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El país|Viernes, 17 de julio de 2009
LA MESA DE ENLACE REUNIO A LA OPOSICION AL KIRCHNERISMO EN BUSCA DE CONSENSUAR UNA AGENDA LEGISLATIVA AGROPECUARIA

Otra vez juntos, para más de una foto

La Mesa de Enlace agropecuaria los convocó en el Hotel Continental. Entre otros, estuvieron Reutemann, De Narváez, Solá, Juez y Rodríguez Saá. Hablaron de la ley de emergencia agropecuaria y de la baja de las retenciones.

Por Alejandra Dandan
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Carlos Reutemann y Francisco de Narváez conversan con Hugo Biolcati y Eduardo Buzzi en el Hotel Continental.

Finalmente lograron la foto. Las patronales del campo nucleadas en la Mesa de Enlace reunieron en el Hotel Continental del microcentro porteño a los líderes de la oposición para forzar un programa de consenso en el Congreso: intentan acuerdos para bajar las retenciones y discutir los derechos de exportación de granos antes del 24 de agosto, fecha en la que vence la prórroga de delegación de facultades. Con la Mesa de Enlace estuvieron Carlos Reutemann, Francisco de Narváez, Felipe Solá, Alberto Rodríguez Saá, Margarita Stolbizer y Luis Juez, entre otros. Julio Cobos y Hermes Binner no participaron, pero mandaron cartas de adhesión. Al promediar el encuentro, en tono de burla y mientras corría escaleras arriba para irse apurado, al jefe del bloque de diputados de la UCR Oscar Aguad lo alcanzó la pregunta de un periodista rodeado por un enjambre de fotógrafos y de cámaras de tevé. “¿Qué fue lo más importante del encuentro?”, llegó a preguntarle. “¡¡Que estén ustedes!!”, rió y salió disparando.

Los ruralistas empezaron a hablar de la cumbre hace una semana mientras el Gobierno convocaba a la oposición al espacio de diálogo político. Pese a que hacia el interior de la Federación Agraria un sector planteó que una convocatoria con la oposición podía dinamitar los puentes con el Gobierno, la Mesa decidió seguir adelante con una reunión que se les presentaba como una demostración de fuerza.

En los dos últimos días, ardieron los teléfonos. Los dirigentes de la Mesa de Enlace se dividieron los llamados para contactar a la oposición. Stolbizer suspendió una reunión con Daniel Scioli porque después de las elecciones empezó con las vacaciones, pero les puso un paréntesis. Fue a la Rosada el miércoles y estuvo entre las primeras que confirmó su presencia en el Continental. Como ella, lo hicieron los dirigentes que después de las elecciones salieron a devolverle favores al campo.

“¡Estamos para el Guinness!”, se congratuló un vocero de la Mesa con la lista de invitados en la mano. Estaba eufórico. En off the record, sólo dos días antes un dirigente de la FAA admitía ante Página/12 que la cumbre corría peligro porque no tenían confirmados a los invitados. En marzo, en Córdoba, habían hecho el primer intento de reunirlos. Convocaron a los líderes de la oposición para entregarles la plataforma de un documento político en el que consensuaron una serie de reclamos, como la baja de las retenciones y la exigencia de que los derechos de exportación vuelvan a ser patrimonio del Congreso. La Mesa anunció el encuentro en aquel momento con bombos y platillos, era casi el comienzo de la campaña, pero la reunión decepcionó: Margarita Stolbizer, Francisco de Narváez y Gerardo Morales fueron los participantes más rutilantes.

Ayer, con los resultados de las elecciones cercanos y la perspectiva de las negociaciones que se abren en el Congreso, hicieron de la cumbre un escenario distinto. Además de Stolbizer, De Narváez, Reutemann y Rodríguez Saá estuvo Luis Juez, Norma Morandini, Adrián Pérez, Juan Carlos Morán, Jorge Sarghini, Federico Pinedo y Enrique Thomas. Mauricio Macri y Juan Carlos Romero no fueron, pero enviaron una nota. Fernando “Pino” Solanas, en cambio, no fue ni mandó nota. En la lista del Guinness también figuró la tropa propia: aquellos integrantes del agro que ganaron escaños en últimas elecciones: Ulises Forte, segundo de la FAA; Ricardo Buryaile, segundo de CRA; Pablo Orsolini, vicepresidente segundo de FAA; Jorge Solmi, de FAA, y Jorge Srodek, de Carbap, entre otros.

“¡Le parece poco esa foto!”, dijo un interlocutor de la FAA a Página/12. “Se trató de un mensaje inequívoco para el Gobierno: o se abren al diálogo de verdad para que se produzca un cambio efectivo o el sector va a generar una sesión especial donde se van a sancionar las cosas, y se van a conseguir con un quórum propio antes del 24 de agosto”.

La amenaza apunta contra las negociaciones que lleva adelante el Gobierno en el Congreso con los jefes de las bancadas opositoras para extender por seis meses la prórroga de delegación de facultades, popularizado como superpoderes. Hasta aquí el Gobierno se mostró dispuesto a discutir la ley de emergencia agropecuaria y retenciones, pero el campo intenta algunas concesiones más. En ese contexto debería leerse el encuentro del Hotel Continental, aunque nadie lo presentó así en público. Los acuerdos se hicieron en un salón del subsuelo del hotel, que se extendió durante hora y media. Sólo pudieron acceder los asesores de los diputados y políticos presentes. Según pudo saber este diario, allí se acordaron los próximos pasos. A partir del lunes próximo, en el mismo hotel, se abrirá un espacio de trabajo entre ruralistas y los jefes de los distintos bloques con cuadros técnicos para trabajar sobre el borrador de sus propuestas.

“Hoy hemos dado un paso decisivo”, dijo Eduardo Buzzi, de la FAA, en la conferencia de prensa, al término del encuentro. “Avanzamos poniendo en una misma dirección los resultados que dio la representación social del 28 de junio”. En esa línea explicó que la reunión fue “un intercambio de opiniones” para acordar mecanismos de funcionamientos para llevar al Congreso, con recursos propios, las medidas que el campo considera “más urgentes”. Entre las urgencias enumeró la ley de emergencia agropecuaria, retenciones y ley de promoción ganadera.

De los tres puntos, se extendió sólo sobre las retenciones. Ante la pregunta sobre si la idea es bajarlas a cero, Llambías dio una voltereta para no decir directamente que piden la eliminación de alguna de ellas como las de trigo y maíz cuya campaña de siembra comienza en pocas semanas. “De nada sirve bajar o no las retenciones si las exportaciones están cerradas”, dijo. Y en ese contexto pidió bajarle el poder al Oncaa. “Hay que determinar la política comercial en el propio Congreso”, dijo. “Y no en una oficina como es el Oncaa.”

Los ruralistas saben que es uno de los temas sensibles para el Gobierno: la fijación de los derechos de exportación es parte fundamental del financiamiento del Estado. En ese contexto, la Mesa parece dispuesta a convertirse nuevamente en un centro que aglutine a la oposición. “Vamos a presentarle al Gobierno la agenda de cuáles son los temas prioritarios: algunos tendrán que resolverse en la Legislatura y otros los tendrá que solucionar el Ejecutivo”, dijo Mario Llambías, de las poderosas Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

El dato a esa hora no era nada menor. Mientras el sótano del hotel de Diagonal Norte al 700 mostraba a boca sonriente a la plana mayor de la clase presidenciable 2011, a los dirigentes del agro los esperaban en la Casa Rosada. El Gobierno se preparaba para anunciar el nuevo mecanismo de distribución de la Cuota Hilton, pero la Mesa de Enlace no fue, mandó a las segundas líneas: “No crean que les estamos haciendo ningún desplante, pero nos llamaron a escuchar una decisión que ya tenían tomada, sin previa consulta”, buscó explicar Buzzi.

Ninguno de los políticos intervino en la conferencia de prensa ni respondió preguntas sobre la agenda agropecuaria. Como si lo hubiesen acordado, primero salió Aguad y luego lo hizo el resto. De a uno, como para regalarse unos segundos de exclusividad ante las cámaras. “Hubo una muy buena reunión”, dijo Rodríguez Saá. “Hay que quitarle poder a la Oncaa”, reclamó Felipe Solá. Y enseguida salió De Narváez entre una rueda de admiradoras, señoras gordas, avanzadas de edad, que lo correteaban luego de darle besos a Reutemann y Rodríguez Saá.

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