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El país|Jueves, 19 de febrero de 2009
Felipe Solá y Francisco de Narváez almorzaron juntos y le hicieron un guiño a Reutemann

Lole en la mira de los disidentes

Los socios de Mauricio Macri rescataron la salida del ex piloto de Fórmula 1 del bloque K en el Senado y anticiparon que lo llamarán. Evitaron responderle a Néstor Kirchner, quien los tildó de “neoduhaldistas”. No hubo macristas.

Por Sebastian Abrevaya
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Felipe Solá y Francisco de Narváez dijeron que a partir de ahora harán campaña juntos.

Los diputados Felipe Solá y Francisco de Narváez tuvieron ayer su primer encuentro luego de anunciar que formarán un frente electoral junto al macrismo en la provincia de Buenos Aires. En un restaurante de Avenida de Mayo al 600, ambos analizaron la situación económica y le hicieron un guiño al senador Carlos Reutemann, quien presentó el martes su renuncia al bloque del Frente para la Victoria. “Es una decisión importante porque sincera las cosas”, consideró el ex gobernador bonaerense, quien anticipó que llamará al santafesino luego de que se reponga de su operación. De Narváez aseguró que no se hizo “especulación” sobre la situación de Reutemann, a la que también calificó como “un paso importante”, pero dijo que intentarán discutir con el corredor de Fórmula 1 “el país que queremos construir”, tras señalar que tienen “mucha afinidad” y “las diferencias que son lógicas en la política”.

El almuerzo duró una hora y cuarenta minutos y transcurrió en un restaurante próximo a la Jefatura de Gobierno. Poco después de la una, el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, se acercó sonriente al lugar preguntando qué sucedía adentro. El flamante titular del PRO bonaerense –Jorge Macri pidió licencia tras anunciarse la alianza– se disponía a comer allí, pero no estaba al tanto de la reunión. Una vez adentro se acercó a saludar aunque no se integró a la mesa compuesta por los diputados Solá, De Narváez y Jorge Sarghini y por el economista Ricardo Delgado.

Ninguno de los legisladores pudo –o quiso– explicar demasiado bien la ausencia de la pata macrista del nuevo frente opositor en el encuentro. Solá desestimó la cuestión y argumentó que se trató de “una reunión de bonaerenses” y que por eso no se incluyó al PRO. “Vamos a hacer la campaña juntos, a partir de ahora nos van a ver cada vez más juntos”, dijo con respecto a De Narváez.

Los dos diputados prefirieron no retrucar públicamente las palabras del ex presidente Néstor Kirchner, que el martes definió la nueva alianza entre el PRO y el peronismo como “neoduhaldismo”. “Lo que diga o deje de decir el ex presidente, de verdad, nos tiene sin ningún tipo de preocupación”, afirmó De Narváez. “Nosotros no descalificamos”, completó Solá. Para el ex secretario de Agricultura se trata de un intento de Kirchner por vincularlos con alguien que no tiene buena imagen en las encuestas. “No vamos a negar ni discriminar a nadie, pero al mismo tiempo somos independientes”, advirtió molesto con el supuesto padrinazgo de Eduardo Duhalde. En diálogo con la prensa, el ex gobernador ratificó que iniciarán un camino de unificación de los bloques legislativos del peronismo disidente, de PRO y Recrear dentro de un mismo interbloque.

Según dijeron, en el encuentro no se habló de Reutemann ni de candidaturas. Al concluir el almuerzo, uno de los comensales reconoció que los conflictos sobre la confección de las nóminas los dejaron para más adelante para no salir del lugar “a las piñas”. En cambio, prefirieron analizar la situación económica nacional y bonaerense y anunciaron que presentarán un proyecto de ley para contener la baja del empleo. Sarghini detalló que propondrán una reducción de la presión impositiva a través de una disminución del impuesto a las ganancias y otras cargas fiscales para aquellas pymes que se comprometan a no despedir trabajadores. “En Argentina sólo se utilizó el 0,3 por ciento del PBI para frenar las crisis internacional”, expresó Solá, en comparación con la política anticrisis implementada por Barack Obama.

Pero la noticia del nuevo frente alteró el escenario, no sólo en los ámbitos políticos. Al salir del restaurante, el ex gobernador soportó algunas críticas de las personas que pasaban por ahí. “¿Qué hacés, Solá, juntándote con estos fascistas?”, le espetó un hombre. “No son fascistas, los fascistas son los que están en la Casa Rosada”, respondió, sin enfadarse, el ex gobernador, doblando la apuesta y marcando lo lejos que está de la lista de diputados kirchneristas que lo tuvo como primer candidato hace menos de dos años.

En el mismo lugar almorzaron también el ministro de Desarrollo Económico porteño, Francisco Cabrera, y el ex secretario de Agricultura durante el conflicto del campo, Javier De Urquiza.

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