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El país|Domingo, 14 de junio de 2009
LA FAMILIA DE HILDA MOLINA SE REUNIO CON LA PRESIDENTA

“Estaba tan contenta como nosotros”

El hijo de la médica cubana que llega hoy al país relató su encuentro con Cristina Kirchner. “Estuvimos reunidos con una madre de familia”, dijo. Antes de subirse al avión, Molina aseguró que espera agradecerle en persona las gestiones.

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Roberto Quiñones asistió a Olivos con su esposa Verónica Scarpatti y sus hijos Roberto Carlos y Juan Pablo.

Hijo, nuera y nietos de la médica cubana disidente Hilda Molina, autorizada a salir de la isla para visitar a su familia luego de quince años, visitaron ayer a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para agradecerle las gestiones del gobierno argentino ante sus pares caribeños. La familia “no tiene palabras para agradecerle al Gobierno” la intervención en el caso, declaró Roberto Quiñones en conferencia de prensa, en la Quinta de Olivos, luego de la entrevista. “La Presidenta nos recibió con mucha sensibilidad, cariño y respeto. Estaba tan contenta como nosotros. Más que con la Presidenta estuvimos reunidos con una madre de familia”, aclaró el hijo de la neurocirujana, que llegará al aeropuerto de Ezeiza a las seis de la mañana.

Hilda Molina fue dirigente del Partido Comunista, diputada de la Asamblea Legislativa y fundadora del Centro Internacional de Restauración Neurológica de Cuba. En 1994 se distanció del régimen castrista, renunció a sus cargos y se convirtió en disidente. Inició entonces las gestiones ante las autoridades para poder viajar a la Argentina, donde además de su hijo reside –desde el año pasado– su madre Hilda Morejón, de 90 años y gravemente enferma. Las gestiones del gobierno argentino comenzaron durante la presidencia de Néstor Kirchner, que le envió dos cartas a Fidel Castro, en 2004 y 2006, y continuaron con bajo perfil durante los años posteriores. El viernes a la mañana la propia Cristina Fernández comunicó a los periodistas que el gobierno de Raúl Castro había autorizado el viaje.

Molina anticipó ayer, antes de tomarse el avión que la traerá a Buenos Aires, que espera agradecerle en persona las gestiones a la Presidenta y expresó su alegría por la noticia aunque también su preocupación por la salud de su madre. “Está bastante malita”, se entristeció. “Debido a la situación de salud de mi mamá, que hace dos semanas se complica bastante, le hice una carta muy suplicante al general Raúl Castro, explicándole que podía mi madre hasta fallecer en esta situación”, puntualizó. Luego negó guardar rencor contra el régimen castrista. “No, en absoluto”, enfatizó, aunque admitió haberse sentido “vencida muchas veces” y contó que por “decisión propia” dejó de ejercer su profesión. “Todo eso es desgarrador, pero gracias a Dios no se me contaminó el alma. Este sistema promueve mucho el odio pero tengo una paz grande y les deseo a ellos y a su familia lo mejor”, resaltó.

Quiñones asistió a la Quinta de Olivos con su esposa Verónica Scarpatti y sus hijos Roberto Carlos y Juan Pablo, de 13 y 8 años, respectivamente, que hoy conocerán a su abuela. El encuentro, en el living de la residencia, duró una hora. Luego, en conferencia de prensa, Quiñones destacó que “tanto Néstor Kirchner como Cristina Kirchner siguieron desde muy cerca el caso” y agregó que “fue un logro de todos”. Remarcó que “nuestro pedido fue siempre de índole familiar y lo seguirá siendo” y señaló que “lo importante ahora no es mirar para atrás sino para adelante”. “Cuando las gestiones son discretas, cuidadosas y respetuosas dan un mejor resultado”, remarcó, y pidió “no hacer política con este caso”. Luego agradeció “sinceramente” y “sin rencores ni resentimientos” al presidente cubano Raúl Castro por la autorización. “Cuba nos ha hecho sufrir, pero es un gesto valioso este que se logró. Es mejor recibirlo tarde que nunca”, indicó, y expresó su deseo de “que estos permisos se revisen y haya una apertura para las restricciones vinculadas a temas humanitarios o de familia”.

Quiñones informó que su madre “aprovechará el permiso de tres meses concedido por el Estado cubano para estar en la Argentina” y dijo desconocer qué hará después, porque “eso es hacer futurología”. Molina, desde Cuba, ratificó que no pretende radicarse en la Argentina. “Quiero poder entrar y salir” de Cuba, dijo. Aclaró que posee “un permiso de un tiempo determinado” pero que “puedo prorrogarlo”. “Si mi madre mejora, perfecto, porque tal vez hasta podamos regresar las dos juntas. Si empeora obviamente no voy a separarme de mi mamá hasta que esto no tenga una definición con respecto a su vida”, afirmó.

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