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El país|Lunes, 21 de abril de 2008
La Presidenta llegó anoche a Ecuador y hoy se reúne con Rafael Correa

Convenios en el medio del mundo

El objetivo central de la visita es firmar acuerdos sobre energía e infraestructura. Cristina Fernández de Kirchner mantendrá una reunión a agenda abierta con el presidente ecuatoriano.

Por Daniel Miguez
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Se supone que CFK y Correa repasarán la situación en la región, tras el conflicto con Colombia.

Desde Quito

Los ecuatorianos andan por estas horas atentos a las noticias sobre la creación de una empresa minera estatal, las secuelas del conflicto con Colombia, la inflación, la inseguridad por los robos a mano armada, el incendio de un boliche por tirar bengalas en un recital en el que murieron trece jóvenes y el clásico de fútbol entre Liga Universitaria y Barcelona. Aun así, la llegada de Cristina Fernández de Kirchner en su primera visita oficial a Ecuador tiene su lugar en los diarios.

La Presidenta llegó a Quito ayer poco después de las 21 de Argentina (19 de Ecuador) y hoy la espera una agenda muy cargada, que tendrá como actividades centrales la firma de un convenio para construir una represa hidroeléctrica, la más grande de este país, en la que participará la empresa estatal argentina Enarsa, y un almuerzo con el presidente Rafael Correa.

La parsimonia del otoñal domingo quiteño fue alterada por el paso raudo de los autos de la comitiva argentina desde el aeropuerto Sucre al Swissôtel, en el norte de la ciudad, donde se recluyó la Presidenta. A poco de pisar Quito, una ciudad clavada en el medio de la Cordillera de los Andes y donde las altas montañas están tan cerca que apabullan, la mayoría de la delegación, algunos más, otros menos, sintió el efecto de los 2800 metros de altura. Pero por lo menos aquí no hay humo. La Presidenta llegó acompañada por los ministros Jorge Taiana, Julio De Vido y Carlos Tomada; los jefes de los bloques kirchneristas en el Senado y Diputados, Miguel Pichetto y Agustín Rossi; el vicegobernador bonaerense, Alberto Balestrini; el secretario de Deportes, Claudio Morresi; el vocero Miguel Núñez; los diputados José María Díaz Bancalari, Edgardo Depetri, Adela Segarra y Pedro Guastavino; y el coordinador de la Unidad Presidente, Rafael Follonier, quien tiene un vínculo estrecho con el presidente Correa.

La actividad oficial comenzará por la mañana con la clásica ofrenda floral a los héroes de la independencia en el centro histórico de la ciudad, el casco urbano colonial más grande de Latinoamérica, que este año cumple treinta años como Patrimonio de la Humanidad. De la Plaza Independencia la Presidenta caminará cien empinados metros hasta el Palacio Carondelet, sede del gobierno, donde será recibida por Correa. Juntos descubrirán la placa que recordará el inicio del proyecto de la represa Coca-Codo Sinclair y después la Presidenta saludará a los alumnos de la escuela pública República Argentina.

Ambos mandatarios tendrán luego una reunión a solas, a agenda abierta. Se supone que repasarán la situación en la región, tras el conflicto con Colombia, desatado cuando tropas de ese país entraron irregularmente en territorio ecuatoriano y mataron al número dos de las FARC, Raúl Reyes, y a una docena de guerrilleros. En aquella ocasión, CFK tuvo una posición de solidaridad con Ecuador y una participación muy activa, en especial en la Cumbre de Río, realizada en República Dominicana, con el objetivo de que el conflicto no llegara a un enfrentamiento bélico.

La agenda seguirá con la firma de una declaración conjunta y de varios convenios, entre ellos el de la construcción de la represa, una obra que costará 1600 millones de dólares, de los cuales el 30 por ciento será inversión argentina (ver aparte). Como parte del protocolo ambos presidentes se condecorarán con las máximas órdenes de cada país. Ecuador sólo una vez en su historia otorgó esa distinción a una mujer: fue en 1950, a Eva Duarte de Perón.

Después de un almuerzo en el mismo palacio, CFK irá a la histórica Iglesia de la Compañía de Jesús, construida a lo largo de 160 años (entre 1605 y 1765) por aborígenes a las órdenes de los curas jesuitas, que después de tanto trabajo pudieron disponer de su colosal edificio –con púlpitos y retablos revestidos en oro– apenas por dos años: en 1767 fueron expulsados. En la misma iglesia el alcalde de Quito, Paco Moncayo, le entregará a la Presidenta las llaves de la ciudad. La maratónica jornada seguirá en la sede ecuatoriana de Flacso, con la inauguración del Centro Argentino de Estudios Políticos y Sociales y del Fondo Bibliográfico Arturo Jauretche, al que la embajada argentina donó dos mil libros de autores argentinos sobre temáticas nacionales. Allí la Presidenta recibirá una distinción que otorga la entidad e inaugurará una escultura del artistas argentino Jorge Gamarra. Será la última actividad antes de emprender el regreso a Buenos Aires, a las 21, hora argentina, exactamente 24 horas después de su llegada.

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