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El ex funcionario kirchnerista Claudio Uberti fue indagado ayer sorpresivamente por el juez en lo penal económico Daniel Petrone en la causa de la valija, en la que está imputado como partícipe del intento del venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson de ingresar al país 800 mil dólares sin declarar. El interrogatorio se produjo a pedido del propio Uberti, que se presentó espontáneamente en los tribunales de Retiro, y duró casi siete horas. Ante las preguntas de la fiscal María Luz Rivas Diez y del magistrado, dijo que conoció a Antonini en Caracas apenas un día antes de dejarlo subir al avión alquilado por Enarsa, sostuvo que le permitió abordar por pedido del ex vicepresidente de Pdvsa Diego Uzcátegui Matheus y reconoció que tuvo contactos telefónicos posteriores con el valijero. Ahora, el juez debe decidir si lo procesa.
Ayer temprano, el defensor de Uberti, Diego Pirota, se presentó en el juzgado y anunció que su cliente llegaría dos horas más tarde y que quería declarar. Tenía un pedido de indagatoria de la fiscalía, pero el juzgado había resuelto dejarla sin fecha, a la espera de la declaración de Uzcátegui Matheus y su hijo Daniel Uzcátegui Specht. Como los venezolanos nunca aparecieron y aun con pedido de captura nadie sabe cuándo aparecerán, el abogado aprovechó el escenario para apurar una definición, sabiendo que el juez Petrone suavizó días atrás la calificación general de la causa y quitó el delito de contrabando agravado, el único que implicaba amenaza de prisión. Sólo quedó en pie el posible lavado de dinero.
Al requerir la citación del ex titular del Occovi en febrero último, Rivas Diez lo señaló como quien permitió que Antonini viajara en el avión de Enarsa junto con Uzcátegui hijo y otros tres ejecutivos de Pdvsa. En el vuelo fueron también su ex secretaria Victoria Bereziuk y el titular del Enarsa, Exequiel Espinosa. La fiscal destacó que Uberti habló por teléfono con Antonini todos los días tras el episodio de la valija en Aeroparque, en la madrugada del 4 de agosto del año pasado, hasta que dejó Buenos Aires cuatro días después. Según un informe de la SIDE adjuntado a la causa, también habló temprano con la Quinta de Olivos e incluso fue hasta allí. En un descargo presentado un mes atrás, Uzcátegui Matheus aseguró que Uberti conocía a Antonini desde tres meses antes, porque él mismo se lo había presentado, y que el empresario y su hijo subieron al avión por invitación de Bereziuk.
- Según supo PáginaI12, Uberti dijo ayer que conoció a Antonini en un almuerzo en Caracas un día antes de volver a la Argentina, “oportunidad en que me lo presentó Uzcátegui Matheus”. Aclaró que había viajado a Venezuela para cerrar un acuerdo energético que se firmaría en la Casa Rosada tres días más tarde. En aquella comida, según su versión, Uzcátegui padre le preguntó qué lugar tenía disponible en el vuelo de vuelta y le hizo saber quiénes irían. El pedido no le pareció fuera de lugar, porque se correspondía con el trato habitual que tenían como pares en las negociaciones. Sostuvo que nunca se reunió con el valijero en Buenos Aires. Y que ni siquiera le consta que haya estado en la Casa de Gobierno para la firma del acuerdo, como relató su ex secretaria ante la Justicia.
- Al aeropuerto de Caracas vio llegar a Antonini con el joven Uzcátegui, dijo. En el avión sólo se saludaron. Cuando llegaron al Aeroparque Jorge Newbery escuchó, según su relato, “cuando el personal informa a Antonini Wilson que había cometido una infracción aduanera”. “Escuché, saludé a los presentes y me retiré”, dijo.
- Justificó que a las 8, cuando terminaba el recuento de los dólares, llamó a Olivos para hablar de “los acuerdos energéticos” y que incluso fue allí. Que a la historia de la valija no le dio entidad, le parecía un asunto ajeno. Y usó una carta provocadora: que hasta la Justicia demoró en afirmar que había delito.
- Reconoció conversaciones telefónicas posteriores con Antonini: alegó que el venezolano lo llamó varias veces y que él le contestó. Pretendía explicar lo ocurrido, pero él no quiso escuchar razones. En un descargo que presentó en febrero –y al que volvió a remitirse ayer–, Uberti incluso acusaba al valijero de haber “abusado” de su “confianza”. Como era de prever, dijo que desconocía el origen y destino de la plata incautada.
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