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El país|Jueves, 5 de junio de 2008
La Presidenta y el cardenal Bertone coincidieron en rearmar el vínculo

Un acuerdo de no agresión

Durante el encuentro que mantuvieron en Roma, Cristina Kirchner y el número dos del Vaticano acordaron no continuar con las disputas. Aunque, por ahora, eso no se traducirá en medidas concretas.

Por Daniel Miguez
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El cardenal Tarcisio Bertone también expuso en la Conferencia de la FAO en Roma.

Como contó ayer PáginaI12, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se limitó a calificar de “muy buena” la reunión con el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, quien emitió un breve comunicado elogioso hacia el resultado del contacto en Roma. Todo lo demás fue silencio, siguiendo las normas de la sigilosa diplomacia eclesiástica. De todos modos, este diario pudo recabar que durante la media hora que duró el encuentro en la sede la FAO, la Presidenta y Bertone acordaron no continuar con los enfrentamientos.

A esta idea de no agrandar el distanciamiento, le es subsidiaria otra. La de cómo resolver las cuestiones que motivaron las diferencias entre Argentina y el Vaticano: las vacantes no cubiertas tanto en el obispado castrense –por decisión del Gobierno– y en la embajada argentina en el Vaticano, por el rechazo de la Santa Sede al divorciado Alberto Iribarne. Estos puntos, según dijeron las mismas fuentes del Gobierno a PáginaI12 quedaron para más adelante. “Lo importante ahora fue el acercamiento y esta idea de no profundizar la brecha que nos estaba separando”, fue la explicación oficiosa.

De todas maneras, se percibía una aceptación tácita de que en algún momento, más temprano que tarde, habría que tomar medidas que condujeran a remontar la relación. Si es así el limbo en que se encuentra el ex ministro de Justicia, como embajador propuesto y tácitamente rechazado (nunca hubo contestación oficial del Vaticano a su pedido de plácet), podría terminar en tiempo prudencial, con el envío del pliego de un nuevo embajador y otro destino diplomático para él, que según los rumores podría ser Lisboa. Aceptar el veto vaticano a Iribarne ya implicaría un claro gesto del Gobierno que, además, le permitiría postergar la resolución de la cuestión del obispado castrense.

Seguramente el resultado del encuentro entre Bertone y la Presidenta habrá sido debidamente informado desde Roma a la cúpula del Episcopado argentino. De hecho, el arzobispo Jorge Bergoglio y los tres obispos que lo secundan en la conducción de la Iglesia estuvieron la semana pasada con Bertone, dándole detalles de la situación argentina y repasando al menos parte de los temas agendados para tratar con CFK.

Detrás de lógica presunción, el gobierno argentino tiene la expectativa de que hoy de la reunión del Episcopado no salga un documento con el tono que tuvieron las declaraciones del vocero del Episcopado, Jorge Oesterheld. cuando sostuvo que existía una “amenaza a la paz social” por el conflicto con las entidades agropecuarias.

Incluso, algunos en la Casa Rosada creían que hasta podría no haber hoy un documento oficial del Episcopado. O, en caso de que lo hubiera, que se limitara a realizar un llamamiento al diálogo y a evitar confrontaciones.

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