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El mundo|Lunes, 20 de agosto de 2007

En Tailandia votaron a favor de una Carta Magna ideada por golpistas

El proyecto de Constitución reduce el poder de los partidos políticos y contribuye a mantener una influencia militar encubierta. En la práctica, fue un referéndum sobre el golpe de 2006.

Por Andrew Buncombe *
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El general golpista Sonthi Boonyaratglin votó ayer por la propuesta de Constitución.

Los electores en Tailandia aprobaron una nueva Constitución para el país –un voto anunciado como un referéndum sobre el golpe que el año pasado derrocó al premier Thaksin Shinawatra–. Los resultados preliminares de anoche sugerían que un 58 por ciento de los tailandeses estuvo a favor de la nueva reforma, que además reduce el rol de los políticos y podría contribuir a que los militares mantengan su influencia en los próximos años detrás de escena. Las autoridades electorales del país estimaron que participó un 60 por ciento del electorado.

El primer ministro de Tailandia, Surayud Chulanot, la cara civil del régimen militar, dijo que la alta participación y la aprobación fueron “los primeros pasos hacia la democracia plena”. En un programa de televisión de Tailandia, el funcionario dijo que la consulta constitucional probablemente sería aprobada por el rey del país, Bhumibol. “Si la gente ve que hay algunas fallas en la Constitución entonces el próximo gobierno será el encargado de reformarla”, señaló.

Quienes defienden la propuesta constitucional argumentan que el cambio abre una perspectiva para Tailandia luego de la asonada militar que obligó a exiliarse a Thaksin en medio de acusaciones de corrupción y protestas masivas contra su gobierno.

Sin embargo, los analistas dicen que la consulta concentra su atención en el balance a expensas de la participación democrática y su aprobación dispararía el odio de los seguidores del primer ministro derrocado, que son muchos en ese país. “De ser aprobado este proyecto de Constitución privilegiaría los intereses de los militares y la burocracia”, dijo Thitnan Pongsudhirak, un analista político de la Universidad de Chulalongkorn. “La mitad del Senado disuelto va a ser rellenada con burócratas y representantes de las fuerzas armadas. Vamos a regresar a la era donde los aristócratas y la elite tenían más poder, como era antes del ascenso y la caída de Thaksin”, añadió. La nueva reforma serviría como un reemplazo de la versión de 1997, que fue conocida como “la Constitución del pueblo” como resultado de una consulta masiva y el debate que condujeron a su aprobación. Esta versión intentó producir reformas democráticas en un sistema que había dejado a los partidos políticos atados a los detentores del poder.

Si, como parece, el nuevo proyecto es adoptado, convertirá de nuevo al Senado en un cuerpo inducido antes que en un organismo elegido en su totalidad. Incluso debilitará el poder de los partidos políticos y transferirá ciertas responsabilidades llevadas a cabo en general por el Ejecutivo al Poder Judicial.

Desde la caída de Thaksin, el país ha estado regido por una Constitución interina que mantiene el control militar por debajo del revestimiento de una legislación civil temporaria. Los críticos de las elecciones de ayer dijeron que el referéndum en sí mismo es la solución incorrecta porque si hubiera sido rechazada, los mandos militares habrían tenido manos libres para imponer una Carta Magna sin consultar a la opinión pública. Justamente el viernes, el general golpista Sonthi Boonyaratglin dijo que si la propuesta era rechazada le llevaría “un par de días” elegir su Constitución favorita y hacerle enmiendas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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