediata”, explicó el embajador ruso en la ONU, Vitaly Churkin.

A diferencia de lo que sucedió el miércoles, cuando Teherán parecía empezar a ceder ante la amenaza de una escalada del conflicto, ahora el régimen islámico vuelve a redoblar la apuesta. “La liberación de la soldado británica se ha suspendido debido al comportamiento de Londres”, confirmó ayer el general Alireza Afshar, miembro del Estado Mayor iraní. Poco antes, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Ali Lariyaní, había advertido que su país podía retrasar la liberación de Turney si Londres mostraba “el comportamiento equivocado”. El comportamiento equivocado, según los funcionarios iraníes, fue el pedido de apoyo a la ONU.

Como si la suspensión de la liberación de la soldado no hubiera generado suficiente malestar en Londres, Irán decidió también publicar una carta supuestamente escrita por la soldado, en la que cuestiona la presencia británica en Irak. “¿No es tiempo de comenzar con la retirada de nuestras tropas en Irak?”, se pregunta en la carta publicada por la embajada iraní en Londres y dirigida al Parlamento británico. En las imágenes difundidas por la televisión iraní el miércoles, también se mostraba una carta que habría escrito Turner a su familia.

Para dos diplomáticos europeos, citados por el diario español El País y que pidieron mantenerse en el anonimato, la aparente ambivalencia de Irán es resultado de las pujas internas del régimen islámico. “El conflicto con Londres ha catalizado la lucha interna que desde hace meses enfrenta los sectores más duros del régimen, dispuestos a llegar hasta el final en su enfrentamiento con Occidente, con los más pragmáticos o cautelosos”, explicó uno de ellos. “Los sectores más duros se están metiendo en una apuesta muy peligrosa. Están jugando con fuego”, advierte el otro. “Cuanto más dure, más complicado va a ser salir de ella y más riesgo de que se enquiste”, agregó.

Tal sería el caso si el enfrentamiento, ahora diplomático, deriva finalmente en una lucha judicial. Lariyaní, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, había advertido el miércoles que Teherán debe determinar si los militares británicos entraron por error o no a las aguas territoriales iraníes. “A partir de ello se tendrá que tomar la decisión correspondiente”, había asegurado el funcionario, dejando abierta la puerta a un juicio en territorio iraní.

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