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El país|Domingo, 21 de junio de 2009
KIRCHNER GANA EN CASI TODAS LAS ENCUESTAS, PERO HAY VARIACIONES ALREDEDOR DE LA DIFERENCIA EN LA SEMANA FINAL

Un subibaja con números bonaerenses

Las encuestas se transformaron en manzana de la discordia, con acusaciones cruzadas. En parte es porque las diferencias fluctúan y muchos factores, como los intendentes y los aparatos, pueden afectar el resultado del domingo.

Por Raúl Kollmann
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Kirchner-Scioli, De Narváez-Solá, Stolbizer-Alfonsín y Sabbatella, los cuatro primeros colocados.

La polémica por las encuestas levanta temperatura. Tres sondeos, de conocidísimos consultores –Roberto Bacman del CEOP, Analía Del Franco de Analogías y Ricardo Rouvier de Rouvier y Asociados– le otorgan ventajas de siete, seis y cinco puntos a Néstor Kirchner-Daniel Scioli, por encima de Francisco De Narváez-Felipe Solá. Otros consultores, como Hugo Haime y Enrique Zuleta Puceiro, también consideran que el binomio del Frente para la Victoria le gana hoy al de Unión-PRO, mientras que Manuel Mora y Araujo afirma que el final es abierto, aunque con las candidaturas de los intendentes pudiendo darle una luz al oficialismo nacional. Por el otro lado, los trabajos de Poliarquía, publicados por el diario La Nación, afirman que De Narváez-Solá aventajan a Kirchner-Scioli. Uno de los puntos claves del debate es la situación del Acuerdo Cívico y Social, que encabezan Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín: para algunos consultores, el binomio está por debajo del 15 por ciento de los votos, una performance muy pobre que posibilita el crecimiento de De Narváez. Para otros, el dúo del Acuerdo Cívico no logra la porción de los votos esperada -–entre 22 y 25 por ciento– pero se mantiene relativamente firme en el interior bonaerense y en el primer cordón del conurbano, cayendo algo por debajo del 20.

El trabajo del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que encabeza Bacman, es muy vasto. Se trata de 2138 personas entrevistadas en sus hogares y en todo el distrito provincial. Los trabajos de Analogías y Rouvier son más reducidos: 1200 bonaerenses, también entrevistados en sus hogares. En los tres estudios se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel socioeconómico.

“Como viene sucediendo desde el principio –señala Analía Del Franco– Kirchner-Scioli ponen una distancia importante en el segundo cordón del Gran Buenos Aires y, contrariamente a lo que se pensaba, no hacen para nada una mala elección en el interior. Si, además, uno utiliza –como usamos nosotros– un simulacro de boleta en el que aparecen los referentes locales, las llamadas candidaturas testimoniales, eso empuja mejor a la lista oficialista. Habrá que ver cómo funciona eso el día de la elección, pero hoy por hoy nosotros tenemos una ventaja de cinco puntos para el Frente para la Victoria.”

Rouvier registra siete puntos de distancia entre los que compiten en el territorio. Pero antes tenía una distancia aún mayor. “Hasta el momento el pronóstico indica que el Frente para la Victoria se impone en la provincia de Buenos Aires. El estancamiento del Acuerdo Cívico y Social en el distrito y la prohibición de la candidatura de Luis Patti favorecen a De Narváez, que achicó las diferencias con Kirchner”, sostiene Rouvier.

Hugo Haime también ve una ventaja para la dupla Kirchner-Scioli: “Mantenemos nuestro pronóstico de victoria del oficialismo. El porcentaje varía de encuesta en encuesta, pero no veo grandes variaciones. El nivel de diferencia no está claro porque hay muchas secciones electorales en las que parece haber un corte de boleta que no sabemos si se va a concretar o no. Si ese corte no se hace, el oficialismo puede ganar por más diferencia. En las encuestas que estamos trabajando, en el total del distrito, veo un leve crecimiento del Acuerdo Cívico, muy basado en el voto radical. Es cierto que la fórmula debería haber tenido al menos 22 puntos, porque Stolbizer sacó en la última elección 17 por ciento, y Ricardo Alfonsín, candidato a gobernador de Roberto Lavagna, consiguió cinco por ciento. Ese porcentaje nunca apareció este año, pero la verdad es que el voto radical nunca aparece nítidamente en las encuestas. Ahora, ya sobre el final de la campaña, los veo apareciendo en el Gran Buenos Aires y eso tapona un poco a De Narváez. Veo creciendo al Acuerdo Cívico en La Plata y en muchas ciudades chicas. Los intendentes juegan un papel, no nos olvidemos. El punto más débil del Acuerdo Cívico es el segundo cordón: allí casi no aparecen”.

“La tendencia final comienza a definirse –dice Enrique Zuleta Puceiro, titular de Opinión Pública, Servicios y Mercados– sobre la base de una ratificación de los apoyos a las fórmulas encabezadas por Kirchner y De Narváez. El hecho nuevo es la crisis de la candidatura de Stolbizer, afectada por una crisis del Acuerdo Cívico que no se limita al escenario bonaerense. Se agudiza incluso en la Ciudad de Buenos Aires. Si bien Kirchner alcanzó una tendencia superior al 35 por ciento, que proyectado puede llegar al 38, su diferencia respecto de De Narváez es inferior a los cuatro puntos. La clave es el descenso de Stolbizer al 16 por ciento y el porcentaje final de indecisos reducido a un siete por ciento. Tanto Kirchner como De Narváez superaron sus mejores expectativas. El diagnóstico es similar al de enero. En su mejor nivel, que es casi igual al alcanzado en la elección de diputados del 2005, Kirchner triunfará siempre y cuando su oposición siga dividida. Si se une, ya no en las cabezas aunque sí en los votos, puede perder las elecciones. De aquí en más, la infraestructura política territorial y la logística serán claves. Si los compromisos entre el kirchnerismo y los barones del peronismo bonaerense se cumplen, Kirchner triunfará por entre 7 y aun 10 puntos. Si, por el contrario, esos compromisos no se cumplen, la traición puede costarle la elección. Nada que no estuviera ya en la lógica inicial de este año. Lo de último momento es la frustración del Acuerdo Cívico. La crisis interna del radicalismo, la nueva diferenciación respecto de Julio Cobos, el personalismo de Carrió, la sobreactuación de un estilo de oposición por la oposición misma, la judicialización del discurso, restaron iniciativa, frescura y autonomía a la alternativa encabezada por Stolbizer. Al mismo tiempo, una campaña casi carente de recursos la han hecho, sobre el final, demasiado vulnerable a la tentación del voto útil para buena parte del electorado independiente. Un 60 por ciento del electorado bonaerense está dispuesto a votar negativamente en el plebiscito acerca de los años de Kirchner. Sin embargo se divide entre fragmentos a la hora de optar en el otro plebiscito, que es el referido al futuro. Del modo como el electorado combine estos dos escenarios depende, en definitiva el resultado del 28 de junio.”

Mora y Araujo se mantiene cauteloso. A principio de mes realizó una encuesta que le daba seis puntos de ventaja a Kirchner. “La provincia está muy reñida y el final está todavía abierto. De Narváez creció a expensas de Stolbizer. Todavía es difícil cuantificar el efecto de arrastre de las listas de concejales hacia las listas de diputados, factor que podría beneficiar a Kirchner-Scioli y que las encuestas no captan fácilmente”, señala Mora y Araujo.

El panorama señalado por Bacman muestra un dato llamativo. Desde principios de junio, Stolbizer-Alfonsín perdieron cinco puntos. De ese total, sólo un punto fue para Kirchner y tres para De Narváez. Los otros tres puntos se dividieron entre las demás listas, el voto negativo y los indecisos. Pero justamente el debate que plantean varios consultores es que difícilmente el binomio del Acuerdo siga bajando, porque existe una franja de voto tradicionalmente radical que no suele cambiar. Es más, a la hora del recuento de votos, aparecen apoyos inesperados, personas que escondieron un poco su opinión, pero que le dan un plus en el día de la elección. Así ocurrió en los últimos dos comicios: las encuestas no acertaron el voto de Stolbizer. De todas maneras, si el Acuerdo sigue bajando, es probable que De Narváez se acerque más a Kirchner.

El otro factor de la elección tiene que ver con el peso de los intendentes y la logística del 28 de junio, sobre todo en el Gran Buenos Aires. En el segundo cordón del conurbano, la estructura de De Narváez–Solá es débil y sus referentes –marginados del PJ– tienen una enorme desventaja frente al oficialismo. El Acuerdo Cívico corre con alguna ventaja porque la estructura radical tiene experiencia y suele funcionar en elecciones.

El debate está planteado. Tres encuestadores señalan ventajas apreciables a favor de Kirchner–Scioli en los sondeos que hoy publica este diario. Otros dos consultores –Haime y Zuleta Puceiro– hablan de cuatro puntos de ventaja. Mora y Araujo no se inclina para uno u otro lado y, como se sabe, Poliarquía afirma que hay ventajas para Unión-PRO. Hay un 12 por ciento de indecisos que jugarán un papel en la balanza final. Y mucha gente resuelve o cambia su voto casi llegando al cuarto oscuro.


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