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El país|Domingo, 29 de marzo de 2009
NESTOR KIRCHNER NO APURARA SU LANZAMIENTO EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Un candidato con paso lento

La idea es esperar a que Cristina Fernández vuelva de Londres. El ex presidente no cambiará su táctica por la presencia de Felipe Solá como segundo de Francisco de Narváez. Insistirá en pedir a la militancia una campaña “puerta a puerta”.

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Néstor Kirchner encabezará el martes un acto en Lomas de Zamora, la tierra de Eduardo Duhalde.

El presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, encabezará el próximo martes un acto en Lomas de Zamora, pero en principio no tiene previsto realizar allí su lanzamiento como candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, proclamada por todo el arco kirchnerista. “Todavía hay tiempo. Habrá que esperar unos días más”, aseguró ayer a Página/12 un alto funcionario del Gobierno, en contra de quienes decían que se lanzaría no bien el Congreso aprobara el adelantamiento de las elecciones impulsado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Los hombres del Gobierno no dieron otra explicación a la demora del lanzamiento que la consabida del “manejo de los tiempos” como parte de la táctica electoral. La razón habría que buscarla en la ausencia por estos días de la Presidenta, quien a su regreso de la cumbre de líderes progresistas en Viña del Mar sólo estará un par de días en el país y luego partirá hacia Qatar. De allí viajará después a Gran Bretaña para participar de la reunión del G-20. No sólo sería extraño que CFK no estuviera en el acto de lanzamiento de su esposo, sino también que él, con esa noticia, le quitara protagonismo a la intensa e importante actividad internacional de la jefa de Estado.

Al hablar con distintas fuentes del Gobierno, Página/12 quiso saber si la noticia de que el diputado Felipe Solá iría como segundo en la misma lista que encabezará el empresario Francisco de Narváez había modificado en algo la táctica de campaña de Kirchner. Todos aseguraron que no. A la vez, consideraron prematuro anticipar cómo incidirá esa unión en las elecciones.

En el Gobierno creen que muchos votos de Solá irán a esa lista, pero no todos. Y especulan que la porción que quedaría afuera podría volcarse al kirchnerismo. Lo que aún no fue relevado debidamente en las encuestas encargadas por la Casa Rosada es en qué medida incidirá una u otra decisión de ese sector de votantes.

Lo que no pudieron disimular los dirigentes kirchneristas consultados fue cierta sorpresa por la decisión de Solá. “Mirá cómo cayó Felipe. Fue primero en nuestra lista hace dos años y ahora termina como segundo de De Narváez. Increíble”, expresó un ministro.

El eje de la sorpresa fue que la decisión va a contramano del egocentrismo híper desarrollado que los peronistas siempre le atribuyeron a Solá, desde los tiempos que era delfín de Eduardo Duhalde. Lo decían duhaldistas de entonces y lo confirman los kirchneristas con los que compartió ruta desde 2003 hasta 2008. Montado en su alta autoestima (más cercana a su frase de días atrás, “yo de segundo no voy”) se le “independizó” a Duhalde y quiso ser gobernador por mano propia. Luego sufrió cuando Kirchner le paró la re-reelección como gobernador y más tarde cuando no obtuvo el premio de la presidencia de la Cámara de Diputados como esperaba. Para los kirchneristas esta aventura de pasarse a la oposición se justificaba para ubicarse mejor como candidato a presidente en 2011, pero ahora advierten que al quedar segundo en la lista, arrancará de muy abajo para semejante aspiración.

La cautela que se palpa en el Gobierno respecto de la unión De Narváez-Solá indica que alguna preocupación causa en el oficialismo, ya que el tándem, además del know how electoral del duhaldismo, contará con un fabuloso apoyo financiero y un no menos importante respaldo mediático. Nadie cree que pueda comprometer un triunfo kirchnerista en la provincia, pero existe la prevención de hasta dónde puede achicar diferencias.

En función de eso es que Kirchner en los últimos actos que está realizando en el Gran Buenos Aires, que él denomina “encuentro con los militantes”, pide, y seguramente volverá a hacerlo el martes en tierra de Duhalde, salir a hacer campaña “puerta por puerta, boca a boca”.

La otra preocupación de Kirchner es sellar el peronismo bonaerense para que no haya fugas hacia el sector de De Narváez, ni para que los experimentados caudillos del conurbano pongan secretamente los huevos en las dos canastas como un modo de curarse en salud. Es que ya en el oficialismo hubo noticias de que los operadores de Mauricio Macri (duhaldistas que desplazaron a su primo Jorge Macri del poder macrista en la provincia) y De Narváez están tentando a dirigentes kirchneristas para que coloquen también candidatos a concejales en sus listas.

Para eso es decisivo el armado de listas en cada distrito. En eso trabajan, además de Kirchner, el gobernador Daniel Scioli y el vicegobernador Alberto Balestrini, que es de los tres quien quizá conoce más profundamente el complejo entramado del PJ bonaerense y sus recovecos, como también el peso exacto de cada uno de sus actores, cosa importante para no pagar políticamente de más o perder jugadores valiosos por no ofertar lo suficiente.

Un elemento de cohesión importante para el peronismo provincial –según coinciden sus principales dirigentes– era hasta hace no mucho tiempo que Kirchner confirmara su candidatura. Ahora creen que ya está instalada, que nadie duda de que él será el candidato y que, por lo tanto, a esta altura, la fecha de su lanzamiento sólo tendrá el impacto de una noticia destacada para el periodismo.

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