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Los gobernadores se convirtieron en una de las piezas clave para destrabar el conflicto con el campo. Sin embargo, el Gobierno se encontró ayer con algunas sorpresas poco simpáticas. La más inesperada la aportó el socialista de Santa Fe, Hermes Binner, quien tras reunir a más de 140 intendentes y presidentes comunales de su provincia emitió un comunicado para pedir la suspensión de las retenciones. El comunicado recibió el respaldo de todos los legisladores nacionales por Santa Fe, entre los que estaba nada menos que Carlos Reutemann (ver aparte). Ante esta novedad, en la Casa Rosada eligieron como interlocutores al entrerriano Sergio Urribarri y al bonaerense Daniel Scioli. Tras reunirse con la Presidenta, Scioli asumió su nuevo rol y se juntó con representantes de las entidades del campo para acercar posiciones. Anoche seguía con su tarea. La posición del Gobierno sigue siendo no negociar bajo presión, lo que significa que los ruralistas levanten primero los cortes de ruta y terminen con el lockout para abrir una eventual negociación.
Luego de reunirse con Cristina Fernández de Kirchner, Scioli hizo una exhortación pública a las entidades ruralistas. “Quiero alentar a que se interrumpan las medidas de fuerza para que se facilite el diálogo constructivo y positivo para el bien del país y del pueblo argentino”, dijo. Así transmitió la línea que sigue manteniendo el Gobierno con este tema y, de paso, rompió el mutismo que había mantenido desde el inicio del paro agrario. En los últimos días Scioli se mantuvo lejos del conflicto aprovechando una misión comercial a San Pablo, Brasil, que encabezó junto con el canciller, Jorge Taiana.
Por la Casa Rosada el encargado de negociar con los gobernadores fue el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Ayer a la mañana se reunió con él Urribarri, quizá el más afectado por las protestas del campo (la ruta nacional 14 es escenario de la mayoría de los cortes). Fernández también estuvo con Scioli. La posición que transmitió allí fue la voluntad del Gobierno de instrumentar medidas alternativas sin levantar las retenciones. La condición explícita para cualquier negociación es que antes se levanten los cortes de ruta y el paro agrario.
Tras la conversación con el jefe de Gabinete, Urribarri evitó hacer declaraciones muy comprometidas hacia uno u otro lado. “Espero que esto se resuelva de una manera pacífica y buscando una solución que convenga a todos los argentinos. La Presidenta ejerce su autoridad con una responsabilidad tremenda en un momento que pocas veces pasó en este país”, dijo. De esa forma logró pedir que se abra una negociación y al mismo tiempo elogiar a CFK. “Hoy no hay una solución a la vista”, agregó luego a pura sinceridad (brutal).
El cordobés Juan Schiaretti es otro de los que sigue con más preocupación el conflicto. Ayer recibió a los productores agropecuarios. Al finalizar la reunión, tuvo que atravesar el mismo desfiladero que la mayoría de sus pares kirchneristas: expresar su apoyo a los productores agrícolas y al mismo tiempo su pertenencia al oficialismo.
“El complejo agroalimentario fue, es y será el motor del desarrollo de la provincia. El gobierno (provincial) seguirá aplicando medidas de apoyo al pequeño y mediano productor”, dijo Schiaretti. Luego agregó un mensaje en sintonía con la línea de negociación de la Casa Rosada: “Más allá de las distintas posiciones sobre los temas, es imperioso entablar un diálogo sin condicionamientos para superar la situación”. También el gobernador de Tucumán, José Alperovich, pidió públicamente que se abra una negociación entre la Nación y el campo. “Hay que sentarse a charlar y encontrar los puntos en común”, dijo ayer a la mañana.
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