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Las empresas productoras de aceite le enviaron una nota al Gobierno quejándose porque, después del acuerdo de precios firmado hace dos semanas, los supermercados y mayoristas no les están comprando sus productos. Los encargados de la comercialización reconocieron que es así, con el argumento de que el margen de 10 por ciento establecido en el convenio les representa una pérdida insostenible. Así, dos sectores altamente concentrados de la economía se acusan mutuamente y se culpan por la posible falta de aceites en las góndolas. Anoche, desde el sector aceitero pasaron la pelota al Ejecutivo: “Pueden cambiar lo que nos han propuesto, los márgenes los decide el Gobierno”, señalaron a PáginaI12.
El acuerdo alcanzado hace dos semanas estableció que el precio que reciben las empresas aceiteras será un 10,4 por ciento superior a los vigentes en noviembre de 2006, descontando las bonificaciones de volúmenes de adquisición, condiciones de pago y otras prácticas que hayan sido obtenidas el año pasado. Para llegar al precio al consumidor hay que agregarle un 10 por ciento más IVA. El valor final estará estampado en las botellas, para evitar que se remarquen precios. Además, las compensaciones al sector pasaron a ser una responsabilidad de las empresas.
La semana pasada uno de los interrogantes era si el acuerdo iba a “aguantar” el aumento del consumo interno que generaría la baja de precios. Esta semana el interrogante se traslada a los consumidores, quienes podrían enfrentar nuevamente faltantes de productos. Los supermercadistas presionan y advierten que se trata de un producto sensible de alta rotación, que ya venía comprometido por los efectos del lockout, y estiman que en 48 horas pueden llegar a existir problemas de suministro en algunas variedades. En este escenario, la nota que envió la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) al Gobierno apunta a cubrirse frente a cualquier faltante en las góndolas.
El segmento aceitero representa entre el 3 y 4 por ciento de las ventas totales de los supermercados y desde el sector presionan para conseguir un margen del 20 por ciento, con el nuevo acuerdo es del 10 por ciento. Así, los supermercados y mayoristas compran aceite en cuentagotas y la breve nota que Ciara envió a los funcionarios busca distanciar al sector de cualquier responsabilidad si llegara a faltar aceite: “Los stocks de productos están disponibles a requerimiento de las diferentes cadenas, a la espera de la decisión de compra. Esta situación escapa a nuestro alcance y predisposición de abastecer y colaborar con el objeto principal del convenio celebrado”, dice la nota. “Durante mucho tiempo no hubo volumen o precios, mientras tanto exportaban y siguen exportando. Ahora quieren reabastecer el mercado interno a costa del canal de comercialización”, apuntó una fuente del sector supermercadista a este diario. Los supermercadistas se quejan además porque no fueron consultados ni incluidos en la firma del acuerdo que alcanza al aceite de soja, girasol y mezcla.
Los destinatarios de la nota fueron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro de Economía, Carlos Fernández, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Pero todos apuntan a Moreno. En las cadenas de supermercados sostienen que, la semana pasada, el funcionario consideraba lógico que las empresas resignaran parte de su rentabilidad en favor del mercado interno. Por su parte, las empresas aceiteras, que en algunos casos llegan a exportar el 95 por ciento de su producción, se distancian del conflicto argumentando que la propuesta no partió de ellos si no que provino del Gobierno, de la Secretaría de Comercio más precisamente, y tuvieron que “acatarla”. También afirman que advirtieron a Moreno las dificultades que surgirían en la cadena de comercialización. “El acuerdo nos lo sugirió el Gobierno y nosotros le dijimos que iba a traer problemas, que no iba a funcionar, pero Moreno nos dijo que ese era su problema”, se cubrieron las aceiteras.
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