Alí se sentó en su auto, saludando a las chicas en el distrito Bury en Luton, ayer, en jogging y con anteojos de sol caros. Podría verse como una imagen de un asiático de segunda generación bien integrado pero Alí, un musulmán nacido en Luton con padres paquistaníes, es un joven enojado. “Todos somos atraídos por el Islam aquí. Todos somos musulmanes. Estoy enojado con el Occidente. Están llorando a 56 personas que murieron en Londres, pero yo he estado llorando a las muertes de miles de niños en Palestina, en Chechenia, en Kashmir, en Irak, desde que tengo 15 años. Cuando sucedió lo de Faluja, y tantos inocentes murieron, nadie le preguntó a los jóvenes musulmanes qué sentían. Pero ahora que pasó lo de Londres, nos están preguntando por qué”, aseguró.
Alí creía que no sólo fue la juventud de Luton que se politizó en las décadas anteriores, sino que fueron los jóvenes a lo largo de todo el país a través de una mayor concientización musulmana. “Nuestros padres vinieron aquí como sirvientes con una mentalidad de súbditos. No somos como ellos. Ya no están sólo la BBC y la ITV. Tenemos Al Jazeera, tenemos Internet. Vivimos en una sociedad globalizada. El mundo se ha convertido en una pequeña aldea. Si algo les pasa a la gente inocente en Irak, los musulmanes de Luton se enterarán y los llorarán”, explicó Alí.
Descalificó a la reunión cumbre de Tony Blair con los 20 miembros más prominentes de la comunidad musulmana como un “ejercicio de RR.PP.” y aseguró que, para él, estos “mayores” no tienen contacto con la desencantada juventud musulmana. Alrededor del 15 por ciento de los 185 mil ciudadanos de Luton son musulmanes y adquirieron una etiqueta como semillero del radicalismo, básicamente por vínculos con el grupo islámico de línea dura, Al Muharijoun. Durante un tiempo, marcó su territorio en la ciudad antes de que fuera prohibido por las mezquitas de Luton hace seis meses, aunque un puñado de ex miembros todavía distribuye literatura en un kiosco los viernes.
Un radical de alto perfil, que los musulmanes en general han rechazado, es Sayful Islam, un contador de 24 años anteriormente conocido como Ishtiaq Alamgir. El líder en Luton del grupo Al Muharijoun se dice que fue “la boca, los ojos y los oídos de Bin Laden”, ha calificado a Gran Bretaña como un “objetivo legítimo” para ataques terroristas, y ha llamado a un califato musulmán, incluyendo a Gran Bretaña.
Muchos otros reconocen que se sintieron enojados por no ser escuchados o representados y admitieron sentirse menos orgullosos de ser británicos que de ser musulmanes.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.
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