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El mundo|Martes, 1 de diciembre de 2009
Opinión

Una etapa más social y más negociadora

Por Mercedes López San Miguel

José “Pepe” Mujica ganó con el 52,6 por ciento de los votos a su rival Luis Alberto Lacalle, que recibió el 43,3 por ciento, escrutado el 99,94 por ciento de los sufragios. Importa mucho el porcentaje, que superó al 50 por ciento pronosticado por las consultoras locales, porque por un lado desmiente el argumento muchas veces repetido en estas orillas de que Mujica genera rechazo por su perfil de ex guerrillero y, por otro lado, evidencia que el Frente Amplio (FA) es más votado que en 2004.

Para el director de Interconsult, Juan Carlos Doyenart, el resultado consolida la mayoría del FA y castiga la candidatura de Lacalle. “Generará problemas al interior del Partido Nacional (Blanco): habrá peleas por el liderazgo tras la derrota de su candidato. El compañero de fórmula, Jorge Larrañaga, había dicho en junio pasado que Lacalle llevaba a la derrota. Hoy Lacalle no está en condiciones de imponer la mayoría que obtuvo en esas internas partidarias. El Partido Nacional (o Blanco), por tanto, sólo puede funcionar en un acuerdo.”

Fue al cabo de las internas, el 28 de junio, cuando Lacalle estaba mejor posicionado para luchar por esta elección –él contaba con un 38 por ciento de intención de voto y Mujica un 43 por ciento—. A partir de entonces, el PN bajó de manera sostenida al 29 por ciento que obtuvo en primera vuelta, mientras que el Frente Amplio subió también de forma constante. La falsa denuncia que hicieron los blancos vinculando el hallazgo de armas ilegales con los ex tupamaros terminó de galvanizar el voto del Frente Amplio para la segunda vuelta. El domingo, Mujica mantuvo intacto el electorado que lo votó en octubre (48 por ciento) y sumó a colorados, a la mayoría del Partido Independiente y a votantes de Asamblea Popular, una escisión del FA.

El analista político señaló a Página/12 la necesidad de que la coalición ganadora acuerde al interior de sus fuerzas. “Mujica va a tener que contemplar las ideas de Danilo Astori, porque éste fue un factor clave del triunfo. Al menos lo va a tener que hacer en el principio de su gobierno. Por eso Mujica dedicó un capítulo de su discurso a su compañero de fórmula y también a elogiar el gobierno de Tabaré.”

Rafael Michelini, del espacio político de Astori, dijo a este diario que espera que haya una convivencia feliz entre las distintas corrientes del Frente Amplio (son 26 agrupaciones) y que él está dispuesto a formar parte del gabinete si existe un equilibrio de fuerzas. Su nombre suena con fuerza para la cartera de Transporte y Obras Públicas.

Según Michelini, el Frente está unido en los mismos objetivos. “Orientaremos las políticas en sentido de perfeccionar las reformas realizadas, como la tributaria, de la salud y de la educación. Somos el primer país que le dio una computadora a cada niño y niña. Esa es una señal de identidad. Cuando empezamos este gobierno teníamos que demostrar que podíamos gobernar. Hoy nos llueven las inversiones, porque se sabe que la izquierda es más transparente.”

Pero Mujica no es Tabaré Vázquez y deberá poner en juego su impronta. Su figura está más vinculada con la idea de profundizar las políticas sociales, en las áreas de distribución del ingreso y de erradicar la pobreza. Va a ser más negociador con la oposición. Como ya dijo, intentará avanzar en áreas como educación, seguridad, energía y medio ambiente. El profesor Gerardo Caetano destaca la vocación de negociación que tendrá el próximo gobierno. “En el discurso de ayer (domingo) Mujica habló de sus adversarios, de los otros partidos, de terminar con la confrontación.” Caetano vio gestos también dentro del Frente Amplio. “Al menos en la dimensión pública, Tabaré Vázquez se mantuvo cerca de Mujica y éste dijo que el gobierno actual había sido la mejor agencia de publicidad para la campaña. Esto marca una continuidad con las políticas actuales.”

¿Qué pasará con el otro partido tradicional, los colorados? Ayer Mujica se reunió con Pedro Bordaberry. El líder colorado aceptó trabajar en los cuatro puntos anteriormente mencionados. De todas formas, estas primeras reuniones parecerían ser más protocolares que de fondo.

El electo presidente del FA ya venía diciendo que buscará generar acuerdos con la oposición, tanto colorados como blancos. A tal fin se reunirá con Lacalle el jueves. Mujica hará un gesto político al ofrecerles participar en el gabinete, algo que se anticipa bastante poco probable. Sí podría darse que la oposición acepte ocupar cargos directivos en entes públicos. “Es muy difícil una coparticipación en el gabinete. No creo que haya acuerdos. Quizá se definen unas áreas para que todas las fuerzas políticas discutan en comisiones”, señaló Doyenart. Los analistas coinciden en que probablemente se logre algún consenso en áreas como seguridad, educación y energía entre el FA y la oposición, pero descarta que se logren consensos sobre todo en política exterior.

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