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El país|Domingo, 7 de diciembre de 2008
JULIO COBOS CUESTIONA AL GOBIERNO Y CRITICA EL ROL DE NESTOR KIRCHNER

“Esto de hacer sombra no es bueno para la Presidenta”

El vicepresidente no descartó su candidatura en el 2011. Habló de hacer un armado “transversal” con peronistas, radicales y socialistas. Dijo que le sería “difícil” convivir con Elisa Carrió.

Por Santiago Rodríguez
y Sebastian Abrevaya
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El despacho de Julio Cobos en el Senado está cargado de asistentes y personas que entran y salen. Lejos quedaron para el vicepresidente los tiempos de anonimato y ya parece haber naturalizado, al punto de tomarlo con humor, la situación de estar enfrentado con el Gobierno que integra. “Acá parece que se cambia un artículo de una ley y se dice ‘perdimos el poder’; al poder se lo construye convenciendo. Hay decisiones de las que no se enteran ni los ministros del área”, cuestiona Cobos y no desmiente que vaya a postularse a la Presidencia en 2011. Sin entrar en el tema de las candidaturas, Cobos habla de impulsar un armado “transversal” con dirigentes del justicialismo, el radicalismo, el socialismo, la Democracia Cristiana y sostiene que está “a la misma distancia” que antes de la UCR, los radicales quienes están más cerca suyo. En diálogo con Página/12, advierte que sería “muy difícil” convivir con Elisa Carrió en el caso de volver al radicalismo y que al acuerdo con la Coalición Cívica y el socialismo “le faltan brazos, piernas y corazón”.

–¿Por qué supone que Cristina Fernández le dice todas las mañanas a Kirchner “qué vicepresidente me pusiste”?

–(Risas.) No sé, no creo que sea así, creo que fue un chiste fallido del ex presidente.

–¿Le parece?

–Bueno, algunas cosas hablarán, pero comentarlas no ha ayudado a nadie.

–¿Por qué será que piensan eso de usted?

–Obviamente por la situación en que ha quedado nuestra relación después del voto del tema retenciones.

–¿En su caso se arrepiente de haberse sumado a la fórmula?

–No estoy arrepentido, pero no siento que se haya logrado lo que imaginamos en su momento: que viniendo de espacios distintos podíamos tratar de consensuar previamente las acciones políticas, sobre todo las que marcan trazos gruesos. No digo discutir cada uno de los temas, porque he sido gobernador y sé que hay cosas que dependen del Ejecutivo, pero sí los temas importantes que trascienden una gestión.

–Usted siempre dice que no renuncia por respeto a la gente que lo votó. ¿Si no fuera por eso, le gustaría irse?

–Mi situación no es cómoda, ni fácil; a nadie le gusta trabajar aislado... yo siempre he puesto toda la predisposición para trabajar en armonía y cordialmente. Pero uno no tiene derecho a tomar otro camino; esto es una responsabilidad institucional. Nunca he entendido a quienes dejan de ser legislador y pasan a otro cargo. No estoy acorazado, he nacido con una historia política muy fuerte y estas cosas conmueven, conmueven a mi familia, pero cuando asumo un rol lo cumplo.

–¿Qué opina de una candidatura de Kirchner a senador o diputado por la provincia de Buenos Aires?

–Tiene el derecho, pero recuerdo, cuando teníamos diálogo, que él decía que nunca después de haber sido presidente iba a ocupar un cargo. Si cambió de parecer o si cambió la realidad, el contexto, nadie se lo puede impedir porque constitucionalmente está habilitado, pero me parece que después de haber sido presidente uno está por encima de todo y debe ser una figura de consulta. Tengo la imagen de esos ex presidentes que ayudan, que contribuyen, que tratan de buscar armonía. Eso es lo que yo haría si estuviera en su lugar.

–¿No es contradictorio que un vicepresidente lidere un espacio que se plantea como alternativa al Gobierno y va a presentar candidatos propios?

–Lo que no es normal es que no haya un diálogo entre la Presidenta y el vice.

–¿Y es normal que un vicepresidente vote en contra de lo que plantea el Ejecutivo?

–Lo que no es normal es que el país llegue al borde de un estallido social, como estaba. En mi entraña sabía que mantener la Resolución 125 no iba a ser ayuda para la Presidenta y, por otro lado, yo no busqué eso; llegué hasta el último instante tratando de que se pidiera un cuarto intermedio para consensuar un proyecto. Muchos senadores que habían sido gobernadores, que tenían experiencia en administrar, que eran del PJ, que opinaban lo mismo.

–Con retenciones móviles los productores rurales pagarían hoy menos de lo que pagan. ¿Se arrepiente de su voto?

–No, porque nadie tenía la visión de que esto se hacía porque se venía una cuestión como la que se vino ahora... Eso iba más allá de esto. Nosotros decíamos: retenciones móviles, sí, pero en un esquema de mayor moderación para permitir expectativas a futuro. El tema no era sólo de las retenciones, el tema era la pacificación del país.

–¿Se siente más cerca de la UCR hoy que hace cuatro meses?

–Me siento a la misma distancia, pero capaz que ellos están más cerca mío.

–Hay muchos radicales que piden su vuelta al partido.

–El radicalismo es un partido horizontal, democrático y están todas las vías para pedir el levantamiento de las suspensiones o sanciones que aplicaron a muchos dirigentes, pero yo no quiero ser obstáculo: he dicho, no lo pido, yo sé que hasta el 2011 mi situación está vedada a nivel partidario.

–¿Qué tipo de acuerdo político considera posible para el 2011?

–Hay que trazar cuáles cosas compartimos, en visión larga, sobre el Estado, la política internacional, la política educativa. También debemos compartir las formas.

–¿Con quiénes comparte esas cuestiones?

–Hay un sector muy transversal de dirigentes del justicialismo, el radicalismo, el socialismo y la democracia cristiana que comparten estas visiones.

–¿Qué cosas creyó compartir con el kirchnerismo para sumarse a la Concertación y ahora no comparte?

–Las formas. Siempre dijimos que en la presidencia de Kirchner hacía falta reedificar la autoridad presidencial, pero que ahora venía una etapa más institucional, de acuerdo y de diálogo. Esto no se dio y no por falta de vocación de nuestro lado, sino porque no ha habido la apertura necesaria para discutir estos temas previamente.

–¿Podría convivir con Elisa Carrió en el marco de un acuerdo con el radicalismo?

–Por ahora es muy difícil. Se hizo un acuerdo de cabezas para iniciar una etapa de diálogo, pero faltan los brazos, las piernas y el corazón para ver si esto se puede llevar adelante. El radicalismo debe primero institucionalizarse y después decidir si sus principios convergen con los nuestros y los de la Coalición Cívica, y no poner barreras por posibles candidaturas.

–¿Incluye a Felipe Solá entre los dirigentes con visiones similares a las suyas?

–Es una persona con la que he hablado y se puede hablar.

–¿Y a Eduardo Duhalde, que lo elogió y lo mencionó como posible candidato a presidente?

–Duhalde me ha mandado una nota pidiendo por la reconstrucción del radicalismo. No tengo un diálogo con él, sí con su señora, así como con el resto de los senadores. Celebro que tenga ese concepto de mí.

–¿En qué distritos considera que es más factible llegar a algún tipo de acuerdo?

–En Santa Fe hay posibilidades. También en Córdoba, Mendoza y Buenos Aires.

–¿En Capital Federal?

–Habría que ver... es un distrito complicado.

–¿Qué opina de Mauricio Macri?

–Tiene toda la voluntad pero el mayor problema que ha tenido es toparse con lo que yo digo que es “mover el elefante todos los días en la administración pública”.

–¿Se plantea dialogar con Macri en busca de coincidencias?

–Hay que dialogar y después habrá que ver; no excluyo a nadie. A lo mejor podemos coincidir en las formas y no en el fondo de algunas cosas.

–¿Volvería a reunirse con Macri en ejercicio de la Presidencia?

–Sí, porque para mí todas esas cosas son normales.

–Si durante su mandato como gobernador de Mendoza, se hubiera ido de viaje y su vice...

–(Interrumpe.) Primero, mi vice se sentaba en mi escritorio y no en otro lado. Segundo, yo le pedía: “Si podés ayudarme, firmame todo lo que puedas y juntate con quien sea”. Yo me he juntado con el todo el mundo; antes de mandar una ley complicada, me juntaba con los presidentes del bloque de la oposición y del oficialismo y les decía “muchachos vamos a enviar esto”. Acá parece que se cambia un artículo de una ley y se dice “perdimos el poder”; al poder se lo construye convenciendo. Hay decisiones de las que no se enteran ni los ministros del área... eso no ayuda a que le vaya bien a la Presidenta. Hay que tener un cambio en ese sentido. Son etapas distintas. El otro día me preguntaban qué cambió de Kirchner que ahora no tienen la misma llegada que antes; justamente, no cambió nada.

–Habla de Kirchner y no de la Presidenta

–La Presidenta, por sus condiciones, por su capacidad, por liderazgo, tiene todas las atribuciones de liderar política y administrativamente el país. Está en Kirchner que sea moderado o no; que sepa que a veces el silencio o la distancia ayuda más una postura pública. Esto de hacer sombra no es bueno para el país ni para la Presidenta.

–¿Va a postularse a presidente en el 2001?

–Eso lo voy a contestar en el 2011 (risas).

–Tal vez tenga que competir con Kirchner.

–Tiene derecho postularse pero creo que un período es un buen plazo.

–O sea que si llega a ser presidente no va a ir por la reelección...

–No (risas). En Mendoza, ni el gobernador, ni el vice, ni la esposa, ni el hijo, ni el padre, ni el hermano del gobernador pueden ser siquiera senadores sin dejar pasar un período. Para nosotros esto es normal y por eso no hay dinastías.

–Usted remarca eso, pero no objetó acompañar en la fórmula a Cristina Fernández, que es la esposa de Kirchner.

–Bueno, pero ése es un tema constitucional de la Nación. Yo soy respetuoso de la Constitución.

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