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El mundo|Domingo, 19 de agosto de 2007
EL KARMA DEL DEFICIT MELLIZO, EL GASTO MILITAR Y LAS ELECCIONES

Una crisis inmobiliaria sacude a EE.UU.

A pesar de las inyecciones de capital de los bancos centrales más importantes del mundo, explotó la burbuja de las hipotecas de alto riesgo y la crisis financiera se propagó a lo ancho del planeta. Hay diferencias y similitudes con la crisis de las puntocom en los ’80. Pero esta vez la salida es más complicada por la geopolítica.

Por Mercedes López San Miguel
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Un turista en Wall Street se refugia en un paraguas después de que la Bolsa se desplomara más de 380 puntos el 10 de agosto.

En el final de tu mandato es la economía, Bush. La burbuja hipotecaria en Estados Unidos ha provocado turbulencias en los mercados globalizados, una crisis comparable a la que sufrieron las punto.com hace unos años, pero en un marco más desfavorable para activar salidas: la inacabada guerra en Irak, déficit fiscal y comercial históricos y la elección presidencial en el horizonte.

La corrida crediticia y financiera explotó hace un mes, pero esta semana el sector financiero vivió un cimbronazo traumático. Las sucesivas quiebras de varias entidades estadounidenses especializadas en la concesión de hipotecas de alto riesgo (llamadas subprima) fueron generando ansiedad entre los inversores, que decidieron deshacerse de sus activos más expuestos y refugiarse en los bonos del Tesoro norteamericano.

El rumor de una bancarrota inminente de la firma Countryside, la más grande del mercado de créditos hipotecarios, fue determinante para el contagio hacia el resto del sistema. Para paliar esta corrida, la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo fueron inyectando liquidez a los bancos –alrededor de 371 mil millones de dólares–. Hasta que el viernes, la Fed tomó una medida que Wall Street le reclamaba y que muchos esperaban para más adelante: redujo en medio punto la tasa de interés interbancaria. Mientras crece el temor a que el resto de la economía se vea afectada, los expertos explican los motivos de la crisis. “¿Por qué no habría crisis? –-se pregunta irónicamente el economista Mario Rapoport y señala a Página/12 los dos lados de una tijera–. Estados Unidos, ante su descomunal déficit fiscal, tiene que ser financiado desde afuera –países como China y Japón le compran bonos al Tesoro de EE.UU.– y gasta expansivamente en presupuesto militar para la guerra de Irak, con lo que acentúa el déficit fiscal y el externo”.

Se prevé que el déficit comercial alcance niveles record por quinto año consecutivo, con una cifra de 784.200 millones de dólares hasta fines de agosto en términos anuales, un 9,4 por ciento más que el año pasado. Por otra parte, el Departamento del Tesoro informó que el gobierno de Bush generó un déficit fiscal de 157.300 millones de dólares en el año fiscal de 2007, que comenzó el 1º de octubre y concluirá el 30 de septiembre.

Según Rapoport, las burbujas especulativas, como en la actualidad las hipotecas de alto riesgo, son propias del proceso de globalización financiera y tienen relación directa con el consumo y el gasto. “Como sucedió en 2000, que cayeron las puntocom –como Worldcom–, ahora están cayendo las empresas inmobiliarias. Esto indica que es más fácil la rentabilidad especulativa, en detrimento de la rentabilidad de los sectores productivos”.

El docente de la Universidad de Buenos Aires advierte que la receta de la Fed encontrará sus límites. “Una medida de reactivación, de bajar las tasas de interés, debería ser correspondida con una base productiva sólida. Pero nos encontramos ante una valoración financiera falsa, que supera tres veces el PBI mundial”.

El economista Claudio Katz, investigador del Conicet, también encuentra comparables la crisis tecnológica y la inmobiliaria; pero pone especial énfasis en la geopolítica. “Las crisis son cada vez más internacionalizadas, es decir, afectan a otros. Es válido preguntarnos qué va a ocurrir ahora cuando Bush fracasa en Irak con su política unilateral y no es el mismo escenario en que ocurrió la crisis de las puntocom. Seguramente, la salida a esta crisis será diferente”.

Para Katz, en las condiciones actuales hay que preguntarse cómo puede incidir la crisis bursátil en el dólar. Y si el aterrizaje será “suave o forzoso: hacia un giro gradual o hacia la recesión”. El economista agrega a este diario que está por verse el alcance que tendrá en el consumo. A su parecer, la burbuja inmobiliaria genera un ciclo de miedo al no poder pagarse la hipoteca, por lo que se guarda el dinero y con ello se retrae el crecimiento.

Rapoport afirma que al ser Estados Unidos el que tiene la divisa clave a nivel mundial, por el momento sigue siendo financiado por otros países. “EE.UU. se parece a la Inglaterra de los años ‘20: tenía poder financiero pero el poder económico estaba en problemas. Bush asumió con un superávit fiscal y ahora, de salida, el déficit doble –fiscal y externo– es altísimo”.

Es hora de hacer un balance del gobierno de Bush. En el frente externo, apostó de lleno al choque de civilizaciones y a imponer por la fuerza su dogma anclado en el negocio petrolero. Allí están las vidas que se pierden en Irak.

Hacia adentro, una sociedad que entró en pánico tras el 11 de septiembre de 2001, un estado que los republicanos estiraron lo máximo que pudieron. En consecuencia, derechos civiles históricos para los estadounidenses encontraron un abrupto final.

Last but not least, la economía, entre ralentizada y recesiva a lo largo de los ocho años del hombre de Texas. La apuesta republicana apuntaba a un despegue en el último tramo del mandato, pero por lo visto, también ello se ve condicionado por la crisis hipotecaria.

Todo escenario de crisis con un gasto público exacerbado orientado a lo militar termina siendo más grave en países injustos como Estados Unidos, que tiene 50 millones de personas sin servicio de salud y 40 millones de pobres.

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