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El país|Martes, 30 de junio de 2009
La Mesa de Enlace colocó una senadora y once diputados como delegados políticos del sector

La cosecha de los agrodiputados

“Partimos de nada y pusimos a nuestros representantes en el Congreso”, se entusiasmaban los ruralistas al evaluar su estrategia electoral. Despuntó la competencia entre la Federación Agraria y el resto por la “paternidad” de los legisladores.

Por Alejandra Dandan
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Hugo Biolcati (SR), Mario Llambías (CRA) y Eduardo Buzzi (FAA), integrantes de la Mesa de Enlace.

Tres meses atrás el campo arrancaba la campaña electoral con un objetivo de mínima: un piso de 17 por ciento de candidatos propios en el Congreso nacional. Las elecciones del domingo alejaron esos sueños: la Mesa de Enlace colocó una senadora y once diputados en la Cámara baja, lo que significa poco más de 4 por ciento. Aun así, el agro festejó. La mayor parte de los diputados entró a través del Acuerdo Cívico y hacia el interior de la Mesa de Enlace la mejor performance la obtuvo la Federación Agraria: la mitad de los agrodiputados son cuadros propios, un dato que empieza a producir roces. Los dirigentes de las patronales del agro convocaron a un encuentro para el próximo martes: la gran pregunta es cómo harán jugar el peso de las urnas en los próximos diez meses.

“Yo creo más en los procesos que en los números impactantes –aclaró uno de los empresarios de la SRA la noche del comicio, a Página/12–. Creo que de la nada tener once diputados no es un dato menor, esto es una instancia creadora de experiencia política.”

Palabras más o palabras menos, eso repitieron los ruralistas el domingo, entre porciones de pizza casera, en la sede de las Confederaciones Rurales Argentinas. La poderosa CRA, cuya sede congrega desde hace un año a la Mesa de Enlace, instaló por primera vez un bunker para aguardar los escrutinios. En el lugar funcionó hasta un centro de cómputos: el Centro de Seguimiento Electoral del Campo, a cargo de Juan Cruz Jaime, que fue repartiendo resultados parciales. Al final del día, un comunicado indicó que el campo se impuso con un nivel de aprobación de 59 por ciento de los votos, la suma de las fuerzas políticas que votaron en contra del Gobierno.

El sector puso en juego 258 candidatos, pero buena parte –unos 129– eran aspirantes a concejales bonaerenses. Los cuadros más importantes jugaron a nivel nacional. Como diputados entraron en Córdoba dos de los tres candidatos en juego: Gumersindo Alonso, ex secretario de Agricultura de Menem y ex presidente de la SR de Río Cuarto de CRA, por el juecismo, y Estela Garnero, presidente de la FAA de Río Cuarto, por Unión por Córdoba, de Juan Schiaretti. Por Corrientes entró Lucio Aspiazu, segundo de Nito Artaza, ex presidente de la SR de Curuzú Cuatiá y afiliado a CRA. En Chaco, Pablo Orsolini, vicepresidente segundo de FAA, por el Acuerdo Cívico. En Entre Ríos entraron los tres candidatos, todos por el Acuerdo Cívico: Jorge Benedetti, empresario agroindustrial, ex intendente de Larroque, ex presidente del Consejo Empresario de Entre Ríos; Hilma Re, de la SRA, y Jorge Chemes, de CRA. En La Pampa se impuso Ulises Forte, segundo de FAA, por Frente Pampeano y Cívico. En Formosa, también por el Acuerdo Cívico, Ricardo Buryaile, vice de CRA. En Tucumán, Juan Casañas, productor sojero, de FAA, por Acuerdo Cívico. En Salta, Alfredo Olmedo, conocido como el príncipe de la soja. Y como senadora entró Josefina Meabe de Mathó, por el Frente de Todos, de SRA/CRA.

Otro buen resultado apareció en Buenos Aires: el empresario Jorge Srodek, vicepresidente de Carbap, la filial rural de CRA para Buenos Aires y La Pampa, donde el duhaldismo tiene sólida presencia. Srodek, que además fue compañero de Francisco de Narváez en el Cardenal Newman, se encargó de la ingeniería política del campo en la provincia: él ganó la banca de diputado provincial y colocó a unos 40 empresarios como concejales de los pueblos, aunque el Frente para la Victoria logró imponerse en varias localidades del interior. “Yo siempre dije que el conflicto se resuelve en las urnas más que en las rutas –dice–. La elección de ayer demostró que quedó resuelto categóricamente en las urnas, el número es chico, pero proporcionalmente es muchísimo porque venís de cero y llegas a todo esto.” Y adelanta: “En el 2011 no sólo vamos a tener más participantes del sector, sino que habrá candidatos a intendentes del campo entre los 40 concejales y ésos se van a reemplazar por otros candidatos: por eso digo que se armó la movida del campo en la política”.

En el interior de la Mesa de Enlace los rindes no están tan claros. Eduardo Buzzi estuvo en Santa Fe el domingo de la elección. Mario Llambías, de CRA, y Hugo Biolcati, de SRA, convocaron al bunker político porteño. Buzzi envió un representante pero no fue. El faltazo no fue inofensivo: los federados sintieron que el bunker salió a marcar con el sello a vacas ajenas. La SRA recordó la trayectoria militante de algunos de sus diputados, pero no quiso abrir una polémica. Habrá que ver qué pasa de aquí en adelante con esos roces, porque hay acuerdos y negociaciones en juego: los cambios en el Congreso se encuentran aún demasiado lejos para los integrantes de la Mesa de Enlace, que ya evalúa cómo seguir activa. Buzzi recorrerá diez pueblos en dos días a partir del hoy y antes de la reunión de la Mesa en la que también se insinúa el análisis de la opción de una vía de trabajo con la Unión Industrial.

“Nosotros creemos que el proceso electoral expresó un cambio –dijo Buzzi a Página/12–. Y que nuestro trabajo es correr el puente hacia instancias de gobierno porque más allá de los comportamientos políticos hay ocho millones de argentinos en pueblos de menos de 100.000 habitantes cuya economía está parada.”

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