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“Voy a ser jefa de Gobierno por dos o tres días”, dijo Gabriela Michetti, con una sonrisa impecable. El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, partió en un breve viaje a San Pablo (algunos dicen que para huir del humo) y la dejó a cargo de la administración de la ciudad. “¿Cuántas cosas puedo firmar? ¿Cuántas revoluciones puedo hacer?”, bromeó Michetti en un encuentro con jóvenes de las universidades privadas. Por los pasillos del gobierno porteño, circuló, en cambio, otro chiste, sobre cuál sería su primera medida gubernamental: despedir al jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, por quien no tiene justamente la mayor de las simpatías
La situación de Felipe Solá dentro del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados no es muy cómoda. Muchos vieron en su actitud esquiva para aplaudir a la Presidenta en el Salón Blanco de la Casa Rosada –en pleno conflicto con las entidades agrarias– como un intento del ex gobernador bonaerense de diferenciarse del Gobierno. Solá trató de tomar distancia de las conjeturas y se llamó a silencio. Pero su ausencia en la última sesión de la Cámara baja reanudó los comentarios, así que el propio Solá terminó por levantar el teléfono y llamar a Agustín Rossi en pleno debate parlamentario: “No fui a la sesión porque tuve que ir al dentista y casi no puedo hablar”, le dijo Solá al jefe de la bancada oficialista
Los empleados de mantenimiento de la Legislatura porteña están indignados con la embestida del kirchnerismo contra el diario Clarín. No es que los convoque demasiado la política de medios ni que tengan algún interés particular en ese grupo empresario, sino que días atrás un militante K no tuvo mejor idea que empapelar el baño de discapacitados de la planta baja del Palacio Legislativo local con las calcomanías que dicen “Clarín miente”. Los hombres de limpieza se acordaron de toda su familia cuando tuvieron que remover el adhesivo que quedó impregnado en las cerámicas del sanitario
Mediodía en San Cristóbal. En el bodegón de San Juan y Sarandí degustaba su almuerzo Ginés González García, ex ministro y actual embajador en Chile. Al rato se sentó a su mesa el secretario de Medios, Enrique “Pepe” Albistur. Mientras conversaban y comían tranquilos, en otro rincón del restaurante se ubicó Oscar Espinosa Melo, ex embajador en Chile durante los primeros años del menemismo. Cuando detectó la presencia de Ginés y Albistur, se acercó a saludarlos. Primero afirmó ser primo de Albistur. “De los Albistur Villegas, el que fue intendente de Morón en los ’50”, explicó. Luego advirtió: “Atenti con la casa de la embajada en Santiago, que es yeta”, dijo a Ginés el hombre que dejó aquella embajada en medio de un escándalo poco decoroso.
El desafuero a Luis Abelardo Patti como diputado nacional –para que vuelva a la cárcel como procesado por cometer delitos de lesa humanidad– tiene todavía varios puntos legales a resolver. El radicalismo insiste en que el ex comisario debe jurar como legislador primero para luego ser destituido. Pero la banca que podría ocupar Patti está ahora en manos de quien lo seguía en la lista del Paufe, Dante Camaño. Después de varios meses, Camaño rompió el silencio y afirmó que estaría dispuesto a renunciar para que Patti asuma. Pero la línea sucesoria es siempre hacia abajo. Si Camaño renuncia, debe asumir como diputado quien lo seguía a él en la lista de candidatos: nada menos que Patricio Caselli, el hijo de Esteban, el ex embajador menemista ante el Vaticano y recién electo senador italiano por América latina, como integrante de la lista de Silvio Berlusconi
La macrista Silvia Majdalani dejó un relato imperdible en un reportaje que le hicieron en la web de la Legislatura. Relató que entró a la política “porque siempre iba a hacer las compras y había gente pidiendo. Hacía la compra para los chicos que pedían; así llegué a comprar para muchos que se paraban en la puerta de la quinta”. “Mi marido me dijo que no sólo era molesto, sino también peligroso. Peleé, porque soy una guerrillera nata, pero después le tuve que dar la razón’”, contó. “Salté a la política con Carlos Menem. Después de Perón fue el único que movió el amperímetro, fue el único que avanzó. Después de Perón no se hizo nada por nadie en este país. Hasta que llegó Carlos Menem y la Argentina avanzó 50 años. Esto de que estamos insertos en el mundo es verdad.” Sostuvo que lo votó a Carlos Melconian “porque mi hija iba quinta en la lista de diputados”. Lo que se dice un acto de coherencia
La Armada cumplió en tiempo y forma con la entrega de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) para erigir el Museo de la Memoria. No cumplió, en cambio, con la puesta a punto de los edificios que reemplazarán al centro educativo civil y militar que funcionaba en el lugar. Los padres de los cadetes de la Escuela Nacional de Náutica, que forma a los marinos mercantes, no salen de su asombro. Hace casi un año que la escuela no funciona, si bien por gestión de un gremio marítimo y los buenos oficios de personal de la Prefectura Naval se le consiguió un alojamiento provisorio a esta altura del ciclo lectivo, los cursos de primer año no se iniciaron. “Los cadetes de 2º y 3º año en lugar de recibir clases, son empleados para tareas de mudanza y terminación de obra a pesar de que estos cadetes –a diferencia de los de la Escuela Naval Militar–, no cobran sueldo pero sí pagan cuota por estudiar, lo cual contraría el principio básico de educación estatal gratuita”, señaló un padre que pidió reserva de su nombre. “Los cadetes son sometidos a todos los rigores de la vida naval pero a ninguno de sus privilegios, la Armada los considera ‘bajo bandera’ a pesar de estar abolido el servicio militar obligatorio, los incorpora –tal como se desprende del sellado del DNI de cada uno–, pero no les brinda ni siquiera servicio de salud”, agregó. “La institución se limita a informar que no hay fecha cierta de inicio de actividades y que las tareas extracurriculares a las que se somete a los cadetes de años superiores son parte de sus obligaciones por encontrarse bajo jurisdicción militar”, señaló otro padre, cansado del limbo castrense en el que quedó su hijo aspirante a tripular barcos civiles
En el entorno de Luis Barrionuevo, la lista kirchnerista para la conducción del PJ provocaba una mezcla de bronca y satisfacción. Los hombres del gastronómico consideraban que el encumbramiento del camionero Hugo Moyano como uno de los futuros vicepresidentes del justicialismo no era más que otro intento K de inmiscuirse en la interna de la CGT. Mientras seguían haciendo números con vistas al congreso que en julio elegirá la nueva conducción de la central sindical, los barrionuevistas empezaron a hacerse otras preguntas: “¿Cómo reaccionarán los Gordos ahora que también quedaron desplazados del PJ por Moyano?”. La respuesta fue casi unánime: “Con esta jugada el camionero sigue cosechando enemigos”
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