Israel sostiene que el ataque lanzado el domingo contra una supuesta base de la Yihad Islámica en territorio sirio está legitimado. Su embajador en España, Victor Harel, aseguró en su despacho oficial que “Siria tiene una larga tradición de ayuda al terrorismo” y es “un régimen dictatorial”, pero que el bombardeo de la aviación israelí no iba dirigido contra el país vecino.
“Tenemos fotos, sabemos qué objetivos hemos atacado, aunque la maquinaria de propaganda de Damasco –afirma Harel– insista en que se trataba de un campamento civil. Nuestra lucha es contra un terrorismo que no respeta fronteras”, subraya el embajador israelí, quien también se queja de la respuesta de la comunidad internacional que, salvo EE.UU., ha condenado el ataque a Siria. Washington, recuerda el embajador Harel, había exigido a Damasco el cierre de los campos de entrenamiento de grupos armados en su territorio.
Para el diplomático israelí, “no hay riesgo de que estalle una guerra con Siria”, ya que Israel “no tiene interés en regionalizar el conflicto ni en que se desarrolle más allá de los necesario”. Al final, admite Harel, habrá un diálogo –“cada uno en su propio Estado”– con los palestinos: “La Hoja de Ruta sigue congelada, pero aún no está enterrada”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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