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El país|Domingo, 28 de septiembre de 2008
CONFIAN EN LA OPINION DEL FMI SOBRE EL INDEC

Expectativas oficiales

En el Gobierno descartan que en su próximo informe el organismo internacional cuestione la medición de inflación. El Crédit Suisse podría sumarse al canje de bonos.

Por Daniel Miguez
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Las mediciones del Indec fueron defendidas por la Presidenta en su visita a Nueva York.

En lo más alto del Gobierno creen que el próximo informe del Fondo Monetario Internacional no contendrá críticas a la medición de la inflación que hace el Indec, pese a las versiones que indican que ese organismo de crédito internacional podría llegar a decir que la inflación real triplica a la que surge de la estadística oficial. “Los que pronostican eso se van a equivocar. Tenemos información de que el FMI avala el método estadístico que utiliza el Indec para medir el IPC (Indice de Precios al Consumidor). No podría ser de otra manera porque el nuevo sistema de medición utiliza los parámetros más usuales en Estados Unidos”, aseguró una alta fuente oficial, que adelantó además a PáginaI12 que el Crédit Suisse sumará una propuesta a las que ya realizaron otros tres bancos con el propósito de reabrir el canje de bonos.

A medida que el Gobierno va cerrando de a poco los frentes abiertos que encendían luces amarillas sobre el financiamiento de los dos próximos años, sobre todo respecto a los vencimientos de la deuda externa, los cuestionamientos a la confiabilidad del Indec pasan a ser quizás el último escollo para generar confianza. Cristina Fernández de Kirchner clausuró el frente con el Club de París, al decidir el pago de la deuda con ese organismo. También anunció la recepción de ofertas de los bancos Barklays, Citi y Deutsche para acordar con buena parte de los tenedores de bonos que no quisieron ingresar en el canje de 2005. Este diario pudo saber que está a las puertas de sumarse un cuarto banco representante de bonistas: el Crédit Suisse.

En el Gobierno estiman que las entidades crediticias aportarán unos 10.000 millones de dólares para hacer el canje que significará un porcentaje menor del pagado a los bonistas en 2005. Si todo marcha como esperan en la Casa Rosada, aprobación del Congreso mediante, en dos meses estaría concretada la operación.

En cuanto a la deuda con el Club de París, en el Gobierno especificaron que la negociación es país por país de los acreedores que integran el organismo y el proceso para cerrar con todos podría tardar también un par de meses.

Ante ese panorama, queda más en evidencia la pregunta ¿qué hacer con el Indec? La respuesta del Gobierno por ahora sigue siendo la misma: nada.

Se trata de un tema ríspido, porque cada punto más de inflación implica que el Estado debe desembolsar 600 millones de dólares más a acreedores, lo que hace que muchas voces que reclaman un índice mayor no sean inocentes o imparciales, porque representan a esos intereses. Pero por otro lado está la percepción de la gente, que en su mayoría no coincide con la de los registros oficiales.

Sobre cada uno de estos puntos habló en detalle la Presidenta durante la ronda de preguntas que le hicieron luego de su disertación el miércoles pasado en el Consejo de las Américas en Nueva York. Allí admitió que la percepción de la sociedad va por otro carril que el Indec, pero sostuvo que eso pasa en muchas partes del mundo. “Hace unos días leí que la inflación en Alemania es el 3,3, pero que los alemanes están convencidos de que la inflación es el 12,5. Y el año pasado, aquí en Estados Unidos, leí un interesantísimo artículo de Bloomberg, donde decían también que la estadística que medía la inflación en los Estados Unidos daba en ese momento, creo, 2,50 y el articulista decía que no tenía absolutamente nada que ver con todo lo que había aumentado en los Estados Unidos”, se defendió.

También habló de las opiniones “interesadas” en que el índice sea más alto y en una puntillosa y larga explicación defendió a rajatabla la validez técnica de la medición del Indec. Lo dijo así: “En el anterior índice, que ahora fue cambiado, se medían viajes a Cancún y a Miami, pero, por ejemplo, no se medía turismo social. El costo de vida aquí y en todos lados está referido a los sectores de bajos y medianos ingresos porque los que son muy pobres o los que son muy ricos distorsionan normalmente todas las mediciones. Y no medimos un producto que aumenta porque está fuera de estación, como también se hace aquí en Estados Unidos”.

Y si bien la Presidenta reconoció que hay inflación, invitó a debatir sobre sus causas: “¿cuál es la causa? Una distorsión del Estado por sus variables macroeconómicas o una distorsión del mercado por concentración de los formadores de precios”.

En los próximos días se sabrá si, como suponen en el Gobierno, el FMI no criticará al Indec. Respecto de si habrá cambios en el Indec, la respuesta ya la dio la propia Presidenta.

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