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El mundo|Miércoles, 13 de agosto de 2008
Postales de una guerra bizarra en la que nadie dice qué pasó

Tiflis celebró la derrota

Mientras los georgianos celebraban en las calles de Tiflis después de haber sido echados de Gori sin disparar un solo tiro, los rusos hablaban de represalia pero bombardeaban ciudades que no eran parte del conflicto original.

Por Shaun Walker *
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Llanto en el funeral de un soldado de Osetia del Sur celebrado en territorio ruso.

Desde Tiflis

Llegaron a la calle Rustaveli de a miles flameando banderas de Georgia, cantando y estirando sus cuellos para poder ver a los políticos en el escenario, cuyas palabras resonaron por todo el centro de Tiflis a través de los parlantes. Había clima de fiesta y los ayudantes distribuían helados, mientras los políticos arengaban a la multitud como estrellas de rock.

Ha habido muchas escenas surrealistas en esta guerra corta y maldita, pero ninguna tan extraña como la que se vio en la calle principal de la capital de Georgia ayer. Poco más de doce horas después de que el ejército de ese país fuera desalojado de la estratégica ciudad de Gori sin disparar ni un solo tiro, el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, y sus ministros lideraron una manifestación que tuvo todas las características de la celebración de una victoria.

La guerra de palabras continuó, sin embargo, con Georgia acusando a Rusia de seguir con las operaciones militares y Moscú tildando al presidente georgiano de mentiroso, mientras se cuestionaba su salud mental. El gobierno de Mijail Saakashvili en Tiflis dijo que las fuerzas rusas habían ocupado y destruido el puerto de Pote, matando a cien civiles, y afirmó que todavía se estaba llevando a cabo una “masacre” de étnicos georgianos en Osetia del Sur. Estas afirmaciones fueron negadas en Moscú. “El objetivo de la operación ha sido logrado”, dijo Medvedev. “El agresor ha sido castigado y ha sufrido pérdidas considerables.”

Los rusos todavía estaban describiendo su acción como una represalia por la agresión georgiana, una afirmación que se hacía más difícil de sostener cuando sus jets bombardearon el centro de la ciudad de Gori por primera vez ayer a la mañana, matando a ocho personas incluyendo al médico local y a un periodista holandés. Medvedev echó la culpa del conflicto directamente al líder de Georgia. Llamó a Saakashvili un “lunático” y explicó la acción rusa en un lenguaje que hubiera llenado de orgullo a su mentor, Vladimir Putin. “La diferencia entre lunáticos y otras personas es que cuando huelen sangre son muy difíciles de detener. De manera que hay que usar la cirugía”, dijo Medvedev. También acusó a Saakashvili de mentir sobre un propuesto cese de fuego georgiano.

A pesar de la retórica belicosa, el ejército georgiano no se veía por ningún lado en el camino que salía de Tiflis después de la retirada el lunes a la noche y los pocos automóviles en el camino eran de los rezagados en el gran escape hacia Occidente, lejos del ejército ruso que, los georgianos afirman, intenta una invasión total.

Todavía no era claro qué sucedía en las dos zonas separatistas de Georgia, Abjasia y Osetia del Sur. Los separatistas abjasios lanzaron un ataque sobre Kodori Gorge, la única parte de su territorio en manos georgianas, con aparente asistencia rusa. En los pueblos de Osetia del Sur anteriormente controlados por Georgia, el gobierno georgiano dijo que testigos habían informado que la etnicidad de los residentes estaba siendo confirmada por las tropas rusas y las milicias aliadas a los rusos, y los georgianos étnicos era ejecutados con un tiro en la cabeza.

Las afirmaciones eran imposibles de verificar, ya que en esos pueblos todavía no han entrado periodistas rusos u occidentales y muchas declaraciones oficiales dadas a conocer por el gobierno georgiano más tarde resultaron falsas. Sin embargo, el ánimo de los paramilitares osetianos en Tsjinvali, cuando The Independent entró en la destruida capital rebelde el domingo, les da cierta verosimilidad a los informes. Varios paramilitares osetianos dijeron que no había “buenos georgianos” y prometieron comenzar un avance y matar a cada georgiano que se encontraran.

Muchas de las secuelas de la guerra serán determinadas por un informe confiable de lo que realmente sucedió en Osetia del Sur durante el conflicto. Los rusos han declarado que el bombardeo georgiano de Tsjinvali mató a más de 2000 civiles y destruyó la ciudad, mientras que los georgianos dicen que la mayor parte del daño fue hecho durante el contra ataque ruso. Por cierto los osetianos entrevistados en Tsjinvali culparon directamente a las tropas georgianas. Las acusaron de disparar a civiles desde posiciones de francotiradores.

A la larga, la atención estará en cómo evitar que los malos sentimientos entre los dos países se convierta en un conflicto armado. El embajador de Georgia en la OTAN, Revaz Beshidze, dijo que el error de la alianza de no ofrecer a Georgia anteriormente este año un plan para ser miembro le había dado a Rusia luz verde para atacar. El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, dijo que Georgia seguía en curso para lograr ser miembro de la OTAN.

Otra señal de que los nubarrones de la guerra todavía permanecen es que el canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que si Georgia no firmaba un tratado legal vinculante descartando el uso de la fuerza, Rusia se vería obligada a tomar “otras medidas”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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