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El país|Miércoles, 28 de octubre de 2009
Nuevos datos en la investigación por la muerte de González Moreno

La última cena en Corrientes

Según se desprende de la causa, la noche antes de morir Hernán González Moreno estuvo reunido con el ex diputado Rodolfo Martínez Llano, el vicegobernador Rubén Pruyas y el intendente de Santo Tomé, Carlos Farizano.

Por Alejandra Dandan
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Ayer, por primera vez después de la muerte, los investigadores volvieron a revisar el Toyota Camry negro.

La noche antes de la muerte de Hernán González Moreno hubo una cena en el departamento de Rodolfo Martínez Llano. El ex diputado peronista, reconocido en Corrientes como uno de los poderosos hombres del sector de la comunicación, invitó al vicegobernador Rubén Pruyas y al intendente de Santo Tomé, Carlos Farizano. “Comimos algo, tomamos gaseosa y al final quizá algunos whiskies –contó Pruyas a Página/12–. Pero el que después apareció como suicidado no estaba al comienzo de la reunión, llegó bastante más tarde, para hablar con Martínez Llano.”

El viernes pasado, el empresario Martínez Llano empezó a revelar estos detalles durante su declaración testimonial ante la Justicia. Se presentó en el juzgado de Goya una semana antes de lo previsto. Como nadie lo esperaba, las preguntas estuvieron a cargo de Guillermo Barry, el fiscal de Goya. No viajaron ni Buenaventura Duarte ni Alejandro Chain, designados ad hoc para la causa. Tal fue la sorpresa, dicen, que cuando se enteraron prepararon rápidamente trece preguntas para mandarlas por fax a Goya.

Martínez Llano era uno de los socios comerciales de González Moreno, que estaba a cargo de la Agencia Corrientes. La noche de la muerte, mandó dos mensajes de texto e intentó hablar por teléfono con él. Durante el relato testimonial, el empresario reconoció las llamadas pero además mencionó el encuentro en su departamento y lo inscribió en la línea de una serie de reuniones que tuvo González Moreno con personajes de la elite política de la provincia 24 horas antes de morir, y 72 antes del ballottage que definió el futuro de buena parte de esos vínculos.

Tras la cena, dijo Martínez Llano, González Moreno almorzó el jueves con la presidenta de la Cámara de Diputados provincial, Josefina Meabe de Matho (UCR). Y ahora se sabe que a las 15.30 se reunió con el gobernador Arturo Colombi.

Un dato curioso sobre las reuniones apareció en la declaración de Marcos Diego Bernardo Van Rafelghen, abogado, cercano al estudio de Mariano Cúneo Libarona, desde donde llevaban adelante la defensa en la causa por irregularidades en la agencia de noticias oficial. Los fiscales llegaron hasta él a partir de un ticket manchado de sangre que apareció entre las cosas de González Moreno: un almuerzo para seis u ocho personas el jueves al mediodía en el Hotel de Turismo. Preguntaron a Van Rafelghen si había almorzado con González Moreno el jueves. El abogado dijo que sí. Se vieron entre las 12 y las 14.30 en el Hotel de Turismo, con otras tres personas que Van Rafelghen no conocía; un empresario de hoteles de Rosario y otros dos amigos de González Moreno. Pero antes de almorzar, explicó el abogado, González Moreno se levantó y se fue a otra mesa. Van Rafelghen no reconoció a la persona con la que se sentó González Moreno, pero del testimonio de Martínez Llano ahora surge que era la diputada. Con ella había un diputado recién electo y un tal Capli, que hora y media más tarde también iba a estar en el último encuentro de González Moreno con el gobernador.

Ayer se abrió el Toyota Camry negro de González Moreno por primera vez después de la muerte. Los fiscales pidieron intervención de Gendarmería para preservar la prueba. Revisaron las manchas de sangre porque algún fiscal cree que es poca cantidad; se pusieron a rastrear el proyectil, convencidos de que aún pueden encontrarlo, y también rastros de pólvora en el interior del auto.

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