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El país|Martes, 1 de julio de 2008
En el juicio por el crimen del maestro neuquino Carlos Fuentealba

La única condena posible

La fiscalía y la querella pidieron cadena perpetua para el cabo Darío Poblete. Consideraron que los testimonios y las pericias demostraron “sin ninguna clase de duda” que es el autor material del homicidio. La defensa presenta hoy su alegato.

Por Elio Brat
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Poblete actuó con “alevosía”, estimó la querella, al disparar una granada contra Fuentealba.

Desde Neuquén

La pena de prisión perpetua para el policía Darío Poblete, por encontrarlo “sin ninguna clase de duda” como el autor material del crimen del maestro neuquino Carlos Fuentealba, fue solicitada tanto por la fiscalía como por la querella en los alegatos finales que se presentaron ayer en el juicio que se lleva a cabo en Neuquén por la muerte del docente. La única diferencia entre las partes acusadoras fue que mientras los fiscales Alfredo Velasco Copello y Sandra González Taboada hallaron a Poblete responsable de homicidio “con exceso en la función” de policía, el abogado querellante Gustavo Palmieri argumentó que hubo “alevosía” en el accionar del acusado. Hoy expondrá su alegato la defensa de Poblete, que adelantó que no sólo pedirá su absolución, sino que incluso dirá al tribunal “quién es el autor de la muerte de Fuentealba”.

Ayer, el primero en exponer fue el fiscal Velasco Copello: “Está debidamente acreditado –dijo– que el imputado Poblete se colocó detrás del vehículo Fiat 147 donde viajaba la víctima e intencional y abusivamente apuntó y disparó contra él, ocasionando heridas que le produjeron la muerte al día siguiente a Carlos Fuentealba”. Su compañera de parte, la doctora González Taboada, resaltó “la credibilidad de los testigos”, quienes relataron lo que vieron el 4 de abril de 2007. Entre ellos resaltaron los testimonios de Marcela Roa, Alejandra Meraviglia y Hernán Ulloa, quienes reconocieron en la sala de audiencia al cabo Poblete como el que disparó la granada lacrimógena que impactó en la cabeza del maestro.

La fiscal remarcó también que según las pericias “el cartucho o vaina que se encontró en el coche donde viajaba Fuentealba salió de la pistola federal número 0117 asignada a Poblete y que él utilizó ese día”. Los dos fiscales afirmaron que “al imputado (Poblete) le importó un ápice lo que podía pasar al apuntar y disparar con esa arma de fuego a menos de 6 metros de distancia y que obtuvo como resultado la muerte de Fuentealba”. Para ambos, “Poblete actuó con dolo directo y, en el mejor de los casos, con dolo eventual”.

El alegato más rico del día fue el pronunciado por el abogado querellante Gustavo Palmieri. Durante casi cuatro horas de exposición dio un exhaustivo detalle de lo sucedido en la ruta 22, tratando uno por uno los testimonios de los docentes que estuvieron allí y también de los policías que participaron en “esa feroz represión que terminó con el cobarde asesinato”. Palmieri consideró “plenamente acreditado” que el homicida fue Poblete y describió uno por uno los más de 20 testimonios de docentes que vieron cuando el cabo apuntó y disparó contra el auto donde estaba el maestro “asesinándolo públicamente”. Para el abogado, los testimonios de Marcela Roa y Alejandra Meraviglia fueron determinantes al reconocer en la misma sala al cabo como el autor del disparo de la granada de gas lacrimógeno. “No hay ninguna clase de duda posible, ya que todos los testimonios ubican a este policía (Poblete) como el único que está parado detrás el Fiat 147 al momento que se da la orden de detenerlo por el roce que tuvo con un efectivo policial”, dijo.

En su argumentación, el querellante destacó los dichos del Víctor Pérez y de Sergio Burgos, ambos sargentos de la policía neuquina que ubican e identifican a Poblete al momento de tirar contra el auto uno y luego el otro, al tiempo que “lo esconden” en el móvil del grupo especial Cutral Có. En ambos momentos, la docente Marcela Roa es la que identifica al policía acusado, insultándolo y persiguiéndolo mientras está en la ruta.

En su exposición, Palmieri mostró ante el tribunal una secuencia de fotos donde se observa, paso por paso, el momento en que Poblete se ubica detrás del auto donde estaba Fuentealba, su “huida” y cómo “lo acobacharon” en un vehículo.

Antes de finalizar, Palmieri precisó que “Poblete no se excedió o abusó de su función”, sino que “hubo una orden general para reprimir ese día, la cual se deberá investigar en la causa Fuentealba 2”. El querellante vinculó al ex gobernador Jorge Sobisch, quien habría incurrido en “un uso exacerbado de autoritarismo... Si la orden hubiera sido que no se ejerza la violencia, cuesta creer el desmesurado operativo policial que hubo, con altos jefes en el lugar sin identificación y hasta un representante (el subsecretario de Seguridad Pascuarelli) presente en el lugar cuando sucedió la represión”. Antes de exigirle al tribunal la “única” condena posible, “la prisión perpetua para el cabo Darío Poblete”, Palmieri sostuvo que existió “un diseño” del operativo para que fuera “descontrolado” y tuviera como fin “el objetivo muerte”. “Este caso representa como ningún otro –dijo, con la voz quebrada– la ilegitimidad, el abuso de los factores de poder y la mendacidad, junto con un descontrol policial y una soberbia que tuvieron un altísimo costo: la vida de Carlos Fuentealba.”

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