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El país|Jueves, 2 de octubre de 2008
En Miami declaró otro de los arrepentidos en el caso de la valija

Todo por el dinero venezolano

Carlos Kauffman dijo que, para incrementar sus negocios con el gobierno de Chávez, aceptó la misión de presionar a Antonini para que no revelara que los 800 mil dólares eran para la campaña de la Presidenta. La defensa sostiene que miente, presionado por el FBI.

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Antonini compartía amistad y negocios con Kauffman y con Durán, el único acusado.

Vestido con un mameluco de preso color ocre, y con los pies encadenados, Carlos Kauffman, de 36 años, empezó a testificar en un mar de lágrimas. Es uno de los acusados en el caso de la valija en Miami que se declaró culpable para aspirar a una pena reducida a cambio de aportar información. Ante las preguntas de la fiscalía, dijo que fue a pedido del gobierno de Hugo Chávez que intentó acallar a Guido Alejandro Antonini Wilson y reinstaló ayer uno de los temas más sensibles de esta trama: “el dinero” que le incautaron en Buenos Aires a Antonini “era del gobierno de Venezuela para Argentina..., para la campaña política del momento, de la actual presidenta Cristina”, dijo.

Kauffman, al igual que otros tres hombres, está acusado de haber actuado en Estados Unidos como agente venezolano no registrado, para silenciar al valijero sobre el origen y destino de los 800 mil dólares que intentó ingresar al país sin declararlos, en agosto del año pasado. Preso desde diciembre, como el resto de los imputados, el empresario rompió en llanto apenas comenzaron las preguntas del fiscal Tom Mulvihill. La jueza Joan Lenard dispuso un receso de cinco minutos hasta que se calmara. Al retomar la audiencia, Kauffman explicó que en los días posteriores al episodio de Antonini en aeroparque había hablado con su socio Franklin Durán acerca de que la Dirección de Inteligencia venezolana (Disip) “necesitaba nuestra ayuda”.

Durán es el único de los implicados que no se autoinculpó y, por ende, el único que está siendo juzgado. Igual que Kauffman, compartía negocios y amistad con Antonini. Kauffman dijo que en la supuesta colaboración con la Disip a él le tocaba convencer al valijero para que firmara un poder para designar un abogado en la Argentina, donde le abrieron una causa por contrabando y lavado y tiene pedido de extradición.

Si el dinero era o no para la campaña presidencial, no hace a la esencia de la acusación (la de actuar como agente ilegal), pero es uno de los grandes condimentos políticos del juicio. Otros tantos embates apuntan a Venezuela. Kauffman sostuvo ayer que el vicepresidente de ese país, Jorge Rodríguez, estaba al tanto de cada detalle en el escándalo de la valija y que dijo que la petrolera “Pdvsa también estaba involucrada”. “El vicepresidente dijo que sabía todo”, señaló el testigo.

En lo que va del juicio, que comenzó hace un mes, la cuestión de la campaña de Cristina Fernández había aparecido en forma tangencial en los testimonios y más directa en las desgrabaciones de las conversaciones que registró Antonini Wilson en su papel de colaborador del FBI. Kauffman fue uno de los grabados subrepticiamente por el valijero, pero es Durán quien en los diálogos registrados menciona la campaña como destino del dinero. La semana pasada se exhibió en una audiencia una libreta que se le habría caído a Durán en un encuentro con Antonini, con anotaciones que señalaban que el dinero había salido de la petrolera Pdvsa, que el destino era la “campaña” y mencionaba 6 millones de dólares como el total de lo supuestamente enviado. El Gordo, por su lado, dijo que los 800 mil dólares incautados eran de Claudio Uberti, ex titular del Occovi. Mencionó indirectamente que la campaña electoral era el destino de los fondos y también habló de una segunda valija con 4,2 millones.

Kauffman dijo ayer que compartía con Durán una cuenta bancaria de 28 millones de dólares en Estados Unidos. En lo que atañe a su relación con el gobierno venezolano, afirmó que administraba dinero de ese país y que estaba en tratativas para el manejo de un fondo de 100 millones de dólares destinados a una operación en Bolivia. Durán y él, informó, recibirían 12 millones de dólares en un contrato de equipos antidisturbios para el gobierno boliviano. Contó que se involucró en el asunto “porque iba a ser beneficioso” para sus negocios: “nuevos contratos, más poder, más dinero del gobierno de Venezuela”. También relató que –sobornos mediante– obtenía información privilegiada de Pdvsa acerca de la industria petrolera.

Según el fiscal Mulvihill, Kauffman y Durán distribuían coimas en el gobierno venezolano como algo habitual. Había presentado catorce evidencias en ese sentido en el juicio de Miami, que fueron cuestionadas por el defensor de Durán, Ed Shohat, por no tener relación con el objeto del proceso. Finalmente, la jueza Lenard resolvió ayer admitir sólo dos de esas evidencias. Una está vinculada con la venta de materias primas a la petrolera venezolana entre 2003 y 2008 y la otra con la venta de uniformes policiales y equipos médicos a un tercer país.

Desde antes de que comenzaran las audiencias, el defensor de Durán viene intentando poner en duda la credibilidad de Kauffman. Señaló que el FBI lo había presionado para que se declarara culpable, con la amenaza de empeorar su situación y la de su esposa en un juicio por fraude migratorio. Kauffman reconoció ayer haber fraguado papeles de migraciones.

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