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El mundo|Martes, 22 de mayo de 2007

Israel amenazó a los jefes de Hamas

Un cohete alcanzó a una israelí ayer en Sderot, mientras Tel Aviv continuaba lanzando misiles en Gaza, matando a cuatro palestinos.

Por Sal Emergui *
Desde Sderot
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Murieron cuatro palestinos en Bet Lahia, al norte de Gaza.

Al tiempo que la fuerza aérea israelí continuaba ayer atacando objetivos de los grupos palestinos Hamas y Yihad Islámica en la castigada Franja de Gaza, en la ciudad sureña de Sderot reinaba una sensación de miedo e impotencia ante la lluvia de cohetes Kassam. Uno de los cohetes que cayeron ayer alcanzó a una mujer de 35 años, a sólo pasos del centro comercial, y la mató. La frontera entre Israel y Gaza se ha convertido en un desigual juego de ping pong, en el que por un lado vuelan aviones y helicópteros de combate israelíes y por otro caen los cohetes de fabricación artesanal. Israel amenazó ayer con matar a los líderes de Hamas, incluso a los que viven en Siria.

Varios misiles lanzados desde un helicóptero israelí impactaron contra un coche en el que circulaban cuatro miembros del brazo armado de Yihad Islámica. El ataque, en la aldea de Bet Lahia, al norte de la Franja de Gaza, provocó la muerte de los cuatro palestinos, que en palabras de oficiales israelíes “eran destacados expertos en la fabricación y lanzamiento de Kassam de la Yihad”. En la semana de ofensiva militar aérea, han muerto al menos unos 40 palestinos. Mientras Israel asegura que ha bombardeado “veinte objetivos terroristas, siendo milicianos la mayoría de las víctimas”, fuentes palestinas informaron ayer que como mínimo unos quince eran civiles.

En el seno de Hamas se viven momentos de confusión, temor y sobre todo muchas ansias de venganza. El portavoz del gobierno palestino y miembro de Hamas, Razi Hamed, aseguró que “los crímenes de Israel no dejan otra opción que responder de la misma forma”. “Todas las opciones están abiertas y son válidas”, en referencia a atentados suicidas. Son palabras ratificadas por su líder y primer ministro, Ismail Haniyeh, que ayer dio el visto bueno para realizar lo que llamó “acciones de resistencia armada”. Responsables del movimiento islamista han ordenado máxima precaución a sus hombres para evitar una operación israelí. El aviso va acompañado de un manual que les prohíbe hablar por celulares, reunirse en grupos o salir a la calle en plena luz del día. El líder de Hamas en el extranjero, Jaled Mashal, considerado el “auténtico patrón” del movimiento islamista y que reside en Damasco, también debería hacer caso a dichas medidas, ateniéndose a las amenazas vertidas ayer por el ministro israelí de Seguridad Interna, Avi Dichter.

Dichter fue claro. “Todo dirigente que esté relacionado con las acciones terroristas debe considerarse objetivo de nuestras operaciones. Jaled Mashal hace tiempo que se ha ganado un puesto en la lista de los más buscados por su extremismo y relación directa con el brazo armado de Hamas. En la primera oportunidad que tengamos, nos despediremos de él”, advirtió el ministro de Seguridad Interna. Mientras, Sderot, cansada de tantos cohetes Kassam –ayer cayeron unos diez más– y de la visita de políticos y gobernantes interesados en la foto de rigor, recibió a un visitante inusual: el alto responsable para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, quien se reunió con la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni. Justo minutos antes del encuentro, varios cohetes cayeron cerca del centro de prensa. Solana tiene previsto volver hoy a Sderot tras aceptar la invitación del ciudadano más famoso de esta localidad cada vez más fantasmal, el responsable de Defensa, el laborista Amir Peretz.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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