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El país|Sábado, 7 de noviembre de 2009
Los trabajadores del subte anunciaron un nuevo paro luego de denunciar un hecho de violencia

Martes, no te cases ni te embarques

En una conferencia de prensa en el Congreso denunciaron que la policía desalojó en forma violenta un comedor que sostiene la familia del delegado Segovia y responsabilizaron a la UTA. El gobierno bonaerense respaldó la decisión del juez.

Por Laura Vales
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El delegado Néstor Segovia y su familia recibieron en el Congreso el respaldo de diputados y dirigentes sindicales y sociales.

Los trabajadores del subte anunciaron un paro de 24 horas para el próximo martes. El conflicto con el Ministerio de Trabajo por el reconocimiento del sindicato que crearon para separarse de la Unión Tranviarios Automotor se agravó ante la denuncia de los delegados de base de que los hijos y la ex mujer del delegado Néstor Segovia fueron golpeados por la policía, que desalojó violentamente un comedor popular que la familia sostiene desde hace diez años. Ocurrió en Moreno, un municipio donde es conocida la fortaleza de la UTA. El juez Juan Radrizzani, quien ordenó el desalojo, aseguró que “esto no tiene absolutamente nada que ver con la interna gremial, es un problema privado de Segovia y especialmente de su señora”. El Ministerio de Seguridad bonaerense lo respaldó (ver recuadro).

El comedor funciona en un terreno junto a la casa donde viven la ex mujer de Segovia, Noemí, quien milita en el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), y sus siete hijos. Ayer a la mañana, cuando ella y tres de los chicos (Angel, de 9, Ezequiel, de 16 y Néstor, de 18) salían rumbo a la escuela, vieron llegar a la cuadra cuatro patrulleros. “Veinte policías, cuatro de civil, se metieron” en el predio y “comenzaron a tirar abajo” la construcción de chapas, contó Noemí. Dijo que quiso frenarlos yz los policías la empujaron (“retroceda, no tiene nada que hacer”) y la golpearon. “Ezequiel salió a defenderme, ‘por qué le pegás a mi mamá’.” Los policías respondieron con más golpes.

Dispararon, además, balas de goma contra los chicos (el de 9, Angel, mostró ayer las marcas en su tórax) y los vecinos que se acercaron a resistir el desalojo. La ex mujer de Segovia también aseguró que al hijo de 18, Néstor, le dieron un culatazo por intentar defender a su hermano; luego del operativo debió ser internado, en observación. Además, fue golpeado el abuelo de los chicos, de 70 años. Tras destruir el comedor, uno de los policías tiró nafta sobre los restos y le prendió fuego.

Las agresiones a los familiares de Segovia fueron denunciadas en una conferencia de prensa convocada de urgencia en el Congreso, donde los delegados del subte fueron acompañados por diputados y dirigentes sociales y sindicales. Allí se detalló que el terreno de-salojado está en litigio y que había tenido otros intentos de allanamiento, curiosamente en coincidencia con anteriores conflictos en el subte.

Entre los dirigentes sindicales que acompañaron la presentación estuvo el titular de la Central de Trabajadores Argentinos, Hugo Yasky, quien respaldó el reclamo y pidió seguridad para los trabajadores. “Hay que terminar con esta cosa mafiosa de jueces, policías y patotas. Hablamos con las autoridades del gobierno nacional a través del Ministerio del Interior y le exigimos garantías para todos los trabajadores involucrados en este conflicto. Exigimos al ministro de Trabajo que firme la inscripción gremial para este sindicato, porque (al congelar el expediente) está violando la ley sindical”. Vilma Ripoll (MST), los diputados Victoria Donda y Claudio Lozano fueron otros de los que participaron de la rueda.

La orden de desalojo fue dictada por Radrizzani, juez de Paz de Moreno. Frente a los repudios, salió a dar su versión: aseguró que la causa judicial por el uso del terreno tiene un año y medio, pero no pudo explicar por qué ordenó el desalojo justo ayer. “En Moreno yo estoy poco comunicado con el municipio, nadie vino a verme por el tema Segovia”, argumentó, tratando de despejar las sospechas de una represalia política por el paro del jueves, en el que Segovia tuvo una muy alta exposición mediática. El juez aseguró que no se había dado cuenta de la coincidencia: “Cuando veo la conferencia de prensa, recién ahí caigo en la cuenta”. Con ese tono de ingenuidad, también dijo que “ese desalojo se había intentado hacer antes y la gente del barrio se opuso, entonces lo hicimos con un poquito más de fuerza”.

Según el comisario Walter Astegiano, titular de la Departamental de Moreno, algunos efectivos de la policía tuvieron que ser atendidos por lesiones y contusiones, lo que da una idea de que la gente del barrio intentó frenar la destrucción del comedor, donde se da diariamente una copa de leche a 80 niños y una vianda de almuerzo a 50 familias.

El paro

En la conferencia de prensa en el Congreso, los delegados apuntaron contra la UTA. Segovia reveló que la noche anterior alguien le advirtió telefónicamente que iban a atacar a su familia y vinculó el episodio a la influencia que la UTA tiene en Moreno, donde el sindicato es muy fuerte y el transporte urbano está dominado por la empresa La Perlita, que maneja todas las líneas de colectivos del distrito. Segovia sostiene que entre los grupos de la UTA que en los últimos tiempos vienen atacando a los trabajadores de la nueva Asociación del subte, ha identificado a choferes de colectivo de la línea 501 de Moreno.

Roberto Pianelli, también delegado de la Asociación Gremial de los Trabajadores del Subte y el Premetro, fue el encargado de anunciar el paro del martes. “La gente (en el subte) quería parar hoy, pero en momentos difíciles hay que tener calma”, definió. Pianelli insistió en el reclamo al Ministerio de Trabajo de que otorgue la inscripción gremial a la Asociación. Con un año de existencia y mil seiscientos afiliados, el nuevo sindicato no ha logrado todavía que el ministerio termine el trámite de inscribirlo.

Por el atraso hay una causa abierta en los Tribunales. La Justicia ha dicho tres veces al Gobierno que está en mora. “Nos da vergüenza y pena que el ministerio diga que la UTA y la empresa ponen objeciones, cuando en el expediente no figuran ni la UTA ni la empresa. El que apeló tres veces fue el propio ministerio, y las tres veces los jueces le rechazaron la apelación”, señaló Pianelli.

La medida del martes fue anunciada como un paro de 24 horas “como mínimo”, ya que la medida seguirá siendo debatida durante el fin de semana. Aunque ayer se habló de la posibilidad de una huelga de 48 horas, es más probable que sólo dure un día. La gimnasia sindical indica como conveniente aumentar la duración de los paros progresivamente, como una carta a jugar si no hay respuestas al reclamo, o si llegara a ocurrir algún nuevo episodio de violencia.

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