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El mundo|Lunes, 27 de diciembre de 2004

Qué son los tsunamis

Por Leonardo Moledo

La bella palabra tsunami, que significa literalmente “ola en el puerto” (del japonés, tsu, puerto, y nami, ola), esconde el horror de un fenómeno que se origina en el movimiento de las placas tectónicas que componen la corteza terrestre y cuyos choques y relaciones mutuas (no siempre cordiales) producen los terremotos. Y cuando los terremotos ocurren en el fondo del mar, con un desplazamiento vertical de la columna de agua (el fenómeno puede producirse también tras una erupción volcánica) es muy probable que se esté en presencia de un tsunami.
Y es así. El movimiento de la corteza que compone el fondo se transmite en forma ascendente a los enormes volúmenes de agua que la cubren, y que se traducen en una o varias olas de superficie que se propagan con una energía aterradora y pueden viajar a una velocidad de más de setecientos kilómetros por hora, con un ancho de cien kilómetros. Y si bien en alta mar la altura de la ola puede ser de no más de un metro, de tal manera que un barco puede ni siquiera notarlo, a medida que se aproxima a la costa el ancho disminuye, y se incrementa la altura de la ola, que se transforma en un muro de agua capaz de alcanzar los setenta metros (la altura de un edificio de diez pisos), y precipitarse sobre las poblaciones costeras con absoluta brutalidad.
Las olas de un tsunami son bien diferentes de las olas causadas por el viento que se suelen ver en las playas y que encantan a bañistas y surfistas: las más grandes que puede producir una tormenta tienen un período –el tiempo entre un pico de la ola y el siguiente– de alrededor de diez segundos, y una longitud de onda (ancho entre dos crestas) de alrededor de 150 metros. En pleno océano, los tsunamis tienen períodos que van de 5 minutos a una hora, y longitudes de onda de varios cientos de kilómetros.
No existe aún un sistema de predicción de tsunamis: si bien al detectarse el epicentro de un terremoto submarino es fácil calcular el tiempo que puede tardar la ola gigantesca en llegar a la costa, es casi siempre imposible saber cuándo se han producido masivos desplazamientos de agua que provocarán tsunamis; y no existe sistema que pueda proteger a nadie contra un tsunami repentino. El devastador tsunami del 12 de julio de 1993, que produjo cientos de muertos en Japón, golpeó la costa apenas cinco minutos después del terremoto. En el caso de los recientes tsunamis, las víctimas alcanzan varios miles. La mayoría de los tsunamis se originan a lo largo del denominado Círculo de Fuego, una zona de volcanes con importante actividad sísmica de 32.500 km de longitud que rodea el océano Pacífico.

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