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El país|Domingo, 7 de septiembre de 2008
EL CONGRESO DEL SOCIALISMO FUE SUSPENDIDO POR INCIDENTES ENTRE LOS K Y LOS ALINEADOS CON LA OPOSICION

Duelo a piñas y palazos entre socialistas

Las peleas comenzaron cuando llegaron los dirigentes afines al Gobierno. Durante el encuentro se los iba a desplazar de la conducción del partido en la provincia de Buenos Aires. Los dos sectores en pugna se acusaron por lo ocurrido.

Por Werner Pertot
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Los socialistas apelaron a los palos para dirimir su interna.

Será que el ejemplo de Alfredo Palacios llevó a los socialistas a retomar una de sus facetas menos recordadas: su pasión por los duelos. Pero ayer no usaron ni revólveres ni armas de esgrima; en lugar de eso, los partidarios del kirchnerismo y los opositores eligieron para pelearse los palos y las trompadas en la entrada del congreso nacional del partido en Costa Salguero, que terminó suspendido. Hubo vidrios rotos, bombas de humo rojo, destrozos al por mayor y varios heridos. El objetivo del cónclave era quitarles el control del PS bonaerense a los socialistas K. Cada sector acusó al otro de haber empezado los incidentes. La conducción nacional se reunirá para decidir sanciones y un nuevo encuentro.

Como adelantó PáginaI12, el congreso nacional había sido convocado para intervenir el PS bonaerense y quitarles el control a los socialistas K de su último bastión. La conducción nacional, declarada opositora al kirchnerismo, señalaba que habían violado el mandato del partido. Los dirigentes partidarios del Gobierno, en cambio, afirmaban que se trataba de una maniobra para impedir una interna en la provincia de Buenos Aires, en la que se daban como ganadores seguros.

“Si vas al congreso, mejor llevá casco”, le recomendó a este diario un dirigente del socialismo K a fines de la semana pasada. Y los pronósticos se cumplieron: bajo la lluvia matinal y con el frío del sábado, la gresca entre ambos sectores se originó poco después de que llegara el grupo de los socialistas afines al Gobierno. Según el vicejefe de Gabinete, Oscar González, fue porque un grupo de patovicas les impidió la entrada a los congresales bonaerenses. “Los tres heridos son delegados de la provincia de Buenos Aires y fueron llevados al Hospital Fernández. Los agresores fueron ellos”, acusó. Según el titular del PS nacional, Rubén Giustiniani, la situación fue la inversa: llegaron “con una patota” y rompieron todo.

Lo cierto es que hubo varios heridos: volaron vallas, mesas y sillas, rompieron las puertas de vidrio del pabellón 6 del complejo Costa Salguero, repartieron palazos y trompadas y una bomba de estruendo de humo rojo tiñó la escena y le dio un toque a lo Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola. Los cinco veedores judiciales que habían asistido al congreso recibieron su parte de los golpes. Hubo tres choques, hasta que subió al escenario Eduardo Di Pollina y anunció que se suspendía el congreso. Entonces, los socialistas K salieron y cantaron La Internacional para celebrar el triunfo en la batahola. “El PS bonaerense les presentó batalla a quienes intentan convertir al socialismo en cortesano de la derecha y el gran capital, como se demostró en el alineamiento con Carrió, con el PRO y con otros sectores derechistas”, festejó el diputado Ariel Basteiro.

“Es ridículo. ¿Y por eso entraron con palos?”, se preguntó Giustiniani.

“Basteiro y González llegaron en tres colectivos con una patota y rompieron el congreso. Esta es la verdad. Impidieron que deliberara y que les intervengamos la provincia de Buenos Aires”, denunció el senador socialista a este diario. “Decidimos preservar a los delegados y a los compañeros ante tamaña locura y ante una patota que avanza con palos y cadenas. No eran los delegados de la provincia de Buenos Aires, ni siquiera eran del partido”, sostuvo.

“Ninguno anda con palos y cadenas. Lo único que había eran los palos de las banderas. Un grupo de pibes de la juventud se quedó en la primera fila. Pero son todos afiliados”, respondió Basteiro, quien afirmó que los patovicas fueron los que iniciaron la pelea. “No nos dejaron acreditar, ni entrar. Se mostró que había un listado de congresales truchos. Había algunos que los afiliaron hace una semana. Eso generó una protesta de los delegados históricos. Uno de los patovicas, que estaban con pulsadores eléctricos (táser), empujó a una señora y a un compañero y ahí se armó el bolonqui”, sostuvo el dirigente.

“Los de seguridad ni actuaron”, afirmó Giustiniani. En su entorno aseguraron que para cualquier evento masivo hay que contratar por ley bomberos y seguridad. Los organizadores sostuvieron que no se contrató una empresa de seguridad, sino que se utilizó la propia del complejo Costa Salguero, además de la presencia de Prefectura.

“La Prefectura liberó la zona. Estaba desde la mañana y desapareció en ese momento, lo cual es sumamente extraño”, denunció Giustiniani. “Es demasiada casualidad que lleguen, rompan todo y la Prefectura justo desaparezca”, sugirió. “La Prefectura estuvo en todos y cada uno de los momentos”, lo contradijo González. “No hubo un solo segundo sin su presencia. Estuve hablando con las autoridades que estaban ahí y les pedí que evitaran desmanes. Lo que dice Giustiniani es una infamia total: actuó como un módico Pol Pot rosarino”, lanzó.

Giustiniani estuvo reunido con la cúpula del socialismo, habló con el gobernador de Santa Fe Hermes Binner –quien tenía previsto cerrar el congreso– y resolvieron convocar a un comité ejecutivo nacional que reunirá las pruebas de lo que ocurrió y que convocará a un nuevo congreso.

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