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Aníbal Ibarra blanqueó esta semana algo que en los últimos tiempos había empezado a decir en privado: que armar una sociedad electoral con el Frente para la Victoria no está en sus planes. “No quiero que me lleven por falsas opciones. Hoy la opción no es gobierno popular o destitución”, dijo el ex jefe de gobierno. Su planteo y la réplica K del legislador Juan Cabandié, quien afirmó que “si sumamos a Ibarra nos va a pasar lo mismo que con Cobos”, potenció la discusión en el centroizquierda, donde todos declaman que hay que construir en base a la oposición a Mauricio Macri, pero nadie logra por el momento ponerse de acuerdo.
La idea de que el centroizquierda debe cerrar filas para enfrentar a la derecha que encarna el macrismo trasciende incluso las fronteras del distrito: el intendente de Morón Martín Sabbatella –quien se postula a diputado en la provincia en nombre del progresismo– exhortó a Ibarra, Carlos Heller, Pino Solanas, Miguel Bonasso, Daniel Filmus y Héctor Polino a confluir en “una misma alternativa”.
La mayoría de los aludidos ya están en carrera o dispuestos a jugar en las próximas elecciones. Si bien mantienen conversaciones, parece complicado que lleguen a un acuerdo.
Ibarra es la alternativa en la que piensan los kirchneristas que pretenden armar un frente progresista lo más amplio posible, en contraposición a los que alientan la idea de llevar candidatos propios –hablan de Rafael Bielsa o Amado Boudou– y al sector del PJ porteño que apuesta a la candidatura de Jorge Telerman. Sin embargo, Ibarra tiene otros planes. “No voy a hacer antikirchnerismo, pero tampoco voy a ser un candidato del Gobierno”, repite por estos días.
Sin formalizar aún su candidatura a diputado, Ibarra se encamina
a las urnas con el sello de su Frente Progresista y Popular y supone que con el correr del tiempo puede aglutinar a otros sectores del centroizquierda. Su premisa es “incorporar todo lo que sume” y lo entusiasma la idea de atraer parte del voto de Elisa Carrió que imagina que irá en busca de otro destino si la líder de la Coalición Cívica no juega fuerte el próximo 28 de octubre, tanto como la reedición de su clásico con Macri. “Vuelve el River-Boca”, dicen cerca de Ibarra y revelan el escenario que sueña como ideal: “Lo mejor sería que el kirchnerismo puro vaya con un candidato propio que sea la referencia de Kirchner en la ciudad y que a nosotros nos acompañen quienes comparten nuestra visión, como Filmus”.
La pauta de la distancia que separa a Ibarra del kirchnerismo la dieron sus críticas a la administración nacional, a la que acusó de “victimizarse” por “pura conveniencia electoral”. En esa línea, consideró “absolutamente exagerado” que Cristina Fernández acuse a los ruralistas de hacer el lockout porque el suyo es “un gobierno popular y nacional” y que Néstor Kirchner llame a “parar con esta cantilena destituyente”.
Los kirchneristas proclives a un acuerdo con Ibarra, entre los que se cuenta Filmus, rechazan el intento del ex jefe de gobierno de dividirlos y advierten que “sobreactúa” al criticar al Gobierno. También reprochan las reacciones como las de Cabandié. “El debate que debemos plantearnos con Aníbal pasa por ver cómo derrotamos a Macri”, aconsejan e insisten en tratar de armar un frente en común.
El posicionamiento con respecto al Gobierno divide al progresismo porteño. En el caso de Ibarra, lo distancia del cooperativista Carlos Heller –referente del Partido Solidario y socio suyo en Diálogo por Buenos Aires– quien acompañó a la Presidenta en la Cumbre Progresista en Chile. El titular del Banco Credicoop está listo para saltar a la arena electoral. “Es posible que sea candidato, pero primero hay que definir alianzas y después candidaturas. Estamos dispuestos a armar un frente progresista amplio y plural, que no tiene por qué excluir al Frente para la Victoria”, declaró días atrás.
Heller habla con Ibarra, con Filmus, con Kirchner, con Sabbatella. En sus conversaciones insiste en que “no se debe discutir cómo se reparte lo anti K, sino lo anti Macri” y a quienes se muestran más críticos del Gobierno les dice que “el progresismo no debe posicionarse por fuera del kirchnerismo, sino llevarlo hacia la izquierda”. En su opinión deberían coincidir en un mismo espacio con Ibarra, Filmus, Bielsa, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y los socialistas.
El socialismo, sin embargo, no parece dispuesto a cerrar trato con nada que pueda tener algún tinte K. Desde Santa Fe presionan a los socialistas porteños para que confluyan con la Coalición Cívica. Esa idea nunca los entusiasmó y menos ahora que Carrió se bajó el primer lugar en la lista. El próximo martes Héctor Polino y Roy Cortina lanzarán formalmente sus candidaturas a diputado y legislador.
Los socialistas también tuvieron algún contacto con el SI, cuya candidata a diputada es María América González, y que a su vez mantiene conversaciones con Solanas. El cineasta está lanzado por Proyecto Sur y coincide con el sector que encabeza el economista de la CTA Claudio Lozano.
Entre Solanas e Ibarra también existe diálogo, aunque ninguno de los dos quiere bajarse del primer lugar en la lista de diputados. Los legisladores que trabajan en sintonía con Lozano y Solanas los alientan a armar “un conglomerado de centroizquierda para disputar el segundo lugar y ponerle un freno a Macri y la derecha”. Agregan que “hay que profundizar los acuerdos que se dieron en los últimos dos años con el ibarrismo y el socialismo a nivel legislativo y no romperlos por una elección” y no sólo sostienen que “Solanas debería tener la grandeza de ir segundo”, sino que también dejan en claro su prioridad es unirse para enfrentar al macrismo.
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