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El mundo|Sábado, 27 de octubre de 2007
EN LA FIESTA RECAUDO UN MILLON Y MEDIO DE DOLARES

Hillary cumplió los sesenta

Por Antonio Caño *
desde Washington

Mujer práctica por encima de todo, Hillary Clinton ha celebrado su 60º cumpleaños como le conviene en un momento como éste: con una fiesta en la que ha recolectado un millón y medio de dólares para su campaña. La precandidata presidencial del Partido Demócrata se veía radiante el jueves por la noche sobre el escenario de un teatro del Upper West Side de Manhattan, aplaudida por un público entregado y por unos cuantos famosos –Billy Cristal y Elvis Costello, entre otros–. Pero, sobre todo, la favorita para quedarse con la candidatura opositora y la Presidencia se veía sinceramente emocionada abrazándose a su hija Chelsea y a su marido, Bill Clinton.

Los tiempos de infidelidades y mentiras parecen haber quedado atrás. El ex presidente ha controlado su hiperactividad y sus impulsos y se muestra como un compañero leal al que no se le caen los anillos por actuar de telonero en la gran empresa en la que su mujer está embarcada. Quizá todo sea una puesta en escena, como dicen los críticos. Quizás ambos saben que se necesitan ahora y que ambos ganarán si continúan juntos. Pero quizá los críticos se equivoquen y esta célebre pareja haya encontrado la felicidad que antes perdieron en tantas ambiciones.

Hillary Clinton lleva la etiqueta de mujer segura y brillante desde su época universitaria. Gracias a ella ha sido una persona respetada, incluso en el ingrato papel de primera dama. Pero esa misma fama la ha obligado también a pagar un alto precio como mujer. Maltratada por fotos juveniles que no hacen justicia a su físico y relegada durante años al papel de la sacrificada y silenciosa esposa, Hillary Rodham Clinton supo esperar su momento para ocupar el primer plano.

Fue elegida y reelegida con altos porcentajes como senadora por Nueva York después de dejar la Casa Blanca, y, contra todos los pronósticos, se ha asentado como la probable primera presidenta de Estados Unidos. Hillary Clinton se planta, pues, en los 60 años en un momento de apogeo. Las encuestas le dan más de 30 puntos de ventaja sobre su principal rival demócrata, Barack Obama, y le auguran también una victoria ante cualquiera de sus posibles rivales republicanos.

Ha pasado un calvario para llegar hasta aquí. Sus errores, unidos a la leyenda negra creada por sus enemigos, han estado a punto de descabalgarla varias veces. Pero ha resistido y hoy es, sin duda, la principal figura emergente de este país, objeto preferido de libros, reportajes y tertulias, una gran estrella.

Hillary Clinton es una política pragmática que supo echarse atrás en su avanzado proyecto de reforma sanitaria cuando las circunstancias adversas lo aconsejaron y que sabe ahora mantener posiciones conservadoras en política exterior para ganarse la confianza de los votantes. Los norteamericanos adoran los cumpleaños y son los mejores para agasajar y hacer felices a quienes los celebran. Hoy es el día de Hillary Clinton y se le perdona todo. Mañana reanudaremos la batalla.

* De El País de España. Especial para Página/12.

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