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La Legislatura bonaerense declaró ciudadano ilustre a Raúl Alfonsín, en una sesión que abrió los festejos provinciales por los 25 años del fin de la dictadura. El ex presidente, de 82 años, estuvo en el recinto presenciando el homenaje. “Quedan muchos años por delante de democracia”, auguró allí, y para reafirmar ese concepto aseguró que se sentía “convencido” más que “persuadido”, término que, aclaró, había decidido cambiar impulsado por tal confianza. El párrafo fue festejado por los legisladores y las barras radicales que llenaron las bandejas del público. Alfonsín había entrado a la Legislatura apoyándose en un bastón; en los últimos tiempos sufrió complicaciones por problemas de salud. Al hablar ante los legisladores se dijo “emocionado” por el homenaje y recordó con “melancolía” su llegada a ese mismo edificio, 50 años antes, como diputado provincial.
El proyecto de reconocimiento fue impulsado por el bloque de senadores de la UCR. Los senadores le habían dado la media sanción la semana pasada y ayer fue el turno de los diputados, que aprobaron la ley por unanimidad. Tras la sanción, el reconocimiento fue ratificado por el gobernador Daniel Scioli, quien encabezó el acto de homenaje que la gobernación ofreció como cierre de la jornada en el Teatro Argentino de La Plata.
El texto de la declaración de ciudadano ilustre subraya “su aporte permanente en favor de la democracia, su defensa irrenunciable a la lucha por los derechos humanos y su compromiso inclaudicable en pos de un país mejor”.
Como primer presidente tras el retorno de la democracia, Alfonsín firmó tres días después de asumir el decreto para llevar a proceso ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a los integrantes de las tres juntas militares de la dictadura. La Justicia militar fue renuente a investigar los crímenes de aquel régimen. En la primavera de su gobierno, y ayudado por las fuertes movilizaciones sociales de la época, el mandatario impulsaría entonces el Juicio a las Juntas. Sin embargo, ese ciclo que buscó juzgar los crímenes de la dictadura fue rápidamente cerrado por decisión del propio Alfonsín, ante los levantamientos carapintadas. La escena clave de aquel giro ocurrió en 1987 cuando, desde el balcón de la Casa Rosada y tras reunirse con los carapintadas, el mandatario hizo el famoso anuncio: “La casa está en orden”. Después vendrían la sanción de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Más tarde, ya bajo el gobierno de Carlos Menem, llegarían los indultos.
En los 25 años que pasaron, Alfonsín ha mantenido el argumento de que su decisión salvó la democracia. Ayer no hubo referencias al tema, sino una intervención que tuvo como centro un llamado a la unidad. “El espíritu que ha reinado en este recinto (de Diputados) es el espíritu que uno aspira que presida el accionar de los argentinos en toda la Nación y en todas las ocasiones: pensamos distinto, pero sabemos de la necesidad de trabajar unidos, de defender la República, de defender la democracia y comprendemos, sobre todo, el valor insuperable que tiene para cada uno de nosotros el poder decir que está tranquilo con su conciencia, ese juez inapelable”, dijo el ex presidente.
La bancada peronista inició el trámite parlamentario para declarar también ciudadano ilustre al ex gobernador Antonio Cafiero. Aunque se especuló con que ambos homenajes iban hacerse el mismo día, finalmente primó el criterio de no quitarle brillo al ex presidente poniéndole un coprotagonista. Los legisladores consultados dijeron que más adelante llegará el turno de Cafiero, quien ayer participó del acto. Tiempo no falta, ya que los 25 años del retorno de la democracia se cumplirán recién el 10 de diciembre.
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