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El país|Martes, 6 de enero de 2009
El Gobierno negocia con Cuba para que haya novedades en el viaje de la Presidenta

Gestiones por el caso Hilda Molina

Cristina Kirchner conversó del asunto en el encuentro que mantuvo ayer con el canciller Jorge Taiana. La Cancillería busca mantener las negociaciones en secreto para evitar filtraciones que echen todo por tierra.

Por Daniel Miguez
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Cristina Kirchner y Jorge Taiana viajarán a Cuba y Venezuela la semana que viene.

El caso de Hilda Molina, la médica cubana que quiere salir de su país para visitar a sus nietos en la Argentina, se torna especialmente delicado en vísperas del viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en lo que será, además, su primera visita como jefa de Estado a la isla. El tema estuvo presente en la agenda que repasaron anoche en la Casa de Gobierno la Presidenta y el canciller Jorge Taiana, pero nadie del Gobierno habló de ello, ni oficialmente ni “off the record”.

Según pudo saber Página/12, el caso Molina es centro por estas horas de delicadas y secretas negociaciones entre los gobiernos de Argentina y Cuba, pero las fuentes dieron a entender que cualquier información que se filtre a la prensa puede echar todo por tierra. De allí el silencio que se le impuso a la cuestión.

Al parecer, las tratativas para que el gobierno de Raúl Castro deje salir a Molina son más que trabajosas, aunque queda por delante una semana más para lograr alguna salida. Por ahora, Cuba mantiene su oferta de que el hijo y los nietos de Molina viajen a encontrarse con ella en la isla.

La Presidenta iniciará su visita oficial a Cuba el lunes próximo. Estará allí dos días y medio, ya que el miércoles al mediodía partirá hacia Caracas para un encuentro con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Hace pocos días, Molina dejó una carta para CFK en la embajada argentina en La Habana, según informó la agencia DPA, pero, previsiblemente, todavía no obtuvo respuesta. En la carta, Molina le pide a la Presidenta que “no abandone nuestro caso por mis nietos, que se están violando sus derechos”. La médica disidente sostiene allí que quiere visitar la Argentina, no como una disidente, sino “como una abuela normal” y señala además que no lo solicita “como Hilda Molina, que es cubana”, sino en nombre de sus nietos, “dos ciudadanos argentinos, que además son niños”.

Molina contó que también le pidió ayuda a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que también visitará Cuba en breve, repitiendo una solicitud que le hizo en 2006 y que “nunca contestaron”.

De todos modos, el hijo de Molina, Roberto Quiñones, el padre de los nietos que viven en la Argentina, comentó días atrás que se mantiene en permanente contacto con la Cancillería. “Hay mucho hermetismo con el tema, pero tengo tranquilidad. Parece que andan trabajando por canales diplomáticos y yo confío mucho en lo que hace el Gobierno”, señaló.

“A la Presidenta le envío periódicamente cartas con el estado actual del caso, qué novedades hay del lado cubano. Hace menos de un mes le envié una carta donde le informaba que por la parte cubana no había habido ningún tipo de información con respecto a mi madre”, agregó.

Molina, de 67 años, fue una dirigente importante del Partido Comunista Cubano, además de diputada en la Asamblea Legislativa y fundadora del Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren). En 1994 se distanció de Fidel Castro, con quien tenía una estrecha relación, por un cambio de orientación que se le quería dar a la clínica.

La Presidenta ya había logrado en mayo del año pasado que la madre de Molina, Hilda Morejón, pudiera viajar a la Argentina a visitar a su nieto Quiñones y conocer a sus dos bisnietos. En aquella ocasión CFK agradeció públicamente “el gesto de Raúl Castro”.

Pero antes había habido dos fuertes cortocircuitos entre el gobierno de Néstor Kirchner y el de Fidel Castro. El primero y más notorio fue en 2004, cuando Castro por escrito le rechazó un pedido de Kirchner para que deje viajar a Molina. En diciembre de ese año, Molina protagonizó un confuso episodio al alojarse durante 24 horas en la embajada argentina en La Habana, aparentemente con la intención de pedir asilo político. Por el episodio perdieron su puesto el embajador Raúl Taleb y Eduardo Valdés –que hoy es abogado de Quiñones–, jefe de gabinete del entonces canciller Rafael Bielsa.

En 2006 hubo otro pedido de Kirchner cuando Fidel Castro viajó para una cumbre del Mercosur, pero el viejo líder se enfermó gravemente y nunca le respondió.

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