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El país|Lunes, 27 de octubre de 2008
La Justicia restituyó en su cargo al director del hospital desplazado por Macri

Spaccavento vuelve al Argerich

El juez Andrés Gallardo le ordenó al gobierno porteño que restituya en su cargo de director del Hospital Argerich al ex ministro de Salud Donato Spaccavento. El fallo considera que el médico fue forzado a renunciar, por lo tanto hoy volverá a su puesto.

Por Sebastian Abrevaya
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Spaccavento fue separado de su cargo al día siguiente de denunciar las carencias del sistema de salud.

El juez en lo contencioso administrativo de la ciudad de Buenos Aires, Andrés Gallardo, le ordenó al gobierno porteño restituir al ex ministro de Salud, Donato Spaccavento, en el cargo de director del Hospital Argerich. El magistrado volvió a traerle un dolor de cabeza al jefe de gobierno, Mauricio Macri, al dar lugar a la medida cautelar solicitada por Spaccavento, quien, según denunció judicialmente, fue “forzado” a presentar su renuncia. A partir de hoy volverá a su cargo hasta tanto la Justicia dicte sentencia definitiva sobre el caso. Si el macrismo decide apelar la medida, la causa caería en la Justicia Federal.

Todos los directores y subdirectores de los hospitales porteños están en su cargo de manera interina, ya que fueron designados por el Poder Ejecutivo y no mediante un concurso público. Por ese motivo, en cada cambio de gestión ponen su continuidad a disposición del ministro de Salud. En esta oportunidad, el macrismo anunció que realizaría los concursos para el nombramiento de los directores permanentes. Pero como condición para ingresar a la fase de preselección en el proceso de renovación de autoridades solicitó la presentación de los currículums acompañada por la renuncia por escrito de los funcionarios.

Sin embargo, Macri no llamó a concurso sino que decretó que la designación de los nuevos directores en los 33 establecimientos sanitarios porteños se realice mediante una selección llevada a cabo por una junta asesora de cuatro miembros, elegidos por él. Tras esa primera selección, el ministro de Salud, Jorge Lemus, y el jefe de gobierno determinarían quién debe ocupar el cargo. Este mecanismo de nombramiento fue duramente criticado por sectores de la oposición y cuestionado en la interpelación que se le hizo en la Legislatura porteña al ministro Lemus.

Hace más de dos meses, Spaccavento presentó su renuncia al frente del Argerich, al igual que los otros directores, con el objetivo de participar de esa selección. Lo cierto es que la dimisión del director del Argerich no fue aceptada sino hasta el viernes 3 de octubre, al día siguiente de que denunciara públicamente la crítica situación del sistema de salud de la Ciudad. En ese momento había participado de un abrazo simbólico al hospital de La Boca.

“Abusaron de mi buena fe. Cuando presenté mi renuncia lo hice para un fin y lo utilizaron para otro”, aseguró el ex ministro a PáginaI12. Luego de 48 horas de aceptada la renuncia, la abogada de Spaccavento, Susana Traiman, presentó el pedido de amparo ante el juez Gallardo, manifestando que “se lo coaccionó a renunciar” y que el cese en sus funciones “se debe a la aplicación de normas y acciones en colisión con la Constitución nacional y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

El escrito presentado por Traiman señala que su defendido “fue uno de los primeros a los que se le aceptó la forzada renuncia, y que esa discriminación se debió por haberse explayado en la falta de insumos imprescindibles para el funcionamiento hospitalario, debido a las reformas en los sistemas de provisión”. El otro médico al que se le tomó la renuncia fue el director del Hospital Muñiz, que, a diferencia de Spaccavento, estaba en edad de jubilarse.

A su vez, el director del Argerich sostuvo que según la Ley 471, una autoridad interina sólo puede ser removida de dos formas. Por un lado, mediante una causa sumarial administrativa por la cual se lo deja cesante, y por el otro si se le realiza el concurso para designar un director permanente. Desde el macrismo argumentaron que el director del Argerich no cumplía con los requisitos necesarios para ocupar el cargo, por lo cual se lo excluyó de la selección. Spaccavento desmintió esa versión y en cambio denunció que no existió un reglamento de selección y que el Consejo Asesor recién se había constituido el día anterior a que le aceptaran la renuncia.

El director del Argerich afirmó que si no lo restituyen denunciará al gobierno porteño por desacato y que, de ser necesario, llegará a la Corte Suprema. Por último sostuvo que, una vez de vuelta en el cargo, solicitará una reunión con el ministro Lemus para que le informe cuál es la política de salud del gobierno porteño, porque afirmó que no se convertirá en “cómplice de la destrucción del hospital público”. En ese caso “mi renuncia será inmediata”, enfatizó.

Desde la oposición afirman que el macrismo apostó a quitar del medio a Spaccavento por su posición política. Fue secretario de Salud durante la gestión de Aníbal Ibarra y luego ministro de esa área con Jorge Telerman. El 14 de noviembre debía regresar al hospital, pero para desempeñarse como médico de planta, función que ocupaba antes de ser director.

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