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Las tensiones dentro del Acuerdo Cívico y Social llevaron al presidente de la UCR, Gerardo Morales, a convertirse en un malabarista intentando mantener el equilibrio. Después de distanciarse de la posición de Elisa Carrió frente al diálogo con el gobierno nacional, ayer salió a minimizar sus diferencias con la chaqueña. “Con Carrió tengo grandes coincidencias”, sostuvo Morales desde Jujuy. Sin embargo, el senador había reconocido el domingo que respecto de la convocatoria oficial tiene “una gran diferencia con Lilita”, ya que considera “que siempre es posible volver a retomar el diálogo político”.
Según pasan los días, el discurso de la UCR oscila entre la moderación de Julio Cobos y la contundencia de Elisa Carrió. Al cumplirse un mes de la reunión del ACyS con el ministro del Interior, Florencio Randazzo, los radicales habían emitido un documento lapidario contra el kirchnerismo y calificado de “maniobra perversa” la convocatoria oficial. Inmediatamente Carrió salió a decir que sus socios le estaban dando la razón y que el diálogo era una farsa para ganar tiempo, tal como había planteado desde un principio.
Pero ahora los radicales vuelven a reivindicar su postura, desmarcándose de Carrió y al mismo tiempo exigiéndole al Ejecutivo respuestas a sus planteos. En ese sentido, el titular de la UCR sostuvo que “el diálogo es la esencia de la democracia y tiene que ver con las más profundas convicciones de nuestra organización política”. De todas maneras, el jujeño advirtió que mientras no cambie de actitud no retomarán “ningún diálogo con un gobierno que ha utilizado una herramienta de la democracia sólo para ganar tiempo”.
Este debate sobre el diálogo se produce en el marco de los enfrentamientos por el liderazgo del ACyS, en el cual la conducción radical juega el rol de mediadora. “Sin lugar a dudas tenemos la obligación de administrar las diferencias entre las figuras de las fuerzas que integramos el Acuerdo, pero tenemos estructura, proyectos y líderes para ser alternativa de gobierno en 2011”, sostuvo Morales.
Precisamente por cumplir ese rol de mediador, Morales fue criticado ayer por uno de los hombres más cercanos a Cobos, el intendente de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, quien lo acusó de ser “muy complaciente” con la chaqueña. Cornejo consideró que el titular del radicalismo debería ser más severo frente a las “agresivas” actitudes de Lilita. Lo cierto es que en el cobismo cayeron muy mal las declaraciones de Carrió en las que aseguró que no votaría al vice “ni en un ballottage”.
Además, Cornejo cuestionó la injerencia de Lilita en la renovación de autoridades de la UCR que se producirá en diciembre. El plenario de delegados deberá nombrar al sucesor de Morales al frente del Comité Nacional, puesto en el que los cobistas aspiran a ubicar al ex jefe de la bancada radical en Diputados Raúl Baglini. Carrió, en cambio, amenazó con abandonar el ACyS si el nuevo jefe radical no es un hombre “de la dignidad y la resistencia”.
Tras esa advertencia, Cornejo señaló que la líder de la CC “intenta condicionar y distorsionar el proceso de reunificación del radicalismo”, con sus “reiteradas declaraciones en contra de la figura de Cobos”.
Por último, aseguró que la postulación de Baglini cuenta con los “suficientes apoyos” para imponerse en el próximo Plenario de diciembre. “Contamos con muchísimos delegados y de los que aún no lo son, en varias provincias”, entre las que enumeró Córdoba (donde cuentan con el apoyo del sector liderado por Oscar Aguad y Ramón Mestre), Santa Fe (en la que tienen el respaldo de la facción aliada al gobernador Hermes Binner) y Buenos Aires.
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