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El Gobierno siguió cosechando críticas de la oposición, cual si fuera soja. La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, planteó que “es claro que el cambio de táctica por parte del Gobierno responde a que quieren evitar la expresión de la ciudadanía el 25 de mayo”, en referencia al tractorazo convocado por los empresarios ruralistas. En tándem, los presidentes del radicalismo y el socialismo, Gerardo Morales y Rubén Giustiniani, advirtieron que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “tiene peor imagen positiva que la que mostraba Fernando de la Rúa en la última semana de gobierno en diciembre de 2001”.
Tras hablar en uno de los piquetes verdes de la provincia de Buenos Aires, Carrió afirmó que “es imposible creer en la autenticidad del Gobierno y cada día es más difícil creer en este doble discurso que proclaman”. “Vamos a vivir la violencia hacia el interior del poder y por eso es preciso que la gente camine hacia adelante y en paz”, vaticinó. Además de apuntarle al Gobierno, la líder de la CC no se olvidó de sus aliados: “La Argentina no sólo muestra la necedad del gobierno, también exhibe la cobardía de muchos de sus gobernadores, entre ellos el principal: Daniel Scioli, que tiene abandonada a la mitad de su provincia”.
En tanto, Morales y Giustiniani compartieron una conferencia de prensa, que organizaron la Fundación Konrad Adenauer y el Círculo de Periodistas Parlamentarios. El dirigente radical destacó que “hay un antes y un después en el Gobierno por el conflicto del campo”. Y que lo que muestra ese conflicto es que “se está agotando un modelo de gestión oficial basado en la hegemonía, el autoritarismo y la concentración”. Los senadores le respondieron al gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, quien los había comparado con la Alianza. Dijeron que sus dichos se explican porque “la provincia del Chaco recibe el 80 por ciento de sus recursos del gobierno nacional”. Aunque advirtieron sobre una posible crisis política del oficialismo y compararon al gobierno con el ex presidente radical Fernando de la Rúa, Morales aclaró que “no va a haber corralito”. Por último, advirtieron que “la situación todavía es controlable”, pero que “no va a ser fácil”.
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