El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, ya había elevado anteayer el tono respecto de la “utilización política de los planes bélicos sobre Irak” por parte de la administración Bush frente a los comicios de noviembre. Y ayer Daschle directamente montó en cólera. “Es algo ultrajante y Bush debe pedir disculpas al Partido Demócrata”, declaró con furia Daschle en el Senado, luego de citar informes internos republicanos que hablan de una estrategia explícita del principal asesor político de Bush, Karl Rove, para “centrar la elección en la guerra” y acusar a los demócratas de “antipatrióticos”. “El presidente debe disculparse con cada veterano demócrata en el Senado que peleó en cada guerra. Debe disculparse con el pueblo estadounidense”, espetó. Daschle reclamó que Bush pida disculpas al senador demócrata Daniel Inouye, que perdió sus dos brazos en Vietnam, y afirmó: “He estado en muchos cementerios militares, y en ninguno de ellos vi que las lápidas discriminaran entre demócratas y republicanos”.
Los ánimos caldeados llegaron a la Casa Blanca. Bush estaba dando una conferencia de prensa con el presidente colombiano Alvaro Uribe y un periodista le pidió que respondiera a las duras acusaciones de Daschle. El presidente puso cara de enojado, no dijo nada sobre Daschle y se limitó a responder: “Mi trabajo es defender al pueblo norteamericano y continuaré haciéndolo sin importar el contexto. La guerra contra Irak deriva de una preocupación legítima de seguridad nacional. Si usted quiere pensar que trato de politizarla, puede hacerlo. Yo lo veo como mi obligación, la de proteger al pueblo estadounidense”. El líder de la minoría republicana en el Senado, Trent Lott, le respondió a Daschle que “el presidente, vicepresidente y todos nosotros hemos tenido mucho cuidado en manejar esto de la forma adecuada”, y estimó que la situación actual respecto de Irak “forma parte de la guerra contra el terrorismo”.
Hay varias cuestiones internas en Estados Unidos que no están formando parte de la campaña para las elecciones legislativas de noviembre: la delicada situación económica, el retorno al déficit presupuestario, el futuro de la seguridad social y los escándalos financieros. Varias figuras demócratas plantearon en voz alta que la guerra contra Saddam era una cortina de humo para tapar todas estas cuestiones. Hasta la semana pasada, la posición predominante entre los demócratas era darle carta blanca en el Congreso a Bush para otorgarle los poderes especiales para lanzarse a una guerra contra Irak, ante el temor de que fueran acusados de “antipatrióticos” si no lo hacían. Aparentemente, la ofensiva que de todos modos dirigieron los republicanos contra los demócratas tuvo el efecto inverso. Y justamente hoy, en este clima, comienza a tratarse el tema de las facultades especiales en el Congreso.