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El mundo|Viernes, 24 de agosto de 2007
EL INFORME SE SUMA A LAS CRITICAS SOBRE EL PREMIER DE IRAK

La inteligencia de EE.UU. le pega a Maliki

Por Sandro Pozzi *

Desde Nueva York

Los legisladores en Washington tienen nueva munición para cargar contra el gobierno de Nuri al Maliki. El servicio nacional de inteligencia de EE.UU. desclasificó ayer extractos de un informe en el que plantean dudas sobre la capacidad de liderazgo de los líderes políticos iraquíes para unificar el país, y alertan de ataques contra las fuerzas estadounidenses. Los demócratas, que piden la cabeza de Maliki, consideran irresponsable que el presidente George Bush hiciera una analogía con Vietnam para justificar la permanencia en ese país. El documento se titula “Perspectivas para la Estabilidad de Irak”. El presidente fue informado de su contenido el lunes. La revelación más jugosa para la batalla que se avecina en el Congreso se refiere a Maliki.

El informe sugiere que el primer minsitro iraquí no es el hombre adecuado para estar al frente del país. “Los líderes políticos iraquíes son incapaces de gobernar con eficacia”, reza el informe, que reconoce en todo caso que buscar a un sustituto puede acabar paralizando todo el proceso. El plan de la Casa Blanca para Irak tenía como objetivo crear un espacio político en el que las diferentes facciones resolvieran sus diferencias, y para ello se reforzó la presencia militar en Bagdad y al oeste de la capital. Y aunque en el informe se reconocen avances en el campo de la seguridad, advierten que el alto nivel de la violencia sectaria plantea obstáculos a la reconciliación política.

“La ausencia de líderes clave está paralizando el debate político interno, ralentiza el proceso de toma de decisiones e incrementa la vulnerabilidad de Maliki para crear coaliciones”, precisa el texto. Los servicios de inteligencia confirman así la frustración expresada por Bush, mandos militares y legisladores en Washington. Y el informe alerta de que los grupos terroristas e insurgentes podrían aprovechar el debate en torno del informe del general David Petreaus para retomar la ofensiva y minar más la figura de Maliki. Tanto demócratas como republicanos reconocen que se están logrando avances en el ámbito de la seguridad. Pero los analistas anticipan que la artillería pesada se concentrará en el plano político de la nueva estrategia. Hillary Clinton, aspirante demócrata a las presidenciales, se sumó a las peticiones por un cambio de gobierno en Irak, porque dice que el país necesita una de una figura “menos divisiva y más unificadora”. Bush, a pesar de su frustración, sigue apoyando a Maliki y pide a los legisladores que no se entrometan en una decisión que compete al pueblo iraquí. Para justificar la permanencia de las tropas en Irak, George Bush optó el miércoles por meter el dedo en la herida de la guerra de Vietnam, diciendo que una retirada provocará miles de víctimas inocentes, e hizo referencia a las matanzas en Camboya. Los historiadores, como Stanley Karnow, se echan las manos a la cabeza al escuchar esta asociación, porque dicen es “engañosa” y evidencia el desconocimiento del inquilino de la Casa Blanca sobre las dos guerras y sus enemigos.

A David Gergen, antiguo consejero presidencial, le surge una pregunta a partir de lo dicho por el presidente: “¿Si aprendió tanto de la Historia, por qué nos metió en otra ciénaga?”. Los veteranos de guerra, como el general retirado Paul Eaton, responsable de la formación de las fuerzas iraquíes entre 2003 y 2004, recuerda que la de “Irak es una guerra civil basada en la religión, con la red terrorista Al Qaida complicando las cosas”. “El enemigo es diferente”, destaca. La respuesta demócrata no tardó en hacerse escuchar. John Kerry, veterano en Vietnam y oponente de George Bush en las presidenciales de 2004, dice que si el presidente quiere ensalzar las lecciones de Vietnam, “entonces debe cambiar el curso (de su estrategia) ya”. “Como en Vietnam, cada vez más soldados están siendo enviados a luchar y morir en una guerra civil que no podemos parar”, declaró el demócrata. Edward Kennedy recuerda que EE.UU. perdió esa guerra “porque nuestras tropas quedaron atrapadas en un país que no entendíamos, apoyando a un gobierno que no contaba con el apoyo suficiente de su gente”.

Jack Jacobs, coronel retirado, se opone a una retirada prematura de Irak, pero considera que lo único que tienen en común los dos conflictos es que se siguió una estrategia militar equivocada. Y, como Eaton, echa de menos una mayor implicación diplomática del Departamento de Estado, porque cree que este conflicto debe ponerse en un contexto regional. Los analistas políticos consideran que el discurso del presidente esconde un mensaje directo a los conservadores, para mantenerlos a su lado y evitar que den a los demócratas los votos que necesitan en el Congreso para poder esquivar el veto de la Casa Blanca.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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