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El país|Domingo, 6 de septiembre de 2009
LAS DIFERENCIAS INTERNAS AMENAZAN LA CONTINUIDAD DEL ACUERDO CIVICO Y SOCIAL

Una alianza con pronóstico reservado

La sociedad entre el radicalismo, la Coalición Cívica, el cobismo y el socialismo está a un paso de la fractura por la disputa entre Julio Cobos y Elisa Carrió con miras al 2011. El enfrentamiento también complica el funcionamiento del espacio en el Congreso.

Por Sebastian Abrevaya
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A pocos meses de nacer, el Acuerdo Cívico y Social está en terapia intensiva. Más allá de los intentos de algunos dirigentes radicales por contener la discusión de las candidaturas presidenciales, la pelea entre Julio Cobos y Elisa Carrió por liderar el espacio fracturó en los hechos una sociedad que todavía no vio la luz en el Parlamento. Tal como publicó Página/12, los hombres más cercanos al vicepresidente ya están pensando en un frente alternativo para borrar de la escena a la chaqueña, antes de que “le haga más daño a Cobos”. En la Coalición Cívica aseguran que si el vicepresidente resulta candidato del espacio, van a tener “otra estrategia”. En ese marco, hasta algunos radicales orgánicos reconocen, en absoluta reserva, que no va a ser fácil que la convivencia se prolongue más allá de la definición de las candidaturas.

La ruptura de la sociedad entre Margarita Stolbizer y Elisa Carrió es sólo una pequeña muestra de las dificultades que deberá sortear un espacio como el Acuerdo Cívico que, al igual que la Coalición Cívica, no tiene una instancia orgánica de toma de decisiones. Desde el radicalismo, el GEN y la Coalición Cívica admitieron a este diario que tarde o temprano el frente que hoy componen junto al socialismo terminará en la ruina. Pero sólo los cobistas y los lilistas se animan a anticipar la ruptura públicamente.

En un reportaje a este diario, Horacio Piemonte, titular del ARI bonaerense y uno de los dirigentes que habló por la chaqueña durante su reclusión por problemas de salud, sentenció que nunca acompañarán la candidatura presidencial de Cobos y anticipó que si el mendocino coloca a un hombre suyo al frente de la UCR no van a trabajar juntos. El acuerdo entre el vicepresidente y la conducción del radicalismo para “buscar una conducción unificada” podría alivianar la carga sobre este último punto.

De todas maneras, el peronista Gerardo Conte Grand, otro íntimo de Carrió, lanzó en estos días una comparación filosa. Dijo que no van a servir “a ningún De la Rúa” y que “Lilita no es Meijide ni Chacho”. La propia Carrió ya había dicho personalmente lo mismo en otras oportunidades. La única posibilidad de supervivencia que le dan al Acuerdo Cívico es que el vicepresidente desista de quedarse con la conducción del radicalismo y deje de promocionar su candidatura.

La chaqueña sabe que si se presenta sólo con la CC tiene pocas chances de alcanzar la Casa Rosada y ya anticipó que no le molestaría volver a ser una candidata testimonial. “¿Cuánto puede sacar sola, el 10 por ciento?, bueno, eso alcanza para que Cobos no llegue”, especuló uno de sus operadores.

Conscientes de que ninguno bajará sus aspiraciones, los estrategas del mendocino coinciden en que una ruptura con Carrió cerca de las elecciones podría perjudicar seriamente sus chances presidenciales y por eso buscan dejar en claro que luego de la derrota en Capital Federal la líder de la Coalición Cívica “está liquidada”. Demostrar eso fue sin duda el objetivo de Cobos cuando sorpresivamente esperó un largo rato la llegada de Margarita Stolbizer a la inauguración de una biblioteca popular del socialismo. Así, el jueves pasado el vicepresidente logró una foto con dos de los (ex) socios más importantes de Carrió: Stolbizer y Enrique Olivera.

Para sumar otra arista de conflicto, los permanentes coqueteos entre Cobos con Francisco de Narváez generan escozor entre los boinas blancas. Temen que el vicepresidente quiera forzar un pacto con el empresario colombiano. “Los cobistas tienen miedo de que el peronismo se reagrupe en segunda vuelta y por eso quieren ganar en primera. Y para eso necesitan pactar con De Narváez”, dice casi con indignación un avezado operador radical. Por eso son los radicales los que defienden a ultranza al Acuerdo Cívico y Social. Ven en la continuidad de ese frente la única posibilidad de contener los “vaivenes” de Cobos.

Lo cierto es que Cobos se volvió un maestro a la hora de esconder sus cartas. “No tenemos claro si es nuestro candidato, o si es el de otros y nos está pidiendo que lo acompañemos. No sabemos qué proyecto hay detrás suyo”, admite uno de los referentes de la conducción radical. Además de la desconfianza, los radicales no descartan que el kirchnerismo termine dejándole la presidencia a Cobos. “No vamos a hacer nada para generar una crisis, pero tampoco vamos a pagar los costos políticos de un gobierno que no da más. No vamos a permitir que Cobos nos quiera llevar puestos a nosotros porque es él el que está vinculado con esta cosa atípica de que es vicepresidente pero no forma parte del Gobierno”, advierten.

Hasta ahora el único lugar donde el Acuerdo Cívico pudo mostrar algunas coincidencias fue en el Parlamento. Pero ni siquiera eso duró demasiado: el diálogo convocado por el Gobierno dividió aguas y aceleró la ruptura de la Coalición Cívica. Será una durísima misión para el nuevo presidente de la UCR mantener el equilibrio entre los distintos actores, tanto dentro del ACyS como del propio radicalismo.

El acuerdo entre el cobismo y la conducción del radicalismo anunciado el jueves pasado no resuelve otro conflicto planteado entre los dos sectores. De los 34 legisladores radicales, un grupo apoya la continuidad del devenido ultracobista Oscar Aguad y otro quiere al orgánico Ricardo Alfonsín como jefe de bancada. En la disputa también habría que contar a los seis diputados de ConFe, que podrían llegar a votar en la elección si es que el cobismo finalmente se reintegra al bloque radical, y a otros dos legisladores de la provincia de Catamarca. Según el alfonsinismo, el hijo del ex presidente tiene entre 22 y 25 votos a favor mientras que el cordobés acumula unos 15, catamarqueños aparte. Si la alianza entre Cobos y Aguad es desplazada de la conducción en Diputados, aumentan las chances de que el Acuerdo Cívico perdure en el Parlamento, al menos hasta el momento de definir las candidaturas.

La principal espada de Cobos en el Congreso, Daniel Katz, salió a respaldar a Aguad porque “sí quiere un candidato radical como Cobos y no acompaña mansamente el proyecto de Carrió, como lo hace Morales”. Según Katz, Morales es “contradictorio” porque menciona a Aguad como posible titular de la bancada del radicalismo, pero al mismo tiempo busca reemplazarlo por Alfonsín.

En medio de la pelea Cobos-Carrió, la posición que adopte el GEN adquiere un peso no menor dentro del Acuerdo Cívico, más allá de que es el socio más pequeño del frente. Ante un radicalismo orgánico que todavía piensa más en Lilita que en Cobos, un socialismo que nunca se comprometió con la chaqueña y que es permanentemente seducido por el vicepresidente, el apoyo de Stolbizer podría incidir en la definición de presidenciales. Por eso algunos mendocinos ya piensan en ofrecerle que acompañe a Cobos en la fórmula. Del lado de la bonaerense evitan hablar del tema aunque adelantan que en 2011 no volverá a postularse para la gobernación bonaerense porque “ya es una referente nacional”.

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