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El mundo|Viernes, 1 de octubre de 2010
COMO EMPEZO EL DIA MAS AGITADO DE CORREA

“No daré un paso atrás”

El presidente Rafael Correa fue personalmente hasta el regimiento donde cientos de policías estaban amotinados por estar disconformes con una ley que recorta sus beneficios económicos. El mandatario ecuatoriano habló frente a las tropas y , abriéndose la camisa para mostrar que no llevaba un chaleco antibalas, los de-safió: “Si quieren matar al Presidente, aquí está, mátenme si tienen valor”. “No daré ni un paso atrás”, les advirtió Correa. Tras incidentes, el gobernante fue conducido al hospital de la Policía.

A primera hora, la ministra de Política, Doris Solís, declaró que el presidente consideraba disolver el Congreso y convocar a elecciones generales anticipadas, después de que su bloque legislativo rechazara parcialmente un proyecto de ley. Horas después, el presidente Correa fue personalmente hasta el Regimiento 1 de Quito, donde centenas de policías estaban acuartelados por la aprobación de la Ley de Servicio Público. Esa norma fue finalmente promulgada el miércoles y, entre otras cosas, proponía reducir los incentivos económicos que recibían los oficiales por ascensos, condecoraciones y antigüedad. La norma había sido ya aprobada por la Asamblea Nacional de Ecuador y vetada parcialmente por el Ejecutivo.

Cuando el mandatario fue hasta el regimiento donde estaban levantados los uniformados, fue repelido con bombas de agua y granadas de gas lacrimógeno. Los abucheos también fueron un arma que los policías empuñaron contra el gobernante. “La tropa, unida, jamás será vencida”, le hacían escuchar a Correa. Desde un balcón, Correa dijo lo que los policías no querían escuchar: que no habría marcha atrás con la ley. “Si quieren dejar a la ciudadanía indefensa y si quieren traicionar su misión de policías, traiciónenla”, advirtió a los acuartelados el presidente, que había ido acompañado por su ministro del interior, Gustavo Jalkh. “Este presidente, nuestro gobierno, seguirá haciendo lo que tiene que hacer”, agregó.

Según reportes, los agentes tenían tomados otros cuarteles en Guayaquil (suroeste) y Cuenca (sur). Pero la manifestación más numerosa fue la de la capital, que terminó con Correa retenido en el hospital de la Policía. La Ley de Servicios Públicos no sólo molestó a las fuerzas policiales, sino que también encendió una alarma en algunos sectores de la Fuerza Aérea. Unos 150 efectivos de esa arma ocuparon el aeropuerto de Quito e impidieron la salida y entrada de vuelos de la base Mariscal Sucre. Según informó el diario ecuatoriano El Universo, los militares rodearon el hangar donde están el helicóptero y el avión que generalmente usa el presidente, para evitar que el mandatario tuviera cómo desplazarse.

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