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El mundo|Martes, 27 de mayo de 2008
La familia de la rehén espera una respuesta del líder guerrillero

Los Betancourt reclaman un gesto

Por J.M. Martí Font *

Desde París

El gobierno francés no parece disponer de datos concretos sobre la actitud y las intenciones del nuevo liderazgo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras la desaparición de Manuel Marulanda, Tirofijo. París se mantiene a la expectativa, ha evitado pronunciarse sobre nuevas iniciativas para la liberación de los rehenes en poder de las FARC, y más concretamente de Ingrid Betancourt, la senadora y ex candidata a la presidencia colombiana, que tiene también la nacionalidad francesa, en cuyo caso se ha comprometido personalmente el presidente Nicolas Sarkozy. Los familiares de Betancourt, y más concretamente su primer marido, el diplomático francés Fabrice Delloye, que encabeza la campaña por la liberación de la madre de sus dos hijos, considera que los nuevos líderes de las FARC son gente más dispuesta al diálogo que su predecesor. Alfonso Cano es un hombre procedente de la política, antropólogo de formación, en contraposición al talante militar de Marulanda.

Para la familia de Betancourt, se trata de un universitario con lenguaje político. “Se puede pensar que frente a los reveses militares sufridos por las FARC, Cano quiera recuperar en el frente diplomático el terreno perdido en lo militar” y busque “espacios en apertura de diálogo con la comunidad internacional”, dijo Delloye. Una opinión que también mantienen Yolanda Pulecio y Astrid Betancourt, madre y hermana, respectivamente, de Ingrid Betancourt, para quienes Cano es “un hombre culto y progresista”, a quien llamaron a “dar un empujón a la historia”, liberando a Ingrid y a los otros rehenes.

“Están pasando cosas, hay que mirar con mucha calma, con mucha prudencia y mucha concentración –advirtió el presidente Sarkozy la noche del domingo–. Y hay que ser muy prudente ante una situación muy cambiante.”

Por su parte, el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, calificó de “buena noticia” las declaraciones del presidente colombiano, Alvaro Uribe, sobre una posible liberación de rehenes, entre los que se encontraría Betancourt, que estarían en poder de un grupo de guerrilleros dispuestos a entregarse a cambio de garantías. “La mala noticia –añadió el jefe de la diplomacia francesa–, la dificultad más grave, sería que se concrete el asalto (del ejército colombiano) en las cercanías del lugar donde están retenidos los rehenes, y ustedes saben que, en estos casos, los rehenes se juegan la vida.” Oficialmente, sin embargo, la portavoz de Exteriores, Pascale Andreani, aseguró ayer que Francia “evaluará las consecuencias” que se deriven del cambio de liderazgo en las FARC, y que París mantendrá la movilización para liberar a los rehenes.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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