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El mundo|Martes, 17 de julio de 2007
ISRAEL QUITA DE SU LISTA A 178 HOMBRES ARMADOS DE FATAH Y LIBERA A 250

Olmert y Bush salen a apoyar a Abbas

Mientras el mandatario norteamericano convocaba a una conferencia internacional para apoyar a un Estado palestino, el premier israelí se reunía con el presidente palestino para anunciarle nuevas concesiones. Hamas, rival de Al Fatah, queda fuera del acuerdo.

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Mahmud Abbas (izq.) se reunió con Ehud Olmert ayer en Jerusalén; ambos sellaron una alianza.

El presidente palestino Mahmud Abbas y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, sellaron ayer su alianza en una reunión en Jerusalén. Es la primera vez que los dos líderes se encuentran desde que la fuerza de Abbas, Al Fatah, y el movimiento islámico Hamas rompieron el gobierno palestino de unidad nacional y se atrincheraron en Cisjordania y la Franja de Gaza, respectivamente. La cumbre presidencial estuvo marcada por los gestos de amistad recíprocos. Olmert ordenó la liberación de 250 palestinos detenidos en prisiones israelíes y sacó de la lista de terroristas buscados a 178 miembros de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatah. Además, se comprometió a impulsar la creación de un Estado palestino independiente. Abbas no tuvo que prometer mucho para ganarse el apoyo de Israel. Garantizó que los 178 miembros de sus milicias abandonarán la lucha armada y se unirán a sus fuerzas de seguridad regulares y –lo más importante– prometió mantener abierto el diálogo con Tel Aviv.

La amnistía otorgada por Tel Aviv a algunos de los palestinos más buscados por sus servicios de inteligencia tiene como objetivo reforzar el poder militar de Al Fatah frente al de Hamas. Los milicianos en cuestión no serán perseguidos y a cambio renunciarán al terrorismo y se enrolarán en los organismos palestinos de seguridad, explicó ayer Olmert. Los que han aceptado tales condiciones deberán pasar una semana en las instalaciones de las fuerzas de la Autoridad Palestina, dirigida por Abbas. Después de tres meses de “examen” y si no vuelven al camino de las armas, podrán viajar libremente por Cisjordania y al extranjero. Ayer algunos de los beneficiados ya habían empezado a salir de la clandestinidad y disfrutaban de su primer fin de semana en sus pueblos de origen, tras meses de destierro.

En Cisjordania, los funcionarios de la Autoridad Palestina aseguraban que la amnistía era una de las concesiones más importantes que había hecho ayer Olmert. En Israel, sin embargo, la medida no fue tan popular. Destacados miembros de la coalición del gobierno, como los ministros Saul Mofaz y Eli Ishai, no dudaron en criticar públicamente la decisión del primer ministro israelí. “La experiencia nos dice que cuando aplicamos medidas para ayudar a Abbas, lo debilitamos. Estoy harto de hacer concesiones al presidente palestino, que demuestra diariamente que no tiene coraje político y no es un interlocutor con el que poder hablar”, se lamentaba el domingo Ishai. Según la prensa, Olmert ha dicho en privado que el objetivo es que estos milicianos salgan de la ilegalidad y se pongan a las órdenes de las fuerzas de Abbas. De esta manera, sostiene el premier, deben limitarse a no perjudicar al nuevo gobierno de emergencia. “Además, de esta forma, podremos intensificar nuestros esfuerzos en perseguir a Hamas y la Yihad Islámica”, aseguró el diario español El País que habría dicho Olmert.

Mientras ayer Olmert dejaba en claro en Jerusalén quién recibiría el apoyo de Israel, en Washington George Bush hacia lo propio. El presidente estadounidense anunció una conferencia internacional para tratar el conflicto de Medio Oriente en los próximos meses. Este ha sido su apoyo más claro al gobierno de emergencia establecido por el presidente palestino. La conferencia internacional, que será presidida por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, está diseñada para ser el primero de una serie de pasos para alcanzar un borrador de un acuerdo entre Abbas e Israel. La idea de Bush es proveer a Abbas y a su nuevo primer ministro, Salam Fayaad, dé un “horizonte político” que les permita fortalecer la autoridad del nuevo gobierno, con base en Cisjordania, en detrimento del de Hamas, que mantiene el control dentro de la Franja de Gaza desde los salvajes combates intrapalestinos del mes pasado.

En su discurso de ayer, el mandatario norteamericano alabó la labor y las iniciativas de Abbas y de Fayaad y aseguró que Estados Unidos buscará “fortalecer las fuerzas moderadas” entre los palestinos. Con este objetivo, anunció, enviará 90 millones de dólares para rearmar los servicios de seguridad de Al Fatah. Este dinero será parte de un paquete de ayuda que rondará los 190 millones de dólares y que estará destinado a ayudar a consolidarse al nuevo gobierno de emergencia.

Según el diario israelí Yediot Ahronot, Olmert no sólo habría conseguido el compromiso de Abbas para regularizar todas sus fuerzas armadas, sino también una promesa de que la Autoridad Palestina no intentaría volver a acercarse a Hamas. La semana pasada varias versiones aseguraban que funcionarios de Hamas y de Al Fatah estaban analizando una posible reanudación de las conversaciones. La foto de un Abbas sonriente en Jerusalén hará muy difícil una futura reconciliación de las dos facciones palestinas.

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