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El mundo|Sábado, 13 de octubre de 2007
COLOMBIA SE SUMA AL BANCO DEL SUR Y EL VENEZOLANO NEGOCIA CON LAS FARC

Uribe, Correa y Chávez cambian figuritas

Apoyos mutuos para la mediación de Chávez con las FARC, el anuncio de Uribe sobre la incorporación de Colombia al Banco del Sur y la posibilidad de que Venezuela regrese a la Comunidad Andina de Naciones que preside Evo Morales, mientras se demora el ingreso de Venezuela al Mercosur. Muchas reuniones y nadie quiso perderse la foto.

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Chávez pone en marcha un gasoducto mientras observan Correa (izq.) y Uribe (de sombrero) en Ballenas, Colombia.

La inauguración de un gasoducto fue la excusa perfecta que encontraron Hugo Chávez y Alvaro Uribe para reunirse a discutir el canje humanitario sin las tensiones de las últimas semanas. Hubo indirectas y sonrisas cómplices, pero los dos mandatarios se cuidaron de mostrarse lo más amigable y en sintonía posible. El venezolano destacó una y otra vez que todos quieren la liberación de los rehenes en poder de las FARC, mientras que su par colombiano intentó resaltar que sigue apoyando una futura reunión entre el líder bolivariano y representantes de la guerrilla. Además, la posibilidad de que Venezuela vuelva a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la decisión de Uribe de aprovechar el acto para anunciar su intención de sumarse al Banco del Sur permitieron distender aún más el clima y sacar varias fotos de los mandatarios estrechando sus manos.

Unas horas antes de que los tres mandatarios –el ecuatoriano Rafael Correa participó de la inauguración como invitado de Chávez– se reunieran bajo el rayo del sol en Ballenas, una pequeña ciudad colombiana a unos kilómetros de la frontera venezolana, el canciller Fernando Araújo expresaba las molestias que estaban rondando en Bogotá. “En Venezuela se interpreta que Colombia dificulta el encuentro, pero eso no es cierto”, señaló. Ese era exactamente el problema que había hecho tan necesario el encuentro de ayer.

Hace una semana Chávez tuvo que anunciar que posponía la reunión con los líderes de las FARC porque las condiciones no estaban dadas. En otras palabras, no había conseguido que Uribe aceptara incluir en el canje a los dos jefes guerrilleros extraditados y condenados en Estados Unidos, Simón Trinidad y Sonia, ni que garantizara salvoconductos para que los representantes de las FARC viajaran a Caracas. Mientras el mandatario venezolano fue más cortés y sutil, Uribe optó por un humor más crudo. “No te he obligado a aplazar ninguna reunión. ¡Ahí te quedas!”, dijo sonriendo y clavándole la mirada al líder bolivariano, quien le contestó el gesto con otra sonrisa. Correa, en tanto, miraba a uno y a otro, sin saber muy bien cómo reaccionar.

Uribe volvió a tomar la ofensiva cuando destacó lo que su gobierno entiende por paz, una palabra que atravesó todo el discurso de su par venezolano. “Incluye tanto una fuerza para combatir al terrorismo pero al mismo tiempo proceder con generosidad en la búsqueda de la paz”, aseguró. Una vez finalizado el acto, Chávez aprovechó su oportunidad para volver a atacar y se dirigió a hablar con los periodistas. Sin introducciones lanzó una bomba. “En los próximos días nos vamos a reunir con las FARC y esa reunión es trascendental”, anunció el mandatario. Durante la semana, Caracas y la senadora colombiana antiuribista Piedad Córdoba, quien también oficia de mediadora en las negociaciones, habían informado que podría llevar un mes o más llegar a concretar el encuentro.

En medio de este tipo de declaraciones, las cuestiones energéticas y económicas quedaron en un distante segundo plano. El gasoducto Transcaribeño que se inauguraba no es un proyecto menor para las dos naciones andinas. Se trata de una inversión de 460 millones de dólares y un recorrido de casi 225 kilómetros, del cual sólo se inauguraba un primer tramo ayer. Sus tuberías van desde el campo gasífero Ballenas hasta la ciudad de Maracaibo, el gasoducto tendrá 88,5 kilómetros en territorio colombiano y los casi 136 kilómetros restantes en Venezuela. Ambos gobiernos estiman que en los primeros tres años se transportarán hasta 150 millones de pies cúbicos de gas hacia Venezuela, mientras que posteriormente se invertirá el flujo de unos 200 millones de pies cúbicos dirigidos al mercado colombiano. Ecuador, invitado ayer tanto por Bogotá como por Caracas, podría sumarse a este proyecto energético en el futuro, forzando una nueva redistribución del combustible transportado.

El otro tema que sobrevoló el acto en Ballenas fue la creación del Banco del Sur, uno de los principales temas de la agenda del encuentro que habían mantenido Chávez y Correa sólo 24 horas antes. A apenas cuatro días de que los fundadores –Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela– anunciaran que la nueva entidad financiera era casi un hecho, Bogotá anunció formalmente su deseo de sumarse a la iniciativa, liderada por Caracas. “Nuestro ingreso al Banco del Sur no es un rechazo al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sino una expresión de solidaridad y hermandad”, se explicó Uribe. El propósito del banco será financiar proyectos regionales de desarrollo e integración, como el gasoducto que se inauguró.

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