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El país|Jueves, 11 de septiembre de 2008
Eduardo Duhalde volvió a recorrer el conurbano y criticó al Gobierno

Como si estuviera en un acto de campaña

“Sólo un imbécil deja de proteger a sus industriales y productores”, afirmó en Morón. En sintonía con los ruralistas, reclamó que “los sectores productivos” tengan lugares en los concejos deliberantes y en el Congreso.

Por Miguel Jorquera
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Eduardo Duhalde recorrió el parque industrial La Cantábrica y ratificó que no será candidato “en 2009”.

Fue en el territorio que más le gusta y frente a un auditorio al que ahora destina su prédica. Como fundador del Movimiento Productivo Argentino (MPA), Eduardo Duhalde eligió una visita al parque industrial La Cantábrica –en Morón– y una charla ante empresarios para volver a recorrer la provincia de Buenos Aires y lanzar definiciones políticas en busca del armado de un proyecto “productivista”, aunque volvió a negar que será candidato “en 2009”. Ante los periodistas, el ex presidente no ahorró críticas al Gobierno y afirmó que “la alianza radical-justicialista de Cristina Kirchner y Julio Cobos fracasó como la alianza de De la Rúa y Chacho Alvarez”. Frente a los empresarios cuestionó el método “confrontativo” del Gobierno y aseguró que “sólo un imbécil deja de proteger a sus industriales y productores”. Luego reclamó –en sintonía con las propuestas ruralistas– lugares para los sectores productivos “desde los concejos deliberantes hasta el Congreso”.

Duhalde llegó al predio del parque industrial de Morón acompañado por su ex ministro de Producción Carlos Brown, el diputado y empresario Francisco De Narváez y la ex diputada lavagnista Marina Casesse. Todos en representación del MPA. Adentro los esperaban los empresarios de la Unión Industrial del Oeste (UIO) y un nutrido grupo de periodistas, que acudieron a la cita convocados desde el entorno del ex mandamás bonaerense. “El Gobierno tiene que preparar a la gente porque puede haber problemas y no hay que estar cantando victoria cada 15 días. Hay que ver cómo se sale, porque la crisis global es seria y puede haber complicaciones para la Argentina”, fue una de su primeras declaraciones proféticas sobre la gestión de CFK.

Afuera, un puñado de veteranos dirigentes pejotistas de la zona esperaron a Duhalde frente al viejo arco de entrada de la ex fábrica metalúrgica que anunciaba “1902-1992, 90 años de trabajo fecundo”. La Cantábrica quebró poco después y en el ’96 Duhalde –entonces gobernador– compró el predio para transformarlo en parque industrial. Hoy funcionan allí 37 pymes con una administración tripartita entre el Estado provincial, el municipio (desde hace un década en manos del filo kirchnerista Martín Sabbatella) y los empresarios. El viejo tren de laminado que fue orgullo de la industria siderúrgica terminó desguasado.

Los seguidores de Duhalde amenizaron la espera entre chanzas para propios y extraños: “La vieja política vuelve al ruedo”, se decían haciendo gestos de peinarse las canas. Pero ninguno logró su objetivo de acercarse a ex gobernador. Sólo lo vieron a través de los vidrios del jeep 4x4 en el que llegó y se fue, sin la anunciada compañía de su esposa Chiche.

“Lo único que falta es que no pueda hablar”, contestó Duhalde cuando lo consultaron si las críticas al Gobierno no significaban su regreso a la política. Enseguida insistió con que no será candidato “en 2009” ni participará en la interna del PJ bonaerense, pero dijo que ve al gobernador Daniel Scioli “con muchas dificultades”.

Camino hacia una de las plantas del complejo industrial, cuestionó las cifras del Indec y afirmó que “hay cosas que no se entienden, como la del tren bala. Hay otras cosas más importantes que hacer”. Cruzó la línea de producción de una fábrica de envases y se subió a un colectivo de la empresa 216 para llegar junto a la comitiva hasta el colegio industrial que funciona dentro del parque industrial.

“Este gobierno se olvidó de los planes sociales y de los indigentes”, dijo Duhalde ya frente a los industriales y aseguró que la “criminalidad y el delito son precios que se pagan por la injusticia social”. Trazó un paralelo con la Europa de posguerra y la “industrialización” de sus países “a pesar de los 40 millones de muertos”, para luego afirmar que el “gobierno de los Kirchner mira siempre al pasado” y “no respeta los derechos humanos de los vivos”. Después dijo que “la señora Presidenta debe tener en claro que tiene que conducir a todos, a los militares nuevos, a las iglesias, al campo, a los productores, a los industriales”.

Duhalde dejó para el final una consigna que comparte con varios popes ruralista y en la que ambos trabajan por cuerdas separadas tras el conflicto con “el campo”. “La propuesta industrialista debe estar expresada desde abajo. Por eso hay que reservarle lugares de protagonismo a los sectores productivos desde los concejos deliberantes hasta el Congreso”, expresó el ex presidente. Los empresarios lo despidieron con un regalo: una placa con un engranaje y un tornillo. Todo un símbolo para el armado de su nuevo proyecto político.

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