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El país|Viernes, 13 de junio de 2008
EN UN ACTO CON EL EMBAJADOR CUBANO, LA PRESIDENTA AGRADECIO EL VIAJE DE LA MADRE DE HILDA MOLINA

Un vínculo que vuelve a tomar color

Luego de mucho tiempo, el gobierno argentino compartió un acto con el cubano. Fue en la Casa Rosada, para la firma de un convenio. La Presidenta agradeció el gesto de permitir viajar a Hilda Morejón.

Por Martín Piqué
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El embajador de Cuba, Aramís Fuente Hernández, y la presidenta Cristina Kirchner.

“Este es el inicio de un intercambio muy importante.” El pronóstico lo hizo la presidenta Cristina Fernández desde el atril del Salón Sur de la Casa Rosada. A su izquierda lo escuchaba el embajador de Cuba, Aramís Fuente Hernández. La frase sonaba prometedora y llena de futuro, aunque también tenía un aire a aquella despedida melancólica de la película Casablanca, en la que el estadounidense Rick Blaine y el capitán francés Louie Renault anunciaban “el inicio de una gran amistad”. La promesa la había hecho el ministro de Planificación, Julio De Vido. Al explicar el convenio de cooperación energética y alimentaria firmado con Cuba, De Vido dijo que el monto inicial –50 millones de dólares– podría incrementarse siguiendo el ejemplo del acuerdo con Venezuela (entre 2003 y 2007, el comercio con Caracas creció de 156 millones a 1300 millones). Más allá de los números, el acto sirvió para poner en escena el descongelamiento de la relación con La Habana. Fue un gesto de gratitud tras la autorización que Cuba le dio finalmente a la madre de la neurocirujana Hilda Molina, Hilda Morejón, para visitar a su nieto en Buenos Aires.

“Agradecemos el gesto de Cuba en autorizar a que venga a nuestro país la madre de la doctora Hilda Molina para ver a sus familiares. Lo valoramos por la familia. Agradezco muchísimo el gesto de la República de Cuba”, dijo la Presidenta. La frase fue festejada con un aplauso generalizado. En lo económico, el acuerdo implica la compra a Cuba de cuatro millones de lámparas de bajo consumo (“bombillos ahorradores”, según La Habana) a un costo de cinco millones de dólares. Las adquisiciones formarán un fideicomiso por cuyo monto Cuba importará alimentos argentinos “a precios competitivos”.

CFK reconoció a los cubanos por el “adelanto tecnológico que permitió contribuir al ahorro energético”. Se refería al plan de cambio masivo de bombitas incandescentes por otras de bajo consumo ordenado por Fidel Castro. “A dos años de su aplicación en Cuba se acabaron los apagones, bien conocidos por todos y también por ustedes”, dijo el embajador en un párrafo que incluyó al pasar una inocente chicana a los argentinos. Aparte de la Presidenta, el embajador cubano y De Vido, asistieron el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini. Como lo viene haciendo últimamente, Cristina habló de la crisis mundial por alimentos y el petróleo. Mencionó el paro de camioneros en España, y aprovechó esa protesta para elogiar a su Gobierno. “En España no tienen un combustible accesible. Acá tenemos tarifas subsidiadas para desacoplarlo del precio internacional.”

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