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El país|Lunes, 24 de agosto de 2009
Los planes del Ejecutivo para recuperar la iniciativa en el nuevo escenario político

Cambio de ánimo en la Rosada

A partir de la fuerza conservada en el Congreso y ante la dispersión opositora, el Gobierno aspira a mantener la ofensiva política. Analizan enviar al Parlamento el proyecto de ley de Comunicación Audiovisual, posiblemente este jueves.

Por Daniel Miguez
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Aún nadie en Gobierno se atreve a pronosticar si podrán presentar candidato propio en 2011.

Varias de las principales figuras del Gobierno sienten que están empezando a alejarse de a poco del incómodo lugar donde los dejó el resultado electoral del 28 de junio. No saben bien hasta dónde llegarán o para qué les alcanzará en términos de rédito político, pero de distintas formas expresan que deberán mantener la iniciativa política y gestionar con la mayor eficacia posible los dos años que les quedan de gobierno. En ese remar contra la corriente –que según el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, no es sobre agua sino sobre un mar espeso como dulce de leche–, el Gobierno cree que se fortalecerá. Pero hoy nadie se atreve a pronosticar si el resultado les permitirá presentar un candidato propio con chances electorales en 2011 o, al menos, sentarse con voz y voto en una mesa de discusión sobre candidaturas.

“La única que nos queda es meterle para adelante y hacer todo lo que podamos. Después veremos si recobramos popularidad dentro del mandato de Cristina. Si no, en el futuro tendremos el reconocimiento de la historia. Hicimos cambios trascendentales y, en materia económica, los números están ahí. No podrán ser desmentidos nunca”, le decía a Página/12 un muy alto funcionario de la Casa Rosada.

De todas maneras, en los últimos días en el Gobierno se percibe más entusiasmo por el futuro más o menos inmediato que por el futuro histórico. Y se apoyan en la interpretación de algunos componentes políticos.

Uno de ellos, es que en el Congreso se fueron muy pocos de las filas oficialistas, pese al mal resultado electoral en la provincia de Buenos Aires y otros distritos importantes. El recuento de los legisladores que siguen siendo leales, más la capacidad de alianzas que se verificó en las sanciones de las leyes postelectorales, parecieron aliviar a la Presidenta. No sólo por el presente, sino pensando en la futura composición de los bloques en el Parlamento a partir del 10 de diciembre, cuando el oficialismo pierda la mayoría propia pero siga siendo holgadamente la primera minoría.

Otro factor que mantiene satisfecha a Cristina Fernández, según dicen los que la tratan diariamente, es la capacidad de reacción de varios de sus funcionarios para generar iniciativas y mantener la ofensiva política. Los ejemplos van, por citar sólo hechos de los últimos días, desde la velocidad para intervenir en la crisis del fútbol, logrando que la televisación de los partidos sea gratuita, hasta el canje de los bonos atados a la inflación, que de ser exitoso le quitarán al Indec una mochila pesada para remontar la cuesta de la falta de credibilidad en la que cayó.

El tercer elemento que la Presidenta ve a favor del Gobierno y que ella misma había anticipado a sus colaboradores tras las elecciones es que, como ese día no surgió un claro ganador, las figuras de la oposición con chances razonables de ser candidatos presidenciales son muchas. Al menos cuentan seis: Mauricio Macri, Carlos Reutemann, Felipe Solá, Julio Cobos, Elisa Carrió y Hermes Binner. Aunque hacia 2011 vayan decantándose, este año y el que viene la multiplicidad de actores puede hacer que no siempre concentren fuerzas. No niegan en el Gobierno que algo similar vaya a ocurrir en su propio espacio, pero por ahora los potenciales candidatos (desde Daniel Scioli hasta Jorge Capitanich, pasando por Juan Manuel Urtubey) no están en condiciones de enredarse en ninguna disputa de esa índole.

Un dato que muestra el cambio de ánimo en la Casa Rosada es que el proyecto de ley de Comunicación Audiovisual, que muchos íntimamente daban como batalla perdida antes de las elecciones, ahora será enviado al Congreso, posiblemente el jueves, con esperanzas concretas de que se transforme en ley. “Una cosa era antes de las elecciones, donde los candidatos necesitaban de los medios que pudieran verse afectados por la ley, y otra cosa es ahora, con la elección presidencial por delante. Porque esta ley, más que los Kirchner, la van a disfrutar los futuros presidentes, que cuando les toque gobernar no van a estar cautivos de mega corporaciones mediáticas”, razonaba un alto funcionario.

Igual, el mejor estado de ánimo no supera el índice de la cautela, porque la crisis mundial persiste, los 180 mil puestos de empleo perdidos aún no se recuperan y la necesidad de financiamiento crece. De allí la frase más repetida por los funcionarios: “Todavía queda mucho por hacer”.

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