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El país|Lunes, 9 de marzo de 2009
La estrategia del PJ bonaerense para enfrentar a Solá y De Narváez

Una campaña cuerpo a cuerpo

Los referentes peronistas creen que Kirchner será candidato y ganará la elección. Ante el PJ disidente, apuntan a darles contención a los dirigentes distritales y recuperar apoyo en sectores medios y bajos. El ex presidente impulsa a hacer proselitismo “puerta por puerta”.

Por Daniel Miguez
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“Kirchner duplica a Solá y cuadriplica a Stolbizer”, confía un alto dirigente provincial.

A siete meses de las elecciones bonaerenses, entre los principales referentes del PJ provincial nadie pone en duda que el oficialismo ganará con una buena diferencia los comicios legislativos. También se percibe uniformidad en considerar que el presidente del partido a nivel nacional, Néstor Kirchner, es el mejor candidato que pueden presentar y existe una percepción mayoritaria de que el jefe del PJ hará realidad ese deseo. Pese a ese optimismo, puertas adentro hay un fuerte debate sobre cómo encarar la campaña y hasta dónde extender la malla de contención para que no haya fugas hacia el espacio que formaron Mauricio Macri, Felipe Solá y Francisco De Narváez.

Por estos días, los máximos dirigentes del PJ bonaerense, tanto los que cumplen altas funciones en el gobierno de Daniel Scioli como los influyentes intendentes del Conurbano, están intensificando el trabajo político en sus distritos y tomando el pulso electoral, mediante encuestas y también a través de la percepción personal.

Muchos de ellos se reúnen habitualmente con Kirchner y, a pesar de que ven en él un exceso de optimismo, y encuestas que muchas veces muestran números favorables más altos que los que obtienen estos dirigentes en sus distritos, igual descansan en que los sondeos propios les dan un amplio margen de ventaja sobre Solá o De Narváez, y mucho más sobre la posible candidata de la alianza de la Coalición Cívica con la UCR, Margarita Stolbizer.

“Kirchner duplica a Solá y cuadriplica a Stolbizer”, anuncia un alto dirigente provincial antes de mostrarle a Página/12 la encuesta en cuestión, que sintetiza estos números: Kirchner (35%), Solá (17%) y Stolbizer (12%).

Tres intendentes también comentaron los resultados de sus encuestas, que muestran a Kirchner sacando más de 20 puntos de diferencia sobre Solá. Aun así, dicen que los números que maneja Kirchner son más contundentes.

El análisis en que coinciden todos los consultados es que, hoy por hoy, y si no hay un cambio de actitud del votante luego de que pareciera comenzar a encauzarse el conflicto entre el Gobierno y las cámaras agropecuarias, el Frente para la Victoria estaría perdiendo ante Solá 30 a 20 por ciento en las zonas rurales. Pero dicen que la diferencia en el Gran Buenos Aires y en algunos otros centros urbanos es tan grande que el resultado total de la provincia le está a dando a Kirchner entre un 15 y un 20 por ciento más que al candidato del peronismo disidente.

Pese a los dulces números, se nota una idea común: la de no dormirse. Y en ese sentido hay tres líneas de acción que no son excluyentes entre sí. Por un lado, salir a hacer campaña cuerpo a cuerpo y, por otro, intentar recuperar a sectores de la clase media. Y, paralelamente, darles suficiente contención a los referentes peronistas de cada distrito, para que no se tienten con dar el salto.

El primero de los objetivos tiene como principal impulsor al propio Kirchner. El presidente del PJ está convencido de que los grandes grupos de medios de comunicación harán campaña contra el oficialismo y poco podrá hacer contra eso. Por eso, el mensaje que les baja a todos los dirigentes provinciales que lo visitan en Olivos es que “hay que ir puerta por puerta, vecino por vecino”. Alguno, salvando las distancias, lo interpretó como algo parecido a aquella primera campaña electoral de Juan Domingo Perón a comienzos de 1946: consignas en las paredes con tiza y carbón.

“El tema de recrear la mística de la militancia es muy importante en estas condiciones, por eso es necesario que Néstor baje a hablar con todos los compañeros”, dijo a Página/12 uno de los conductores del PJ provincial. Esto pareciera estar abonando el resultado de algunas de esas reuniones. Por ejemplo, el 24 de febrero, el intendente de San Fernando, Osvaldo Amieiro, organizó un encuentro cerrado entre Kirchner y militantes y referentes peronistas. Después, el intendente les comentó a colegas suyos cómo había mejorado el clima y subido el entusiasmo para trabajar en la campaña.

“Estamos mejor que el año pasado. Antes, los militantes no tenían tanta onda con Cristina y ahora están cambiando su percepción. Y eso también se ve en las encuestas, donde la Presidenta está subiendo, aunque un poco menos que Néstor”, le comentó un dirigente de la primera sección electoral a este diario.

Hay otros dirigentes –principalmente del primer cordón del Conurbano, el que más se asimila al voto de la Capital Federal– que ponen el acento en que el Gobierno debe darse una política clara para la clase media-media y la clase media-baja. “Es gente que nos votó y que ahora no nos votaría”, dijo uno de esos jefes comunales.

Cuando Página/12 le comentó esto a un intendente de la Zona Norte, la respuesta fue: “Es absolutamente así. La clase media alta ya la tenemos perdida, pero al resto de la clase media este Gobierno lo benefició mucho y no llegamos bien con el mensaje. El problema es básicamente de comunicación, de que les hable gente que sea creíble para ellos y de que Cristina y Néstor no se muestren con gente que espanta estos votos”.

Un tema que preocupa a muchos conocedores del peronismo profundo es la posible fuga a lo que visualizan como duhaldismo, encarnado por Macri-Solá-De Narváez. Son muchos los que están abocados a esa tarea, para la que se necesita una estructura que por ahora no parece del todo aceitada. Según dicen en La Matanza, el intendente Fernando Espinoza tiene al peronismo totalmente encuadrado, pero el máximo referente del distrito, el vicegobernador Alberto Balestrini, ahora es el presidente del PJ bonaerense y su desafío es consolidar en la provincia lo que hace mucho logró entre los matanceros. “Alberto es uno de los peronistas más respetados por los compañeros en toda la provincia y está caminando como nunca, pero necesitaría un poco más de logística, porque Solá tiene un apoyo financiero tremendo y sólo con promesas no alcanza”, aseguró un dirigente de La Matanza.

Otro que está priorizando la misma tarea es el intendente de Avellaneda, Carlos “Cacho” Alvarez, que el 20 de marzo en su ciudad lanzará una línea interna del PJ provincial, la Corriente Alternativa Peronista, que será bendecida en un acto por el propio Kirchner. Según pudo saber este diario, la idea de Alvarez es contener “a la periferia” de las estructuras del PJ y taponar eventuales fugas. Para eso, dicen, contaría con el trabajo de buena parte de los intendentes del sur del Gran Buenos Aires.

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