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La conducción nacional del Partido Socialista tiene decidido intervenir el partido en la provincia de Buenos Aires, el último bastión del socialismo K. Lo hará en un congreso en el que se planteará que existen irregularidades en los padrones bonaerenses y que las autoridades partidarias provinciales no respetaron la decisión de plantarse como oposición al Gobierno. “La gente de la provincia quiere construir un partido paralelo y por eso hay que intervenir”, afirmó el dirigente Roy Cortina a PáginaI12. “No respetan a los afiliados de la provincia. Es lamentable no sólo de parte de Giustiniani, sino del propio Hermes Binner, que tiene una actitud complaciente”, lanzó Ariel Basteiro.
El congreso nacional del PS está previsto para el sábado 6 de septiembre. Allí se discutirá si se sanciona a Oscar González por haber aceptado el cargo de vicejefe de Gabinete y si se interviene el distrito. Para esto último, la conducción del PS tiene previsto reformar la carta orgánica del partido, a la que le agregarán además un cupo del 40 por ciento para las mujeres y una secretaría de diversidad sexual.
“Está la decisión política de resolver el problema de la conducción bonaerense, que no respeta la línea del partido y vulnera los derechos de los afiliados”, afirman en el PS nacional. La medida terminará con los últimos cargos partidarios que conservaban los socialistas afines al kirchnerismo: en la última elección interna, la lista que encabezaba Jorge Rivas –aún convaleciente luego del asalto que sufrió– se bajó a último momento, por lo que el sector de Rubén Giustiniani se alzó con todos los cargos nacionales. Sin embargo, la línea kirchnerista mantuvo hasta ahora la conducción bonaerense, que llamó a elecciones internas para el 30 de noviembre. La iniciativa –que tenía como objetivo parar la intervención– fue frenada por un oportuno amparo del sector de Giustiniani, en el que reclamaron por los padrones bonaerenses. En respuesta, los socialistas K harán hoy una nueva convocatoria con los padrones actualizados.
“El partido no tiene dos líneas políticas distintas, así que la intervención es absolutamente necesaria”, destacó Cortina, que lidera el socialismo porteño, desde donde acompañará la intervención incluso el ex diputado Héctor Polino (ver aparte). “¿Cuánto tiempo más tenemos que soportar un partido dentro del partido?”, se preguntaban en la conducción nacional, desde donde se ocuparon de aclarar que no habrá una ruptura en el socialismo. “No se trata de un quiebre. El 99,9999 de los dirigentes se quedan en el partido. Sólo algunos se dejaron cooptar”, graficaba a este diario un dirigente cercano a Giustiniani.
Los socialistas K, por su parte, aseguran que irán al congreso a defender su posición. También que se presentarán a la Justicia para frenar la intervención por extemporánea, una vez que la hayan decidido. “La carta orgánica no les da la posibilidad de intervenirnos, por eso están convocando a modificarla. Algunos hablan de institucionalidad y no miran la viga en el ojo ajeno”, planteó Basteiro, que insistió en que el socialismo bonaerense no es el único que no acompañó a Elisa Carrió. “En Tierra del Fuego no fueron con Carrió; en Río Negro, tampoco; en Catamarca y en Santa Cruz, fueron con el Frente para la Victoria; en Neuquén, en otro frente sin el ARI; en Córdoba, con Juez cuando era filokirchnerista; en San Juan, fueron con el PRO, con la derecha; en San Luis fue el socialismo solo; en Tucumán, con la Democracia Cristiana; en Misiones, con el candidato de Moyano; y en Salta, con el PC. Cada uno hizo lo que quiso. Sólo a nosotros nos sancionan”, enumeró Basteiro, sin perder el aliento. “Esto lo hacen porque Giustiniani se quedó sin congresales en Santa Fe –ahora son de Binner– y necesitan a los bonaerenses”, interpretó.
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